Con el sello THE STOAT

En una sociedad donde la personalización es un valor en alza diferenciarse es la clave. Cada vez son más las marcas que apuestan por fomentar cierta individualidad, The Stoat ( El Armiño ) es un ejemplo oportuno de esta vía cada vez más transitada por las nuevas generaciones de hacedores de moda.
Con paso determinado y sin descanso Carlos Paredes y Renato Ruffoni, ambos graduados en La Confianza (Asociación Española de Sastres), se han comprometido con una manera distinta de hacer moda y comunicarla. Aunque todavía es una etiqueta pequeña es evidente que tienen un olfato natural para crear piezas con sentido, ropa para mujeres y hombres que disfrutan las raíces clásicas de la sastrería y la costura pero que viven en el mundo actual.
Dice mucho de este par esa determinación por apostar por lo poco convencional, un camino que no suele ser fácil y más en estos tiempos tan cambiantes donde tendencias y máxima rentabilidad al menor tiempo posible van de la mano.
“Nuestra filosofía creativa investiga y revisa las formas clásicas y tradicionales de la sastrería y la costura, aplicando sus métodos para realizar piezas llenas de confort, cómodas y prácticas para disfrutarlas en el día a día”. Y esta observación de los diseñadores se entiende mucho mejor cuando vemos de cerca su trabajo, sobre todo, en impecables chaquetas y vestidos. El cuidado por los detalles, la atención que prestan a la silueta, el trabajo dedicado de volúmenes y las extraordinarias texturas expresan mejor que las palabras el resultado de un producto elaborado con dedicación y extremo cuidado.
Aunque no vivimos una época de gloria para la costura y la sastrería estos dos talentos de diferentes latitudes y distintas culturas -Renato Ruffoni es venezolano- están comprometidos con renovar la manera de hacer y sobre todo, de vender esta categoría de moda. Hoy en día, en el mundo en general no hay mucho arte ni demasiado protocolo a la hora de vestir, y trabajando desde España, uno de los países pioneros en pronta moda, el reto es todavía mayor. Sin embargo, estos creadores están convencidos de que sí existe un mercado que busca y quiere distinguirse, que desea disfrutar de la calidad, de piezas con más vida útil, y que busca ropa con historia pero sin nostalgia.

Concentrados en objetivos realistas y en darle el justo valor a sus creaciones, los creadores de The Stoat han declinado su trabajo con inteligencia y diversidad, bolsos, pañuelos y franelas forman parte de un segundo aliento que permite acercarse al concepto de la marca en términos más accesibles y directos. “Hacer ropa para mujeres y hombres nos ha dado una capacidad particular para adaptarnos al momento que vive la industria, somos capaces de hacer una chaqueta de smoking rosada para un cliente audaz pero también podemos diseñar una camisa blanca impecable y favorecedora para una cliente global. Esa es justamente la idea, saber adaptarse a las exigencias de un mercado exigente y un poco saturado, en este negocio sino respondes con certeza y rapidez desapareces”.
Las exigencias de un mercado altamente competitivo y de un cliente que hay que cautivar no desalientan a esta dupla, un equipo que, sin duda, está consciente de lo que significa hacer moda en circunstancias globales altamente retadoras. Sin embargo, hay que resaltar la generosidad que han tenido medios y expertos con la nobel firma, tanto estilistas como editores del mercado español han recibido de muy buena manera la propuesta, son muchas las reseñas y las fotografías de sus piezas en actos públicos y editoriales de moda, la marca ha sido bautizada con optimismo y buena energía.

Los nuevos caminos de la moda latinoamericana están definitivamente marcados por creadores como Carlos y Renato, una pareja creativa que nutre su formación con las referencias propias de sus herencias personales y culturales, es por eso que el valor creativo de The Stoat es tan particular, es una mezcla interesante de dos mundos, de dos maneras distintas de pensar y de hacer, del estilo venezolano aderezado con la tradición española salpicado del oficio innegable de la sastrería tradicional y los detalles de la buena costura.

La dirección de arte, los estilismos, las locaciones, las modelos adecuadas y finalmente la ropa, perfilan la construcción visual que hoy en día definen y diferencian a las marcas, poniendo en evidencia un trabajo multidisciplinario que otorga visibilidad y prestigio. Un buen ejemplo son las fotos de la última campaña de la marca, The Sighting, totalmente fotografiada en el desierto de Bardenas (España), y en el hotel Aire de la misma zona. Sin duda, un ejercicio de concepto e intención muy bien pensado, la ropa se convierte en el mensaje de una historia y, sobre todo, en la herramienta más seductora para transmitir ese mensaje, una vía moderna y global que funciona en diversas plataformas de comunicación.

La relación de la marca con algunas celebridades ha sido espontánea y natural, ya son muchos famosos los que han lucido sus piezas: el director español de cine Eduardo Casanova, el modelo internacional Jon Kortajarena, y sin contar a las actrices y actores de la escena española que se han acercado a la marca gracias al contacto de los diseñadores con sus estilistas. “Estamos muy agradecidos, los famosos son una plataforma importante para crear la imagen de la marca, para presentarla a las distintas audiencias, pero estamos claros que todavía es un proceso que sigue en construcción. Lo más importante para nosotros es que luzcan nuestras piezas siempre y cuando se adapten a su estilo y les guste lo que llevan puestos, eso es lo que deben transmitir. Se trata de exalter dos de los valores claves de la marca, la comodidad y la sinceridad, sino es tiempo perdido”.
LA COLECCION
Su última colección, otoño/invierno 2017,The Sighting, se inspira en las formas y cortes de los años 70, mezclando elementos gráficos inspirados en los avistamientos alienígenas que fueron tan populares en esa época. “En esta colección nos alejamos un poco de los tejidos sintéticos y los sustituimos, en buena parte, por materiales naturales con colores y acabados metálicos, son justamente esos elementos brillantes unidos a los cortes clásicos lo que crea una especie de futurismo vintage, un guiño al estilo de la época de Barbarella”.]]>