Cada hora, al sonar las campanas de la Basílica de Santa Teresa, en el Centro de Caracas, entraban cientos de feligreses a agradecer las promesas cumplidas por el Nazareno.
Descalzos, con orquídeas en la mano, velas y túnicas púrpuras, los caraqueños celebraron el Miércoles Santo.
El recorrido del Nazareno inició desde la hacienda Lecumberry y salió en procesión hasta la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario. En la tarde inició un recorrido por el pueblo hasta volver a la hacienda en la que ha estado desde que llegó de España
En la Basílica de Santa Teresa desfilan docenas de niños, jóvenes, hombres y mujeres. Con flores en mano, llegan para agradecer haber superado algún problema de salud o pedir la cura una enfermedad. Elizabeth Mosquera, madre de Juan Pablo, es una de ellas
Han pasado más de 200 años y la fe se ha transmitido de generación en generación. Los palmeros bajaron ayer y los católicos celebran
