Cultura

Chilenos muestran en Caracas que sí hay cine latinoamericano infantil

La Muestra de Cine Chileno en la capital acostumbra a elegir a un director “estrella” para sus proyecciones. Este año, en su novena edición, el cineasta Andrés Waiisbluth se presenta con cuatro piezas audiovisuales y una queja constructiva ante al “inexistente” cine latinoamericano infantil.

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ALEXANDRA SALAZAR

La embajada de la República de Chile en Venezuela y la Fundación Cinemateca Nacional auspiciarán desde el 6 hasta el 12 de octubre cinco largometrajes y cinco películas chilenas que se proyectan por primera vez en la capital. La inauguración de la muestra llega con uno de los pocos –sino el único- largometraje infantil con personajes reales dirigido en la región.

Andrés Waiisbluth refuta este género relegado desde Caracas, con su último proyecto propuesto sino en exclusividad, principalmente para niños de entre 7 y 12 años: Un caballo llamado Elefante.

La historia nace con vestigios de una nostalgia inculcada por los detalles de Cantinflas o las risas de Chespirito, a quienes el director recuerda como “los únicos grandes maestros referentes del cine infantil latinoamericano”, pero su principal impulso persigue la identidad y los valores culturales vinculados con las pinceladas del continente.

El cine latinoamericano se ha abierto paso en la industria no tanto por las obviedades de un idioma en común, sino por una estética mucho más cruda y real a lo que nos tiene acostumbrados Hollywood. Como fuerza paralela, la poca celeridad de la industria latina en el mercado del séptimo arte puede ser evidente; sin embargo, países como Argentina, México y Brasil abrieron hace décadas un camino para los testimonios de historias de este lado del charco.

Aunque varios directores latinoamericanos han logrado retratar en sus filmes una suerte de niñez golpeada en el desarraigo -Ciudad de Dios de Fernando Meirelles (2002), o Los Olvidados de Luis Buñel (1950)- las películas dedicadas exclusivamente al público infantil, especialmente si no son animadas, brillan por su ausencia.

“Yo siento que en Latinoamérica hacemos de todo menos cine infantil, entiendo que competimos con monstruos muy grandes, pero aunque sea David y Goliat tenemos que hacer esa pelea. Cuando comencé a llevar a mis hijos al cine me di cuenta que no había cine latinoamericano para ellos, cosa que es muy importante porque este moldea los imaginarios y las mentes de los niños; ahí fue que tome la idea de hacer una película para chicos con nuestros valores e identidad, igualmente emocionante, ya que es una condición que exige este público, pero con nuestra cultura”, resalta Andrés Waiisbluth.

Un caballo llamado Elefante está inspirada en un relato del músico chileno “Lalo” Parra, hermano de Violeta Parra, quien compartió con Waiisbluth una imagen particular de su infancia: él y su hermano Roberto dejando su hogar para seguir a un circo. “Le dije que era una bonita historia para una película, el quedó obsesionado y a los dos o tres meses me contactó para que la hiciera. Cómo le iba a decir que no al hermano de Violeta Parra”, señala el director.

La adaptación del relato a la pantalla grande se desdobla en la historia de dos hermanos, provenientes de una numerosa familia, que esperan para despedirse por tercera vez de su abuelo moribundo; en sus últimos minutos de vida este les pide liberar su alma dejando escapar a su caballo predilecto: Elefante. El animal es secuestrado por los integrantes de un circo en el cual los niños se tendrán que infiltrar para cumplir el último deseo de su abuelo.

Con respecto a su relación con las producciones del séptimo arte en Venezuela, se podría decir que es escasa pero satisfactoria. “He visto muy poco cine venezolano, vi Desde Allá y Pelo malo, pero no he visto mucho más; aunque las que he visto son muy buenas” resalta el cineasta chileno.

Cronograma

El viernes 7 de octubre se presenta la obra de Waissbluth en la Escuela Básica Bolivariana Gabriela Mistral, ubicada en la parroquia 23 de Enero de Caracas a las 2:00 pm; mientras que a las 5:30 pm en la cinemateca se proyectarán Amén y Los Debutantes, de Waissbluth y Café Amargo, de Roberto Villalobos.

El sábado 8 se proyectarán a las 5:30 de la tarde Los Resentidos, de Pablo Álvarez, junto a Suburbios y 199 Recetas para ser feliz, de Waiisbluth. El domingo 9, a las 3:30 pm se mostrará Montaje Anónimo, de Marcelo del Campo, Café Amargo, Amén y Los Debutantes.

El lunes 10 las salas estarán abiertas a la 1:30 pm para ver Hemosestapeor, de Lucas Quintana y Casa de Remolienda, de Joaquín Eyzaguirre. A las 3:30 pm se proyectarán 18 en el Parque, de Waissbluth y la muestra infantil Un Caballo llamado Elefante.

El martes 11 a la 1:30 se repite la proyección de Suburbios, Los Resentidos y 199 Recetas para ser feliz. Cierran las funciones del cine chileno el miércoles 12 a las 3:30 de la tarde las piezas Montaje Anónimo y Padre Nuestro, de Rodrigo Sepúlveda.

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