Espectáculos

Hablan sus padres: “El Chigüire Bipolar vivirá más allá del chavismo”

El portal de “noticias parciales y sin veracidad a manos de un roedor con peos psicológicos” obtuvo el Premio Václava Havla a la Disidencia Creativa, que otorga desde 2012 la Fundación de Derechos Humanos. Dos de sus creadores, Oswaldo Graziani y Juan Andrés Ravell, hablan de la vida de uno de los animales con más humor en Venezuela, antes del pajarito, los mariposones y las vacas.

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Chigüire Bipolar vs Diosdado Cabello
Foto: Cortesía El Chigüire Bipolar

El medio digital –de “suscripción a $6,30 si eres Diosdado”– logró un importante reconocimiento internacional, más allá de los “like” que le otorgan a diario sus seguidores.
Creado en 2008 por Elio Casale, Oswaldo Graziani, y Juan Andrés Ravell, El Chigüire Bipolar hace del absurdo su mejor emboscada. Esto le ha valido el Premio Václava Havla a la Disidencia Creativa, que otorga desde 2012 la Fundación de Derechos Humanos. También fue reconocido el dramaturgo zimbabuense Silvanos Mudzvova y la poeta y activista bareiní Aayat Alqormozi.
La ceremonia de entrega del galardón será el miércoles 24 de mayo en Oslo, Noruega, como parte del Oslo Freedom Forum 2017.
“El Chigüire Bipolar está jugando un rol cada vez más importante en la resistencia contra la campaña implementada por Maduro para suprimir la libertad de expresión. Su humor crudo y análisis riguroso demuestran el gran poder que tiene la sátira al momento de criticar a los regímenes autoritarios”, señaló el secretario general de HRF y miembro del comité del premio Havel, Garry Kasparov.
Más que con alegría, Oswaldo Graziani y Juan Andrés Ravell lo reciben como una motivación para que la página viva más allá del año 2021.
—¿Qué es la disidencia creativa para ustedes?
—JAR: Lo vemos como una forma de hacer activismo político creativo.
—OG: El término nos causó un impacto interesante, porque nunca lo habíamos definido así. Pero escuchamos la frase y nos hizo click. Definitivamente hacemos disidencia creativa y creo que es una manera de hablar. Hay muchas formas de disidencia que no recurren a la violencia y la creatividad es una herramienta clave a la hora de luchar contra eso.
—¿Cómo se habían planteado El Chigüire en un comienzo?
—JAR: el objetivo era llevar la política y la actualidad, que usualmente son aburridos, de una forma más entretenida a la gente joven para que se formara su propia opinión sobre lo que pasaba. Desde que nació El Chigüire hasta ahora hemos ido definiendo con más claridad que nuestra meta: no se trata solo de hacer reír, sino de pensar.
—En esta época de memes, ¿cómo se ha transformado el humor?
—JAR: Nos nutrimos de todo lo que pasa, incluso de los nuevos métodos, manteniendo nuestra premisa: jamás vamos a hacer humor con la desgracia ajena. No nos vamos a burlar de la persona que busca comida en la basura, sino del que tiene a la persona ahí. Hay mucho en Internet del trolleo por trollear; nosotros evitamos caer en eso. Parodiamos la realidad y también las formas de comunicarse; producimos memes o tipo explainers que están de moda y les buscamos la vuelta para que el lenguaje sea más claro.
—OG: También hay proyectos que funcionan y podemos rescatar. Un ejemplo es Pero tenemos patria; a pesar de que le fue bien tuvimos que dejar de hacerlo por un tema económico. No era tan caro, pero los recursos son limitados. Igual trataremos de rescatarlo.
—¿Cómo se financia El Chigüire Bipolar? ¿Cada cuánto les llega el cheque de la CIA?
—JAR: Básicamente por otros proyectos que hace Plop Contenido, también Cochino Pop y El Mostacho ayudan. El Chigüire genera muy pocos ingresos por publicidad. Tenemos la suerte de que en la compañía hay otros proyectos que sí son más rentables y nos ayudan a mantenerlo a flote; y lo hacemos con mucho placer porque nos ha dado la exposición, como este reconocimiento.
—¿Cómo es la dinámica para crear el contenido? ¿Quién escucha sus chistes primero?
—JAR: El público somos nosotros. Si algo nos da risa, lo publicamos. Es bien egoísta la dinámica, lo sé (risas). La cosa siempre empieza por una noticia, un suceso, una situación cotidiana, un sentimiento… y hacemos un brainstorming digital. El equipo está conformado por unas diez personas y desde un grupo de whatsapp se deciden los temas, también se envían los email con las premisas. Casi siempre hay un consenso.
—OG: Arrancamos por la conversación en serio, antes de entrar en la parte cómica. Es un trabajo periodístico: vemos dónde estamos parados y qué queremos decir. De allí sale lo que llamamos el ángulo. Pero como no es periodismo frontal sino bizarro, variamos los métodos. A veces es la exageración, otras la parodia, a veces jugamos a ser más chavistas que el más chavista y confundir. Hay como doce salidas que podemos emplear.
—¿Han recibido amenazas del gobierno?
—JAR: Cuando ha sido así, siempre lo han hecho por los caminos verdes. Sobre todo cuando se murió Hugo Chávez, que nos mandaron mensajes diciendo que nos estábamos pasando. Pero también tenemos críticas de la oposición. Una vez se me acercó la mamá de un líder político y me dijo que le dábamos muy duro a su hijo. Las amenazas son las menciones tradicionales, pero nada grave. Las más peligrosas las hemos recibido cuando hablamos de béisbol. Así es el país. Una cosa extraña.
—¿El chavista se ríe de sus publicaciones?
—JAR: Sí. Nos pasó una vez, cuando Chávez habló en cadena de Isla presidencial y habló bien. Fue una crítica positiva de la serie y estuvo interesante. Años después, Maduro también nos mencionó, pero sin sentido del humor. Criticaba que lo poníamos muy bruto. Del lado de la oposición conocemos políticos que nos han comentado cuando algo les gusta. Nos metemos con el absurdo venga de donde venga. Sabemos que la mayoría se lo lleva el chavismo, pero no es exclusivo, porque creemos que El Chigüire vivirá más allá del chavismo y queremos que sea así. Buscaremos la manera de seguir siendo relevantes.
—¿Cómo se sienten cuando la realidad es más absurda que el chiste?
—JAR: Lo llamamos comedia involuntaria: cuando lo que tenemos que hacer es poner lo que alguien dijo o hizo sin contexto y da risa por sí mismo. A veces pasa al revés, hacemos una noticia que parece cómica y la gente se la cree. Eso ocurre en un país donde pasan tantas locuras.
—¿Qué harán con el premio?
—JAR: Hay dos cosas: vamos a seguir haciendo exactamente lo mismo. Porque más que una celebración, es una motivación. Todo el equipo está súper involucrado y nuestro trabajo es reconocido, esto es una inyección de combustible. Además, vamos a aprovechar el viaje a Oslo para hablar sobre Venezuela. Queremos ser un megáfono de lo que sucede y actualizar a las personas; porque cuando estás fuera, se piensa en la Venezuela de Chávez de 2006 o de 2012 y realmente las cosas han cambiado mucho.
—OG: Creo que el valor del premio es sobre todo interno. Es una motivación sentir que no estamos haciendo chistes en Twitter, sino que hacemos una forma consciente de activismo político para lograr ciertos cambios. Nos encantaría estar metiéndonos con otro presidente, ese es nuestro objetivo.
—Luego del premio y del aumento del sueldo mínimo decretado por Maduro, ¿mejorará la situación del pasante subpagado?
—JAR: (Risas) Por un tema de filosofía, va a seguir siendo pasante y seguirá estando subpagado. Ninguna de las dos cosas va a cambiar.

Chigui3
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