"No vengas a casa": final explicado de la serie de terror de Netflix

El éxito de «No vengas a casa», serie que en Venezuela se ubicó entre lo más visto en Netflix, no se basa en el mecanismo que le permite a ciertos personajes viajar en el tiempo sino en algo muchas veces tratado en el cine y la televisión: la maternidad.

¿Qué estás dispuesto a hacer por tu hijo? Esa es una pregunta que explica, desde diferentes ángulos, la motivación de los personajes principales en la serie dirigida por Woottidanai Intarakaset.

Lo que en principio parece ser una historia más de casas embrujadas, deviene en una cuento de terror más profundo, en el que se mezclan viajes al pasado, abusos familiares, alcoholismo y machismo. Todo está muy bien pesado y se cierra con un final trágico para la mayoría de los involucrados.

El cierre de «No vengas a casa», puede ser confuso para muchos espectadores, precisamente porque el título de la serie toma sentido en una escena final. En las siguientes líneas vamos a explicarlo y para hacerlo, advertimos, debemos hacer spoilers.

«No vengas a casa» inicia como una historia en la que Varee (Woranuch BhiromBhakdi), una madre que huye de su esposo violento, llega con su hija, Min (Ximena Frutos), a una mansión abandonada. En esta enorme casa empiezan a suceder extraños eventos que incluyen visiones de una entidad desconocida por parte de la pequeña. Es la desaparición repentina de la menor lo que acelerará los hechos.

¿Cómo se abre el portal para viajar al pasado?

La serie comienza como una trama al estilo «El Conjuro», hasta que nos damos cuenta de que la casa es un portal para viajar en el tiempo. Esto sucede porque Panida (Cindy Sirinya Bishop) ha estado experimentando con la ciencia, en la búsqueda de manipular el espacio/tiempo, para recuperar a su hija, que murió en un accidente vehicular. En este proceso, consigue traer a otra niña del futuro, Min.

Ahora bien, no hay claridad sobre cómo funcionan estos viajes en el tiempo. Sí queda establecido que los personajes se desenvuelven en dos épocas: 1992 y 2024. Se puede inferir que cuando muere Varee (en 1992), la mansión queda maldita y de alguna manera se genera un nexo entre el pasado y el futuro. Las imágenes aterradoras que ve Min, al principio de la serie, pueden ser vestigios de Varee, quien falleció de manera trágica en esta casa.

Quién es quién

Para comprender el final de «No vengas a casa» hay que volver a la muerte de la hija de Panida. Esta mujer no solía prestarle atención a la pequeńa. Una vez que sucede el accidente automovilístico, en el que fallece también su esposo, Panida concentra su esfuerzo en encontrar la forma de ir al pasado y cambiar lo sucedido, esperando ser una mejor madre. Sin embargo, su esfuerzo genera una nueva tragedia: separa a Min de su madre, Varee.

Cuando Min, en 2024, ingresa al closet, de alguna manera aterriza en 1992, en la casa de Panida. Esta última, afectada psicológicamente por la muerte de su hija, la adopta. Primero le dice a su entorno que es su sobrina, pero luego cambia la versión y anuncia que es la madre. Esta versión se pone en riesgo cuando también llega del futuro Varee, la verdadera madre de Min.

Pasan diferentes cosas, incluso un intento de asesinato, hasta que Varee y Panida se enfrentan físicamente. Varee descubre rápidamente el punto clave de la serie: ella y Min son la misma persona. Intenta explicar esto y una otra vez, pero nadie le cree, ni siquiera Natee (Alejandro Orozco), el empleado de la familia que pierde un ojo precisamente por mantener a Varee lejos de su hija.

Varee muere en aquella escena en la que cae por la baranda y luego el candelabro sentencia su vida. Panida se encarga entonces de la crianza de Min, pero cuando su «hija» crece, ve el parecido con Varee y es cuando cae en cuenta que lo que le decía la extraña señora que aparece en casa de la nada y que asesinó, era verdad. Es por ello que le dice, agonizando de una enfermedad terminal a Min: «No vuelvas a casa».

El bucle temporal

Cuando Panida pronuncia el «No vuelvas a casa», es el punto de inflexión de la serie. Pues cada vez que la Varee de 2024 regresa y se encuentra con su madre en 1992, va suceder lo mismo: morirá, generándose un bucle porque la asesina cría a Min, a quien le cambiarán el nombre y se llamará Varee. Esta Varee se casará con un hombre abusador, buscará un hogar nuevo y terminará entrando en, por llamarlo así, «la máquina del tiempo», que es la casa.

En conclusión: Min y Varee parecen personajes separados, pero no lo son. Están atrapados en un bucle temporal.

¿Y qué tiene que ver la policía?

Un elemento que funciona para distraernos y aferrarnos a la silla como espectadores es la historia de Fah (Pitchapa Phanthumchinda), la oficial embarazada que lleva a cabo toda la investigación de lo que sucede en la casa donde ocurre la desaparición de Min primero y luego la de Varee.

Fah es la única que consigue armar una teoría con respecto a lo que sucede en la casa. De hecho, descubre que Varee murió en 1992. Para llegar a este punto es clave que el papel con un número que está en el archivo de la investigación, pues es el número que la oficial le dio a Varee para que se comunicara con ella. También es el número que le da Min a Panida para que se comunique con su familia. Obviamente no funciona, porque es un código de teléfono de 2024 que no existía en 1992.

Sin embargo, Fah sabe que no puede comprobar nada de esto. Por eso, decide abandonarlo todo. Primero, se toma un último whisky con su alcohólico y deprimido padre, que huele a despedida y cierre de esta relación abusiva (ella le paga el alcohol). Luego, tiene una escena con el esposo de Varee al que culpa de todo lo que ha sucedido. Y en parte es cierto, porque si el esposo no hubiera sido maltratador, Varee no se habría escondido en esta mansión que guarda un portal y por lo tanto Min no habría desaparecido, lo que desencadena toda la tragedia.

Y por último, Farah renuncia a la policía y decide ser madre soltera (en el hospital no da el nombre del padre), alejándose de su superior (quien la embarazó), del compañero de trabajo (con el que tuvo un breve romance) y del entorno tóxico masculino, al que acusa de siempre «querer el poder».

Al principio decía que esta serie tiene que ver con la maternidad y en el final queda comprobado. Primero, Panida se arrepiente de no haber sido una madre cariñosa y por eso genera un portal para recuperar el tiempo perdido. Varee viaja en el tiempo porque no descansa en su meta de recuperar a su hija desaparecida, Min. Y, en este contexto, tras encontrarle solución al caso, aunque sin poder comprobarlo, Farah comprende que lo mejor que tiene es el presente. Por eso decide comenzar desde cero, concentrándose en su hijo. Es la única consecuencia positiva de una sucesión de eventos desafortunados.