Tendencias

Caracas de madrugada y un viaje en camionetica

Caracas, 2:00 a.m. En la parada de autobuses me acompañaba el frío de la madrugada y los mariachis que andaban de guardia por Altamira (no sabía que aún quedaban algunos en esta ciudad). Esperábamos una Encava beige oxidada, la del farol roto, la de los cauchos cojos, la que tenía a María Lionza rotulada en el vidrio de atrás, la que me rescataba cuando me quedaba hasta tarde en casa del gordo y no quería gastar plata en un taxi que me llevara a la mía.

Publicidad
COMPOSICIÓN GRÁFICA: JUANCHI PARRA (@JUANCHIPARRA)

“¿Tú estás loco?¿Te vas a ir a esta hora en camionetica?”. Y la respuesta siempre era la misma: “Tranquilo. Yo me conozco a los malandros de la zona”. Mentira. Cuando eres más pichirre que valiente dices esas cosas y te aventuras a usar transporte público, de madrugada, en una de las ciudades más peligrosas de América Latina. Aunque en realidad para el crimen todas las horas son hermanas morochas en Venezuela.

Publicidad
Publicidad