Todo sobre Blue, La Vénézuelienne
Aura Marina Hernández, más conocida como Blue e icono de la moda venezolana, presenta una exposición que resume 30 años de carrera al lado de grandes firmas internacionales
Aura Marina Hernández, más conocida como Blue e icono de la moda venezolana, presenta una exposición que resume 30 años de carrera al lado de grandes firmas internacionales
En el marco del Latin American Fashion Summit (LAFS), en Miami, tuve la oportunidad de entrevistar a nuestro icono de la moda venezolana, Aura Marina Hernández, a quien se conoce como Blue, en exclusiva para El Estimulo, en una conversación íntima que nos describió el sentimiento y la creación de Blue, La Vénézuélienne, la fabulosa exposición que se está llevando a cabo en el Cubo Negro de Caracas.
A continuación, algunos detalles contados por Blue acerca de la preparación y montaje de Blue La Vénézuélienne:
– La idea de mi exposición surgió de forma muy natural. El presidente de la Cámara de Comercio Franco Venezolana, Jean Anglade, vino a hablar conmigo para organizar los 50 años de la Cámara y su gira de medios con mi equipo de Blue Press Service, y me preguntó si yo estaría interesada en participar, ya que durante 30 años estuve muy involucrada con la casa Dior y sus licencias en Venezuela, y si yo quería compartir mi experiencia de esos años a través de mis archivos que conservo intactos de fotos, recortes de prensa, desarrollos de licencias como delegada de la firma en Venezuela, Colombia, Panamá y las islas del Caribe.
«Soy una persona muy organizada y durante todos esos años guardé todo los que me pareció importante, así como la correspondencia desde que me contrataron y, cuando le conté esto al director de la Cámara, me propuso exhibir estos archivos y testimonios de mis años con Dior. Esta idea ya la había comenzado yo a gestar junto al fotógrafo y gran amigo Fran Beaufrand, quien nos dejó hace un tiempo, y también junto a Miguel Ángel Becerra, quienes siempre soñaron con este proyecto de enseñar tanto material, así como mi colección de vestidos y accesorios, que reflejaran mi historia y una época irrepetible.
Inmediatamente llamé a Miguel Ángel Becerra para la curaduría y a Tulia Soucy quien, muy generosamente, nos cedió el espacio maravilloso en el Cubo Negro. No tengo palabras para agradecer el franco apoyo de Edward Sitzer en la escenografía, como siempre sensacional, de Silvia Neressof, del equipo de jóvenes que trabajan conmigo en Blue Press Service, de Mauro Cilingg, a quien agradezco su amor por la moda y que yo lo pueda guiar por este camino, a todo el conjunto de personas que lo hizo posible.
Además de moda, en la exposición también se pueden ver testimonios de las seis Bienales de Arte Christian Dior que organicé en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas y de los conciertos de música clásica patrocinados por la Fundación Carlos y Alegría Beracasa. En fin, toda mi historia de amor con la moda. En realidad, no se trata de una exposición de Dior sino del trabajo de una persona durante 30 años».
– Los sentimientos que afloraron en mí fueron muchísimos porque fue una época dorada en el país y tuve mucha suerte de tener una amiga que fue muy importante en mi vida: Maruja Beracasa. Siempre estaré agradecida de que me hubiese presentado a la gente de la casa Dior y en cada entrevista le daba su reconocimiento y ella me decía: ‘Blue, no me des las gracias, es verdad, yo te presenté en Dior, pero quien ha trabajado eres tú y lo hiciste muy bien’. Pienso que Maruja vio en mí a esa persona en la que me convertí y sabía que yo no le iba a fallar en ese trabajo.
En algunos momentos, sentí también una tristeza por tantos recuerdos, sentimientos revueltos de lo que fue esa Venezuela, de lo que fue la moda y su importancia, de lo que fue la mujer venezolana siempre tan elegante, de hecho, la primera boutique Dior fuera de Francia fue en la Avenida Francisco de Miranda en Caracas porque monsieur Dior notó la elegancia indiscutible de las venezolanas y esas fiestas bellas y elegantes de la época de Pérez Jiménez.
«Recuerdo a mi mamá con esos vestidos yendo a los bailes y todavía conservo las fotos de esa época. Mis sentimientos de añoranza, sentimientos de querer tener un país igual, sentimientos de todo lo que hice y que ya pasó y no volverá a pasar y, sobre todo, el sentimiento de orgullo que siento por haber logrado un trabajo impecable en el que aprendí todo, porque, la verdad, es que yo me crie en Maracay y estudié en el Colegio María Auxiliadora con las monjas, nunca fui una joven de pretensiones ni nada por el estilo.
Fue muy lindo, y es para mí muy enriquecedor, haber dejado en esta exposición una historia para que los jóvenes que se están formando se inspiren y sientan que sí se puede”.
– No lloré como tal, pero el corazón se me puso chiquitico y se me salieron las lágrimas muchas veces y todavía se me salen cuando cuento mi historia y tantas anécdotas como, por ejemplo, que no podía utilizar piezas de otras marcas y hoy en día es muy importante saber que representas una firma y no puedes publicitar a la competencia respetando el ADN de la marca. La verdad es que espero que muchos jóvenes de toda Venezuela puedan visitar la exposición y aprecien esa historia de alguien que hizo su trabajo con mucho amor.
– El trabajo de Miguel Angel no pudo ser mejor. Él es una persona apasionada por la moda y el diseño. En una oportunidad me acompañó a París, estuvimos en el museo y disfrutó mucho el recorrido por todos esos lugares donde tengo las puertas abiertas, ya que es un gran conocedor de las telas y posee esa sensibilidad para el arte y la belleza. Hubiese necesitado un espacio más grande para mostrar todo lo que conservo, 30 años de ropa que he atesorado incluso vestidos que en una oportunidad me robaron y los ladrones los dejaron en un terreno baldío al lado de mi casa.
“Se formó un equipo y cada uno supo dar lo mejor de sus capacidades. Blue lo lideró como lo sabe hacer: con carácter y de manera correcta. Nos entregaron la sala vacía un lunes, solo con lámparas y creamos la magia. Cuatro obreros comenzaron a pintar maniquíes, se forraron paredes de espejos, se hicieron milagros con bajo presupuesto.
Luego comenzamos la puesta en escena: se montó la vitrina, después llegaron los vestidos donde nos apoyaron dos hombres del mundo de la costura. Además, Silvia Neressof, que ha manejado tantas experiencias con Blue, fue nuestra presentadora estrella junto con la doctora Diana, que es un ángel con sus manos mágicas, cosiendo los detalles, sin olvidar a nuestros jefes de sala, Mariana y Mauro que son un lujo.
Sé que no fue fácil y tuve que mantener la cordura para llegar a la meta. Mi compromiso de entregar una exposición con calidad internacional se logró. Sigo agradecido”.
«En la exposición están reflejadas tres épocas de Dior, a través de los diseños de Marc Bohan, Gianfranco Ferré y John Galliano, cada uno muy distinto tanto en estilo como en personalidad.
Bohan siempre con su impecable bata blanca y, al final de la colección, siempre se reunía con nosotras, las delegadas, para explicarnos los diseños.
Ferré me llamaba Madame Camera porque yo siempre cargaba mi cámara fotográfica y decía que las fotos eran para la prensa venezolana y todas esas clientas venezolanas salían en nuestras páginas sociales, gracias a mi camarita.
John Galliano, muy sencillo, e hizo desfilar a nuestra Patricia Velásquez en un vestido naranja con un collar estilo Massaï. Yo grité ‘¡Patricia!’ ¡Qué emoción!
Las influencers de esa época eran mujeres como Sofía Loren, las princesas de Mónaco, Madame Chirac... ¡eran otros tiempos! Qué maravilla recordar esos desfiles, Titina, que tú también disfrutaste conmigo en París cuando diseñabas joyas para la alta costura.
La exposición la vamos a extender hasta el 5 de diciembre y la idea es que todos la vean, que puedan aprender y que, sobre todo, entiendan el excelente trabajo que se hizo en cuanto a confección en esa Venezuela.