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Potencia tu Macbook Air M1 por sólo 30 dólares

Con una simple y perfectamente reversible modificación en el MacBook Air se puede alcanzar un rendimiento igual al de una computadora 300 dólares más costosa. Aquí les contaremos cómo

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En noviembre de 2020, cuando Apple lanzó sus MacBooks con procesador M1, diseñado por ellos mismos, nadie esperaba que fueran equipos tan buenos. Está bien, hay cierta calidad que se espera de la empresa de Cupertino, pero también un historial de primeras generaciones que no suele ser tan favorecedor.

Sin embargo, estos portátiles tomaron al mundo tecnológico por asalto con una impecable combinación de un alto rendimiento con una excelente eficiencia energética. De hecho, Intel, su viejo proveedor de procesadores, ha estado a la defensiva desde entonces y hasta ha cambiado de CEO para poder reaccionar a este golpe, pero esa es otra historia.

La diferencia entre el MacBook Air y el MacBook Pro de 13 pulgadas es, en el papel, mínima. Son casi las mismas especificaciones desde el modelo base, salvo porque el Pro tiene un núcleo más de procesamiento gráfico y un sistema de enfriamiento activo, es decir, tiene un ventilador para enfriar el procesador. Esto último se traduce en un mayor rendimiento del MacBook Pro sobre su hermana. En la etiqueta de precio, la disparidad se hace notar un poco más: hay cerca de 300 dólares de diferencia entre una y otra.

¿Qué dirían si les cuento que, por 30 dólares, la diferencia en rendimiento puede reducirse drásticamente? Pues sí, con una simple y perfectamente reversible modificación en el MacBook Air se puede alcanzar un rendimiento igual al de una computadora 300 dólares más costosa. Aquí les contaremos cómo.

1.- Conseguir almohadillas térmicas

Aquí es donde se invierten los 30 dólares: unas almohadillas térmicas que, en Amazon, cuestan 15 dólares el paquete. Como el MacBook Air no tiene ventiladores, el sistema de enfriamiento es un disipador sencillo.

Con estas almohadillas, de 1.5 milímetros de espesor, la idea es integrar la tapa inferior de la portátil al sistema de enfriamiento, haciéndolo más grande y, por tanto, más efectivo.

2.- Quita la tapa inferior del MacBook Air

Esta es la parte más delicada de la operación, pues Apple no pone la cosa muy fácil a la hora de intervenir o reparar sus dispositivos. La principal dificultad es hallar un destornillador con la punta que usa la empresa para sus tornillos, pues no es el clásico tornillo de estrías (Philips 1) que uno puede conseguir en todas partes. Sn embargo, hay kits de herramientas que incluyen puntas de destornillador para este tipo de tornillo (P5) y se pueden conseguir en una gran variedad de precios.

Mantener el orden de los tornillos al quitarlos, puesto a que son de longitudes diferentes / Foto: Max Tech

Con la herramienta indicada, se sacan los tornillos de la tapa inferior del MacBook Air, procurando mantenerlos en orden ya que son de distinto largo y no queremos que se confundan al ensamblar de nuevo la laptop. La tapa se retira con mucha facilidad, no hay ganchos, ni pegamento, ni nada más que la sostenga.

3.- Medir, cortar y aplicar las almohadillas

Si orientamos el equipo con la batería hacia nosotros, el área a intervenir estaría en la esquina más alejada hacia el lado izquierdo. Es la zona donde está el disipador de calor del procesador M1. Ahí lo que vamos a hacer es medir las almohadillas para cortarlas con una tijera y cubrir esa zona. El espacio más hacia la esquina es un poco más profundo, en ese lugar vamos a poner dos capas de almohadillas térmicas.

Se puede usar una almohadilla de 1.5 mm de espesor y una de 3 mm, pero las de 1.5 suelen ser más eficientes conduciendo el calor, aún apiladas.

Es importante medir y ubicar bien las almohadillas térmicas antes de la aplicación / Foto: Max Tech

4.- Cerrar, probar y disfrutar de los cambios

Volvemos a colocar la tapa inferior y atornillar los tornillos para dejarla como antes, así sea sólo en el exterior. Encendemos el equipo y verificamos que todo esté funcionando bien.

Internos del MacBook Air (M1): Sistema de disipación de calor (arriba y a la izquierda) y la tarjeta madre (arriba y a la derecha) / Foto: Max Tech

Lo que hicimos con estas almohadillas térmicas es conectar el sistema de disipación a la tapa inferior del MacBook Air. De esta forma, el mismo cuerpo del equipo se convierte en parte del sistema de disipación de calor del procesador, lo que, al tener más superficie, lo hará mucho más efectivo y eficiente para hacer el trabajo. En otras palabras, el calor producido por el procesador pasa al disipador; de ahí, a las almohadillas y finalmente al cuerpo de la computadora.

Lo importante de esto es que, al llegar a ciertas temperaturas, los procesadores suelen bajar significativamente su rendimiento para evitar daños. Esto es lo que se conoce como estrangulamiento térmico.

Eso sí, por supuesto, la superficie de la computadora se calentará a medida que se fuerce el rendimiento del procesador, por lo que será mejor no ponerse a hacer tareas muy exigentes (como exportar y renderizar videos) con la computadora en el regazo.

Quienes han hecho esta sencilla modificación han experimentado mejoras de 20% de rendimiento en pruebas de estrés sintéticas como Cinebench, así como en aplicaciones de trabajo real como Adobe Lightroom en el tratamiento de fotografías y Final Cut Pro en la edición de video. Llegando casi al rendimiento del MacBook Pro con procesador M1 que, cabe reiterar, es 300 dólares más costoso.

Esto hace del MacBook Air con procesador M1 la mejor relación valor-rendimiento en el mercado hoy. No es que sean las más económicas, es que son las que más ofrecen en ese nivel de precio.

Lo mejor es que, si incomoda que el cuerpo de la laptop se caliente cuando el procesador trabaja a todo dar, es sólo cuestión de abrir la tapa inferior y remover las almohadillas térmicas… y ya.

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