Cultura

Gerry Weil celebró la vida a través de la música

El Festival Caracas en Contratiempo cerró su programación con un nutrido homenaje a Gerry Weil. Músicos de todas las edades y varias generaciones se dieron cita en una tarima para cantarle a su maestro.

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Tributo a Gerry Weil
Fotografías cortesía de Guataca producciones

Para Gerry Weil, la música es un apostolado. Le ha dedicado más de seis décadas de su vida a estudiarla, ejecutarla, difundirla y enseñarla. Pero en 2016 también la asume como un vehículo para transmitirle al público que el país que él dibuja con cada acorde es posible construirlo.

No en vano, durante el concierto homenaje que recibió para clausurar el Festival Caracas en Contratiempo, el maestro austríaco hecho venezolano, enamorado de los colores de esta tierra, insistió tanto en la hermandad. Lo hizo al salir a tarima, cuando ya el espectáculo había adelantado la mitad de su recorrido, y cantó Imagine, de John Lennon, con arreglos dedicados y una poderosa voz rota de blues macerada con los años. Lo repitió más adelante cuando interpretó su propia El Encuentro.

La venezolanidad baila libre en Gerry Weil, el hombre que se enamoró del piano porque lo considera una orquesta completa bajo los dedos, gracias a sus siete escalas. De allí que el homenaje En Contratiempo sirviera también para recordar la música que le ha regalado al país, las exploraciones profundas del jazz y hasta el legado que en muchos músicos ha dejado.

Tributo a Gerry Weil

La tarima se inauguró con Aquiles Báez, Eric y “Chipi” Chacón, Joel Martínez, Brenda Rengel, Prisca Dávila, Juan Carlos Esquivel, Freddy Adrián, Alejandro Bolaño y Nené Quintero, todos alguna vez alumnos, compañeros, aliados y guataqueros de Gerry Weil. Juntos o separados interpretaron varias piezas del austríaco, y otras tantas dedicadas a él. Así, sonaron Caballito frenao, El viejo puente de la pastora, Brisas del Ávila, entre otras.

Mientras tanto, en la pantalla otros mandaban sus saludos, felicitaciones, bendiciones y agradecimientos desde tierras lejanas: Boris Bossio, María Rivas, Rodner Padilla, Víctor Cuica, Roberto Koch, Gonzalo Teppa. Suiza, Tailandia, varias ciudades de Estados Unidos. Las localidades listadas en cada mensaje de video daban cuenta de la cartografía que dibuja el talento formado en Venezuela, en un apartamento de Sabana Grande, en la casa de Gerry Weil.

El escenario también fue un baño de rosas, el que se dio para bautizar A ritmo de Gerry Weil, la biografía testimonial construida por Cristina Raffalli, que fue presentada antes del concierto en el mismo Centro Cultural Chacao. “La música es amor incorrompible”, dijo el músico mientras recibí aplausos. Luego agregó que ha estudiado todas las religiones pero se queda con la suya: la música. “Como humanidad estamos raspados, pero si en el juicio se considera a la música, estamos salvados”. Dentro del teatro, agradeció ser protagonista de una biografía y de un tributo «cuando aquí estoy muy vivo».

Y para muestra, Wiener Schnitzel. La canción, compuesta por Weil, tocada tipo “descarga”, con todos en tarima, luego de las risas del auditorio todo cuando el pianista contó que el nombre de la pieza, como un emblemático plato vienés, fue asumida por el percusionista Alfredo Naranjo con un tumbao más criollo: “viene el niche”.

Tributo a Gerry Weil

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