Manual para entender la primera temporada de WestWorld
La serie inspirada en el filme de Michael Chrichton convenció a críticos y fanáticos al punto de ser nominada a 22 premios Emmy. Lisa Joy y Jonathan Nolan se frotan las manos porque su idea, bajo la producción de J.J Abrams, ha calado y se tomarán un buen tiempo para retomarla. Ahora bien, los televidentes que esperaban un final que aclarara el panorama han terminado con el cerebro frito. Para ellos va este post.
Lo primero que debemos tener en cuenta cuando nos sentamos a ver WestWorld es un apellido: Nolan. Al hermano de Christopher (Batman Begins) le gusta de jugar con el espectador, confundiéndolo con el uso de los tiempos. Así lo ha hecho en los guiones de Memento, The Prestige (2006) e Interestellar (2014). Por lo tanto, los hechos en la serie no suceden de manera ordenada. Es decir, no estamos ante una historia que se cuenta desde el pasado al presente o desde el presente al futuro.
Como consecuencia de lo anterior, para simplificar la explicación, podemos reconocer que la trama tiene como base a tres personajes principales. El primero es Ford (Anthony Hopkins), quien está perfectamente unido a Arnold. Como nos han contado, hace 30 años empezaron a trabajar en este parque de atracciones para los humanos que buscaban nuevas experiencias. En WestWorld los visitantes pueden hacer reales sus fantasías, una premisa que ya fue gerenciada por Mr. Roarke (Ricardo Montalbán) y Tatoo (Herbé Villechaize) a finales de los 70s en La Isla de la Fantasía. El punto de conexión entre Ford y Arnold, o lo que sería igual, entre pasado y presente, es una de las anfitrionas: Dolores (Evan Rachel Wood). Hasta donde se sabe, es la robot más antigua del parque y como no envejece, ha sido utilizada para que los guionistas nos jueguen quiquirigüiqui o, como se diría en dominó, nos metan «una cabra». Con los últimos capítulos hemos descubierto que sus recuerdos y descripciones no responden a un momento exacto, sino a diferentes etapas, que van desde el prototipo del parque hasta el último movimiento de Ford para abrir una nueva narrativa. El segundo personaje clave es William (Jimmy Simpson), cuyo parecido a Christian Slater pone los pelos de punta. El espectador más o menos acucioso ya intuía que se trataba de El Hombre de Negro (Ed Harris), pero en su juventud. Aquí no hay mucho qué aclarar salvo que Dolores también sirvió de coartada para que tardáramos en asociar la relación entre ambos. Como William no aparece de inmediato en la trama sino hasta después del segundo episodio, se confundía con un visitante más. La clave para la prócima temporada es conocer las razones por las que William se convierte en un adicto a esta realidad alterna, y su posición como socio capitalista de WestWorld. Y es aquí donde empieza la especulación: ¿es tan terrible lo que sucede afuera, en el mundo «real», que se necesita una realidad alterna para sentirse vivo? Lo que sí queda claro por los diálogos entre William viejo y Dolores, es su obsesión por conseguir que los anfitriones (robots) tomen conciencia. De allí esa risa de placer cuando le disparan al hombro en el capítulo final de la primera temporada. Dicho de otra forma, El Hombre de Negro (William) encontró una razón para quedarse en WestWorld: que la revolución de Arnold se cumpliese, y para ello era obligatorio que Dolores recordara. Eso explica el dolor que le infringía una y otra vez y por eso disfruta la paliza que recibe en el capítulo final, hasta que ella cae en cuenta que se trata de su amor envejecido. En retrospectiva, para aclarar el punto anterior, los fanáticos de la serie pueden recordar cómo Dolores empieza con los flashbacks cuando su padre (Peter Abernathy), encuentra la foto de la hermana de Logan (Ben Barnes), la prometida de William. «Los placeres violentos poseen finales violentos», dice en el primer capítulo, frase que se repite en el final. A propósito de Logan, no nos aclaran qué sucedió con él, luego de cabalgar desnudo y amarrado al caballo. ¿Murió? ¿Lo veremos en la segunda temporada? Tal vez lo único que importa es que al desaparecer, William pasó a ser un accionista muy importante del parque. La tercera «protagonista» es Maeve (Thandie Newton). No nos pelamos cuando analizamos el capítulo inicial y sospechábamos sobre la importancia que tomaría en la trama. Podemos asegurar por lo que sucede en Delos, donde lamadametoma el mando amenazando a sus programadores, al punto de mejorar su conciencia e intentar el escape de WestWorld, que ella actúa en el presente de la serie. Para su misión manipula, literalmente, a Héctor (Rodrigo Santoro), uno de los robots más atractivos y carismáticos de la serie. Los enigmas ¿Quién es Arnold? Arnold es un recuerdo. «La obsesión de Arnold por la conciencia le llevó a la muerte», dice Ford. Básicamente, más allá de saber que fue un socio de Ford y que deseaba una rebelión de los anfitriones, la verdad es que obtenemos más información gracias a Bernard (Jeffrey Wright), para quien escribe, el personaje más interesante de la serie. De nuevo, si teníamos los ojos abiertos, podíamos concluir que «Arnold Weber» es un anagrama (procedimiento que consiste en crear una palabra a partir de la reordenación de las letras de otra palabra) de «Bernard Lowe». Fabricadl entonces para suplir al exsocio de Ford, Bernard es un conector, como Dolores, con el principio y con el fin. Pero también la mano derecha de Ford para culminar el plan que se observa en la escena final de la primera temporada. ¿Muere Ford? Sí, salvo que los productores se lancen un as bajo la manga, como que el asesinado es un Ford-robot y no el verdadero. No obstante, Anthony Hopkins estaba contratado para 10 capítulos y los cumple. Planea su muerte a manos de Dolores, como ya lo hizo Arnold, pero a diferencia de su amigo, sí ha conseguido que antes de despedirse los anfitriones cuenten con plena conciencia para acabar con sus «dioses». Obviamente aquí hay una no tan sutil referencia al Planeta de los Simios, que se inició con la escena en la playa entre Teddy (James Marsden) y Dolores. En correspondencia con lo anterior, se abren elucubraciones sobre la segunda parte de WestWorld. Si sigue la vía del Planeta de los Simios, los anfitriones dominarían a los humanos. Sin embargo, otra teoría indica que Delos se encargaría de colocar las cosas en su lugar y la trama tendría como base otro escenario que no sería el viejo oeste. Un indicio podría ser los samuráis que ensayan una pelea, aunque parece demasiado obvio, si seguimos eltimingde la serie, que adora despistarnos. ¿Quién es Wyatt? Pues Dolores. Cuando logra tener conciencia y conecta todos sus pasados, podemos ver que ella es el general loco que acaba con los otros anfitriones y con Arnold, en la famosa masacre de Escalante. Cuenta con la ayuda de Teddy, quien nunca puede recordar y unir las piezas como sí lo hace Dolores. Aquí podemos aclarar un punto: Dolores elimina a Arnold una vez que ha resuelto «el laberinto», es decir, ha tomado conciencia. Por esto, el socio de Ford no quería abrir el parque. Al contrario, el personaje que interpreta Hopkins borra la memoria de Dolores y sigue adelante con el proyecto, aunque una vez que todo se ha salido de las manos, decide, como cualquier «Mad Doctor», abrir la Caja de Pandora y darle rienda suelta al instinto de los robots, sabiendo que ese sería su fin. ¿Qué es el laberinto? Una diablura típica de J.J. Abrams, productor de la serie. No es más que un juego que pretende confundir al televidente como ya sucediera en Lost (recordar el humo negro). Al final es un simple artefacto de esos que dan en las piñatas y en el que se intenta meter la bolita en el centro, pasando por unas paredes que semejan un laberinto, aunque un poco más sofisticado en WestWorld para dar la idea de un mapa. Por eso Ford le advierte al Hombre de Negro que el laberinto no está hecho para él. En conclusión: un simple estratagema para que Dolores conecte con su conciencia. «La consciencia no es una pirámide, si no un laberinto hacia el centro. Te lleva hacia dentro y hacia fuera», advierte en uno de los diálogos Bernard a la robot. ¿Qué pasa con Maeve? No está muy claro. Aunque se entiende que se devuelve a buscar a su hija, en un arrebato de conciencia humana. Hasta ahora solo se sabe que tres actores tienen contrato hasta 2018: Wood (Dolores), Wright (Bernard) y Harris (El Hombre de Negro). Newton, que le da vida a la jefa de la prostitutas y que posteriormente se convierte en la vengadora de los anfitriones, no. Así que debemos esperar con calma (un año al menos según los productores), para saber el destino de esta magnífica serie, la mejor de 2016.
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