Dossier

Hacer periodismo aunque el gobierno se oponga

El gobierno en su afán de controlar la información ha cerrado y comprado medios, ha encarcelado y amenazado disidentes, ha bloqueado las fuentes oficiales y, sin embargo, el periodismo da la lucha noticiera. Porque las comunicaciones han de ser plurales. La democracia urge en el Día del Periodista, siendo la libertad de prensa un derecho impostergable 

Composición Fotográfica: Oriana Milu L.
Publicidad

“¿Y qué más vamos a hacer? Resistir, resistir como hemos hecho. No nos pasa por la cabeza otra cosa que continuar escribiendo, descubriendo y denunciando, TalCual no va a parar”, responde airado Teodoro Petkoff, convencido, porfiado desde su punto fuerte, la dignidad. Quien ha sido líder guerrillero, candidato presidencial, ministro de economía, autor, diputado y, desde hace 15 años, editor, como dice el periodista Alonso Moleiro, este hombre de pensamiento y acción “con uno solo de esos roles tiene suficiente carga de voltaje como para electrocutar en la credibilidad del más pintado de los carismáticos”. Con la autoridad moral que le envidian, a quien es cabeza de la consciencia de este país, también le temen. “Porque incluso los chavistas, que lo detestan, en el fondo lo respetan. No se atreven a confrontarlo intelectualmente. Ni siquiera Hugo Chávez lo hizo. Solo lo insultan… y lo demandan”, atiza.

citaclimax4

Son 22 los editores y periodistas que tienen ahora mismo a Venezuela por cárcel por decir lo que pretenden atajar, negar, disfrazar, ocultar los cultores del bozal; y el director de TalCual está en la lista, claro; el editorialista que se ha dado a la tarea de desmontar la farsa con argumentos demoledores les obsesiona. Como respuesta —la democracia a la cuneta—, el periódico detenta un récord: suma una decena de demandas en su contra. Igual ahora que es semanario mantiene intacta su condición de vocero irreductible de la realidad que se pretende tapar con floreros, como añade Moleiro. “Sí, es que es insólito lo que sucede”, consigna por su parte el jefe de redacción del medio, Xabier Coscojuela, “no ha comenzado el juicio en el que se expondrán los supuestas evidencias en contra con las que de nuevo se nos indicia, en este caso el delito habría sido registrar una información publicada en el diario español ABC y ya Diosdado Cabello anuncia la prohibición de salida del país a los que la registramos, también El Nacional y el portal La Patilla: pues ya eso es un fallo”. (¿Y no deberían intentar, más bien, demandar los medios ABC, Wall Street Journal o New York Times los que publicaron de primero las noticias engorrosas -y sin duda de interés- que los medios locales reprodujeron?)

Babel, escamoteo, camuflaje, rumores, embustes, censura, lápiz rojo, el ejercicio del periodismo venezolano es cada vez más una causa casi quijotesca cuyos adalides defienden bajo presión y con riesgos, asumiendo la escasez que también se aplica a las estadísticas, las cifras, datos, estudios comparativos, voces. Una audacia que se asume contra viento y marea socialista. El comunicólogo Marcelino Bisbal citaría, en un acto de respaldo al medio de las editoriales impecablemente razonadas, dos frases escupidas por Chávez que sin duda retomarán sus sucesores como mapa en medio del caos y a favor de sus intereses —el poder—: “Los medios de comunicación privados son enemigos de la revolución”, y “La prensa debe estar al servicio de la política de estado”.

citaclimax6

Una sucesión manifiesta de episodios relacionados —ya hace largo rato encendida la señal de alarma—, confirmará el axioma que recitan los cada vez más escuálidos prosélitos de la tóxica verborrea imperante. Que van desde el cierre de RCTV, y el de 34 emisoras de radio, hasta la adquisición de 14 canales de televisión que armarían el monopolio partidizado de la comunicación. Desde reglamentos, normas y penalizaciones que cada vez encorsetan más el oficio de informar hasta acciones aviesas contra la tinta y sobre las carnes, intimidaciones, agresiones físicas y demandas jaladas por los cabellos.

Provea, Ipys y Espacio público manejan cifras pasmosas: suman más de 2000 las denuncias de violaciones a la libertad de expresión desde que comenzara a gestarse el hombre nuevo y socialista. En otros países ni tan remotos se precian de tener una prensa libre —aun cuando parezca una utopía, aun cuando solo es posible en democracia, a su vez, modelo ideal per sé en búsqueda de su plenitud— y la exhiben como derecho jamás negociable desde y pese a los intereses que siempre entran en juego; “aquí la sociedad no considera ese derecho tan fundamental”, se lamente el periodista Elides Rojas, mientras que Lisette Boon, del portal Runrunes dirá que “la avidez de información de la gente es asombrosa”. Lo cierto es que fuera de los linderos vernáculos cada vez más los escollos para el ejercicio del periodismo son menores, ya no existen por ejemplo penas de cárcel para quienes escriben, sea lo que esto sea, eso quedó en el pasado, y los problemas de confirmadas tergiversaciones y demás equívocos posibles se resuelven con el derecho a réplica; porque lo importante es que la información fluya. Incluso se toma como riesgos o gajes del oficio ciertos gazapos o camándulas, y cualquier desliz del rigor anhelado es considerado siempre mejor opción a la censura o al corrosivo silencio, caldo de cultivo de rumores, estanque donde ovan las mentiras.

citaclimax5

En el país las leyes relativas al desempeño periodístico no lo facilitan, al contrario. Mañosas, sectarias, retrógradas, las nuevas normas lo acosan, lo sitian, lo desdeñan. Son incómodo borde, un zumbido incesante en los oídos de quienes quieren oír lo que dicen las fuentes cada vez a un volumen más bajo. Cercos y prohibiciones para dar con la verdad o aproximarse a ella, nulo acceso a voceros oficialistas a menos que el micrófono tenga el logotipo de un medio de confirmada afinidad de línea —entrar a la Asamblea Nacional requiere permiso expedido por el Minci que otorgará a discreción—, la versión oficial se alza como único credo a través de cadenas interminables de desinformación en el monólogo reiterativo, errático, amenazante, distorsionador, incompleto, imparcial, desprolijo, hostil del monopolio (in)comunicacional. Horas y horas de febril discurrir —casi 3 mil al sol de hoy—, el saldo es la misma ausencia de respuestas a los interrogantes.

“Fuero que debe tener todo ser humano digno para que le cuenten las historias completas, la libertad de información fomenta la democracia del conocimiento y contribuye al progreso y el aprendizaje de las sociedades; no hay forma de que un cuerpo social madure si no conoce cuáles son sus máculas, quiénes son aquellos que trafican con las necesidades ajenas”, añadirá Alonso Moleiro. Tal Cual, ejemplo de resistencia en medio de un implacable asedio legal, vigorosa boya de legitimidad y cultura es así mirado fuera de la vecindad. El Premio Ortega y Gasset, entregado al semanario local por el diario español El País es un reconocimiento a la terquedad democrática de Teodoro Petkoff, adalid de la libertad de información, “y al equipo de los talcualeros”, como dirá él mismo.

citaclimax3

Que el país está desportillado y los índices que nos miden como sociedad están todos rojos y por los zócalos son realidades que, en el registro inevitable de los días, saltan a la vista; no son primicia, se sienten en la piel y en las alforjas. Pero es menester rastrear con obstinación la impronta de este albur, su desarrollo, la tramoya que sostiene el tinglado, la agenda de la contingencia, la ruta de la insensatez en proceso. El plan oficial, sin embargo, es otro, queda claro. Impedir que se conozcan los entuertos que nos marcan, el trasfondo oscuro que enhebra el dislate. Es empeñosa política gubernamental evitar que el mensajero cuente.

Se le ha llamado hegemonía comunicacional y, como suscribe el catedrático Antonio Pasquali, es un término aberrante, contradictorio, excluyente. Autor imprescindible en la materia, Pasquali apunta que “la comunicación, como lo dice la ley, ha de ser plural; la palabra hegemonía, a su lado, la ensucia”. Más que búsqueda de equilibrio, oficio para equilibristas, el periodismo ha sido una piedra, roca en el zapato, bota, que compite en condiciones desiguales con la propaganda gratuita y machacona que acomoda la ley resorte. “En dictadura, la verdad se rasura, se esconde, se le pone trapo rojo: desde el poder se invierte muchísimo dinero para que se escuche, lea y vea una sola versión de la realidad”, refrenda el sociólogo y columnista Tulio Hernández”. La prensa es, pues, cada vez menos el espejo de esa realidad.

“Como para mantener el poder necesitan ocultar la realidad, vender, a como dé lugar, la imagen de un mundo ficticio que les permita conservar cierto apoyo popular, y como la imagen que tenemos de las cosas parece tener más peso que la cosa en sí, al depender tanto de la propaganda para su existencia, el control de los medios de comunicación se hace indispensable. Es totalitarismo”, asesta el psicólogo social Axel Capriles, hace radiografía: “Si algo sabe el gobierno, no es generar bienestar sino ejercer poder”.

citaclimax2

Las revoluciones dicen que el rol de los medios es formar, no informar. Salvador Allende de 1971 asentiría: “La objetividad no debería existir en el periodismo, el deber supremo del periodista de izquierda no es servir a la verdad sino a la revolución”. Progresivos síntomas dan cuenta del menoscabo. El manejo a discreción de la venta del papel a la prensa crítica, el despropósito de que haya temas inabarcables y chito —cuándo murió aquél, dónde nació este, bienvenido el rumor—, los cierres calamitosos, las compras en tiempos de publicidad esporádica, inflación, pasivos, de la emisora Cultural de Caracas, Globovisión y la Cadena Capriles —y en todos la línea editorial dio un viraje—, las demandas a los que resisten y el llamado a comparecencia a los dueños de medios, cual reos.

El Universal ha estado legítimamente alineado con la defensa de la libertad de industria y la iniciativa privada; la libre competencia y el mercado abierto. Eso generó duros choques con un gobierno socialista, cuya línea de pensamiento va justamente en la dirección contraria. Pero ¿sabes? La verdad es que dentro de poco no habrá nada que defender… dentro de poco será en redes sociales, en medios digitales y en los blog o páginas que cada quien tenga… No veo otra cosa”, diría Elides Rojas. Ya ocurrió. Nuevos portales informativos mueven las noticias con deleite por la inmediatez y al amparo del paraguas esencialmente libertario del ciberespacio para intentar destapar las herméticas gavetas donde se entierran bajo candado las informaciones. Tendencia universal, en el país deviene salida no solamente a la modernidad sino escapatoria de la mala hora.

citaclimax1

“Siento que nos expropiaron, la venta de la Cadena fue eso, acabaron con una manera de hacer periodismo a fondo que ahora mismo es imposible reeditar. Se arremetió contra una fórmula exitosa de trabajo en equipo y contra ese grupo periodístico vistoso, afanoso, no solo en el país sino en la región”, consigna Lisseth Boon. “Pero tras embestir contra la unidad de investigaciones que integraba a la gente de Ultimas Noticias y El Mundo todos nos ubicamos en portales de noticias no menos exigentes, en los que la calidad no se sacrifica en pos del vértigo del tiempo contrarreloj que resulta adrenalínica, y seguimos”. Según Boon el aprendizaje ha sido intenso, urgente, sobre la marcha. “Venimos todos de hacer periodismo impreso, pero hemos comprendido que no es menos fascinante la comunicación digital, y en medio de la ‘infoxicación’ que así se le llama a la avalancha de dimes y diretes, detectamos y podemos hacer que se imponga la verdad que surge, se difunde, y cuenta, en tiempo real, con los aportes de los llamados ‘agregados’, la locura del robo de datos y los colaboradores que añaden, descubren y hacen todos red, porque en el territorio virtual hay también solidaridad y sí, libertad, aunque no te salvas del todo, La Patilla es un ejemplo, pero creo que contra las redes no podrán”.

Mismas letras peligrosas las de pensar y prensa —a las que se ataca con la casi exacta prensar—, fue siempre esa, la información uniformada y única una de las cartas a barajar con deleite por los dictadores de siempre. Borrarle el rostro a los indeseables, escribir la historia otra vez sedujo por igual a Stalin, Mao, Hoxha, Kil Il Sung, Fidel Castro y siguen más nombres. Desde los portales del inicio, Noticiero Digital y Código Venezuela tantos más han aparecido en contrapartida, con tenacidad, porque sí: Efecto Cocuyo, Clímax, El Estímulo, Runrunes, La Patilla, Poderopedia, Armandoinfo, Prodavinci y pare usted de contar. La noticia tiene sus propios recursos, y mientras la mentira necesita cómplices, la verdad vale íngrima. Carga pilas, se conecta y corre por prestos dedos —no se escurre—, y al dedillo.

Publicidad
Publicidad