España registra con respecto al año pasado un 65% más de peticiones de asilo provenientes de Venezuela

Los datos continúan siendo preocupantes. El número de peticiones de asilo que los venezolanos están solicitando en España a lo largo de este año ya supera al que se registró en todo 2021. Esta es la información que traslada la Dirección General de Política Interior (DGPI), en cuyo informe sobre el período que va de enero a agosto puede constatarse que fueron 26.533 las peticiones de protección internacional que el Ministerio registró procedentes del país caribeño.

Se trata de una cifra que en sólo siete meses del presente curso encierra una subida de casi el setenta y cinco por ciento con respecto a los números totales, 15.995, que se registraron en 2021. Las dificultades políticas, económicas y sociales que vive Venezuela están arrastrando a gran parte de su población a buscar una salida en otros países. La previsión marca que esta tendencia alcista podría mantenerse hasta diciembre, por lo que el incremento rondaría los doscientos puntos porcentuales con 45.000 solicitudes venezolanas.

El panorama que se presenta en este sentido puede ser incluso peor que el que tuvo lugar en 2019, cuando estas solicitudes de residencia llegaron a las 40.886, coincidiendo en el tiempo con la grave crisis presidencial que desató miles de revueltas y disturbios en todo el país. El informe sobre “solicitudes y propuestas de resolución de protección internacional” elaborado por la DGPI señala que del total de peticiones de protección internacional que recibe España el 39% proviene actualmente de Venezuela.

El país sudamericano es desde hace seis años el estado que más asilo pide a España, y es que sólo hay que echar un vistazo a los datos para comprender la dimensión del asunto. Según el estudio anual de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, en torno a siete millones de venezolanos se han visto obligados a abandonar su tierra en los últimos diez años. De todos ellos, sólo 60.000 mil vivían en aquel entonces en suelo español; la cifra hoy supera los 400.000.

Las principales ciudades en las que terminan viviendo los venezolanos toda vez que aterrizan en España son Madrid y Barcelona. Eso sí, para hacerlo legalmente antes deben iniciar una solicitud de asilo.

El número de personas que aspira a ello es tan elevado que el Ministerio de Política Territorial español no sólo tiene habilitado a través de internet una sede electrónica para la tramitación de citas, sino que esta dispone además de una dotación tecnológica especialmente diseñada para evitar ataques informáticos. El modelo a seguir en este sentido es el de las grandes referencias en ciberseguridad, es decir, el que han logrado consolidar entornos digitales tan estables como las entidades bancarias y las plataformas de juegos de azar.

En el primero de los ejemplos, los bancos que operan a través de internet se caracterizan por ofrecer un escenario totalmente seguro para los datos personales de los clientes. La herramienta que más se usa para ello es el conocido como certificado TLS (Transport layer security), un software que se ocupa de encriptar toda la información sensible que el usuario transfiere de la web al servidor. De esta forma, los números de cuenta, los nombres completos o las claves privadas quedan siempre envueltos en una capa de protección añadida, a salvo de terceras personas.

Algo similar ocurre con los espacios dedicados al juego, que se han convertido en auténticos especialistas a la hora de ponerle freno a los fraudes de suplantación de perfil. Portales web como el mejor casino online de España emplean el denominado sistema KYC (Know your customer), un protocolo de verificación de identidad que la industria del juego sigue al detalle para confirmar que la persona que intenta acceder a una cuenta es en efecto quien dice ser. El procedimiento no deja lugar a dudas: los casinos solicitan telemáticamente al jugador toda la documentación necesaria que acredite su identidad. Además, esta tarea se intensifica con pruebas de carácter biométrico (reconocimiento facial o escaneo de huellas dactilares) cuando se realizan transacciones económicas como por ejemplo un ingreso de depósito o una retirada de premio.

Las peticiones de asilo que provienen de Venezuela se han disparado. Para detectar el último punto de inflexión que promueve este espectacular aumento de los casos hay que retrotraerse a 2019 y situarse en pleno corazón de la política venezolana. En enero de ese mismo año la IV legislatura de la Asamblea Nacional, dirigida por el partido de la oposición, se opuso al reconocimiento de Nicolás Maduro como presidente, entendiendo que se habían cometido irregularidades en las votaciones y proclamando a Juan Guaidó como presidente interino.

Este acontecimiento incidió todavía más en la división de los ciudadanos, aportando de este modo una distancia más intensa entre los dos grandes frentes políticos y sociales: el de los chavistas, que consideran que se produjo un ataque a la democracia; y el de los seguidores de Guaidó, que denuncian que Maduro sigue usurpando la presidencia. Con este clima tenso de por medio, se sucedieron numerosas protestas, duras represiones policiales, decenas de fallecidos y miles de detenciones. Escapar de un país sumido en una atmósfera tan delicada sigue siendo una de las opciones más frecuentes.