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Chris Watts, el monstruo de Denver

Parecían una pareja de lo más normal, con los problemas financieros habituales entre quienes se permiten más lujos de los que realmente pueden costear. Pero lo que hizo Christopher Watts abre una puerta directo al horror

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Chris Watts y Shanann Rzucek se conocieron en 2010 a través de una amiga de Shanann. Ella acababa de salir de un matrimonio terrible que la dejó muy deprimida y con problemas de salud. Por ese año, además, empezaba a presentar síntomas de lupus, una enfermedad autoimmune que empeora con los estados de estrés.

Chris realmente insistía para que salieran juntos y conocerse y ella, con malicia, llegó a decirle: “Está bien Chris, acompáñame a mi colonoscopia”.

Para su sorpresa, Chris sí fue el día que se hizo el estudio y estuvo afuera esperándola. Además,preguntó qué había que hacer después, si ella necesitaba alguna dieta especial o algo más y tomó en cuenta todo para que Shanann estuviera cómoda.

Él tenía 23 años y Shanann 26. Se casaron dos años y varias colonoscopias después y se mudaron a un vecindario bastante acomodado de Colorado, llamado Frederick. Vivían en una casa moderna y espaciosa que debía tener un costo de mantenimiento elevado para ellos, considerando sus empleos.

Chris era supervisor de obras petroleras y Shanann comenzaba un emprendimiento piramidal llamado Thrive, en el que era bastante exitosa y había escalado posiciones con rapidez. Sin embargo, a sus familiares les parecía excesivo el gasto, sobre todo a la familia de Chris, quienes no estuvieron de acuerdo con el noviazgo y mucho menos con la boda, a la que no asistieron.

En 2013 tuvieron a su primera hija, la pequeña Bella Marie Watts. La madre de Shanann se ofreció para ayudar con la bebé. La madre de Chris, por el contrario, conoció a su nieta mucho después porque, según comentó, se sentía rechazada por Shanann.

En 2015 nació Celeste “CeCe” Cathryn Watts, la segunda hija de la pareja.

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El problema económico era un hecho real y cada vez más apremiante: mantener una casa en un vecindario de lujo, viajes, vacaciones, dinero para invertir… No había que ser un matemático para entender que esta familia estaba ahogada en créditos cada vez más demandantes. Tanto, que el mismo año del nacimiento de CeCe se declararon en quiebra.

Sin embargo, dentro de la familia y aparte de esos problemas financieros, todo parecía ir bien. 

Algunos conocidos decían que Shanann era la autoridad de la casa y que Chris era más bien un tipo tranquilo que se dejaba llevar. La complacía en todo y no le gustaba la confrontación. Si tenía él que asumir la culpa por algo, lo hacía sin problema. Así parecía ser Chris Watts, un bonachón.

Los problemas económicos realmente generaban tensión en la pareja y Shanann se sentía muy separada de su esposo. Y más cuando le anunció que estaba embarazada por tercera ocasión y Chris tuvo una reacción, por decir lo menos, extraña.

Shanann decidió hablar con Chris de lo que estaba pasando y pensaron que lo mejor era darse un tiempo solos. Era el año 2018. Ella se iría con las niñas a Carolina del Norte a visitar a los abuelos y él podría quedarse solo en casa y reflexionar sobre si realmente quería estar con ella y trabajar por la pareja y la familia. Un mes después se reunirían en Carolina del Norte para volver todos juntos a Colorado.

A pesar de que este plan podía, efectivamente, ser una opción para ellos y salir bien, Shanann tenía en su mente que algo más estaba pasando: que Chris había conocido a otra persona.

Su vida sexual, que era bastante satisfactoria según sus diarios, se había apagado casi por completo. Pero Shanann no quería perder a su familia.

El viaje

Carolina del Norte fue un destino triste para Shanann. Mientras sus padres y su hermano disfrutaban de las niñas, tuvo una discusión fuerte con la madre de Chris,quien estaba dándole un helado con maní a una de las niñas, pese a haberle aclarado que era alérgica.

La situación escaló al nivel de que la madre de Chris las echó de la casa y le dijo que no eran bienvenidas allí.

A todas estas, Shanann trataba de llamar a Chris y pero él no atendía ni de mañana ni de noche, ni a ninguna hora. Llevaba ya días sin hablar con sus hijas… ¿Qué o quién lo tendría tan distraído?

El amor

A finales de junio, una joven ingeniera entró a trabajar en el mismo equipo de Chris Watts en la petrolera. Su nombre es Nichol Kessinger y para Chris fue un flechazo. Según cartas que le escribió, la primera vez que vio sus ojos verdes supo que ya no podría salir de allí nunca más. Le quitó el aliento y también el corazón… Así mismo lo escribió.

En un principio había coqueteo, pero Nichol era muy profesional. Sin embargo, cuando la familia de Chris se fue de vacaciones, él aprovechó para decirle que ya se había separado y que estaba libre para entregarse al amor. La vieja historia de los hombres comprometidos… En fin.

A Nichol le pareció excelente, porque también le encantaba Chris, y comenzaron una relación durante ese tiempo.

Nichol se sorprendió al entrar a la casa de Chris y ver que había fotos de su esposa por todos lados, además de su ropa y artículos personales. Él justificó ese hecho diciendo, que se lo estaba guardando allí hasta que ella encontrara donde mudarse. No sonaba muy convincente, pero lo importante es que Nichol le creyó.

Pasaron un mes de luna de miel, hasta que Chris debió ir a Carolina del Norte a encontrarse con su familia para volver juntos. A Nichol le dijo que su esposa iba a seguir viviendo allí un tiempo, porque, pobrecita, no tenía a dónde mudarse. Lo que ni de casualidad le dijo es que estaba embarazada. ¡Eso no!

Chris viajó a Carolina del Norte. Shanann lo halló más distante y frío que nunca, no la tocaba o abrazaba, mucho menos la besaba y ni hablar de contactos mas íntimos… Se fue a dormir a otra habitación.

Al regresar a Colorado, con todos esos pensamientos encima, Shanann tenía un evento de trabajo al que debía asistir con su amiga Nickole Altkinson. Saldrían de viaje ese mismo día y regresaría en la madrugada del siguiente: 13 de agosto de 2018.

Durante el viaje Shanann le contó a Nickole lo que estaba pasando con Chris y le dijo también que quería hacer todo lo posible por mejorar su matrimonio, sobre todo por el pequeño que venía en camino.

Al día siguiente, Shanann tenía consulta obstétrica por las 15 semanas de embarazo y le pidió a Nickole que la acompañara para que se encargara de las niñas mientras ella estaba en la consulta.

Esos eran los planes para la mañana del 13 de agosto. Pero el día sería completamente distinto.

Lo que se ve

Nickole Atkinson dejó a Shanann Watts en la puerta de su casa y esperó a que entrara. Fue captada por la cámara de seguridad lateral que apunta a su puerta. Shanann entró con las maletas. Es la última vez que la veremos con vida: 13 de agosto de 2018.

Alrededor de las 11 de la mañana, una preocupadísima Nickole está con su auto y con su hijo, estacionada frente a la casa de los Watts. Nadie contesta, el teléfono de Shanann, que es su instrumento de trabajo, está apagado. Sus redes sociales, en las que publica a diario desde la mañana como parte del negocio, no han tenido ni una publicación. Incluso sus seguidores se inquietan y preguntan en post anteriores por ella: ¿dónde está Shanann?

Nickole llama a Chris, quien la tranquiliza diciéndole que seguramente se fue a la piscina con las niñas. Pero su auto estaba allí, y también los zapatos que ha estado usando porque son los únicos que le quedan por un edema que ha presentado en los pies producto del embarazo. Chris contesta que él no está preocupado, que es probable que se haya ido con alguna amiga…

Ya Nickole había llamado a todas las amigas comunes, y nada. Tampoco había asistido a la consulta ginecológica. Desesperada le gritó a Chris: “¿dónde demonios está tu esposa?” Chris, todavía tranquilo, le dijo que, primero no se refiera a Shanann como “esposa” ya que ellos se estaban divorciando, y segundo, que por ahí debía estar.

La calma la perdió cuando Nickole le dijo que estaba llamando al 911. En ese momento Chris dijo, “ya voy de regreso”.

Chris tardó más de 45 minutos en volver, durante los cuales no autorizó a nadie a entrar a la casa (que fácilmente podía desbloquearse con un código).

Dentro de la casa no había mucho. Alarmó encontrar la cartera de Shanann con su celular y su tratamiento, además de los antialérgicos de las niñas.

Faltaban las cobijas con las que las niñas siempre salían y la cama de Chris estaba sin sábana, ni cubrecama. El colchón allí, expuesto.

El vecino llamó al investigador encargado, ya que su sistema de seguridad cubría parte de la casa de los Watts. En ese momento vimos cómo la teoría de Chris, de que las había buscado alguien, se caía. En ese video entre 5 y 7 de la mañana solo puede verse el carro de Chris que entra y sale varias veces desde la parte lateral del estacionamiento, hasta que finalmente se va.

Chris concedió varias entrevistas en televisión, en las cuales su comportamiento fue un poco extraño y su lenguaje corporal lo delató muchísimo. Salió sin su anillo de matrimonio y se refería a sus hijas como “esas niñas”. Después de esto, Chris fue detenido por primera vez y llevado para ser interrogado.

La estrategia

Cuando empezó a hablar en pasado sobre las niñas, no lloró en ningún momento y trató de mostrarse cada vez más lejano de la situación, el psiquiatra forense advirtió que Chris Watts estaba usando mecanismos de defensa harto conocidos, y que debían presionarlo porque esa era la única forma de que revelara lo que había ocurrido con su esposa e hijas.

El agente del FBI Graham Corder y la detective especial Tammy Lee, empezaron su trabajo. La primera pregunta de Corder fue sobre la amante, a lo que Chris mintió.

Inmediatamente, su instinto y experiencia le hicieron pensar: “Si miente en esto, que es una tontería, puede estar mintiendo en cualquier momento y sobre cualquier cosa”.

En ese punto, decidieron adoptar la posición de policía buena y empática (Tammy) y policía malo.

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Christopher Watts durante el juicio (Archivo)

El psiquiatra forense catalogó a Chris como un «narciso encubierto», por lo que había que usar frases que le subieran el ego. Se utilizaron técnicas de interrogatorio muy interesantes como «reafirmación de la masculinidad», refuerzo positivo de su papel de padre, y «empatía» y «rechazo a Shanann». Todo con el objetivo de ganar su confianza y lograr la confesión.

Algo horrible

Los detectives llevaban unas cuantas horas con Chris, mostrándole fotos de las niñas y de su esposa embarazada, y después de un rato Chris susurró: “¿Quién pudo ser capaz de hacer algo tan horrible?”. Esa oración encendió de nuevo las alarmas.

Tammy tuvo la idea de hacerle una prueba de polígrafo (la “prueba de la verdad” o “detector de mentiras”). A pesar de que no tiene valor legal y cada vez se usa menos por los muchos errores que emite, la idea de utilizar este aparato es más bien presionar a la persona que se presume culpable.

Tammy hizo cada pregunta con voz calmada, haciéndole saber a Chris, entre bromas, que pronto sabrían toda la verdad. Chris se notaba muy ansioso, incluso su voz se hizo más grave cuando dijo su nombre.

Al terminar el polígrafo, Tammy le dijo que no pasó la prueba. El resultado aceptable es +4, y Chris obtuvo -18.

En ese momento Tammy recurrió nuevamente a la foto de las niñas y le preguntó insistentemente dónde estaban. Tammy creó una historia para forzar la confesión, se llama “la salida moral”: empezó por decirle que sabía que era muy buen padre y que protegía siempre a sus niñas por lo que dudaba que él les hiciera algo (con esto además reforzaba su ego y confianza). El desenlace que Tammy le dio fue: “¿Shanann le hizo algo a las niñas y tú, siendo un padre, le hiciste algo a Shanann?”

Chris se quebró en ese momento y mandó a llamar a su padre, quien estaba en la sala contigua.

Los detectives sabían que era una movida peligrosa dejar a Chris solo con su padre, quien probablemente le diría que llamaran a un abogado y dejara de hablar, pero decidieron arriesgarse.

Apenas entró su padre, Chris confesó haber matado a Shanann ya que ella había matado a las niñas. Utilizó la “salida moral” que momentos antes le había ofrecido la detective Tammy.

Apenas confesó entraron los detectives, querían saber dónde estaban los cuerpos porque los avances que se hacían eran mínimos.

Chris pidió que le acercaran un foto aérea donde se viera el campo petrolero donde trabajaba.

En una parte de la tierra seca, de poquísima vegetación, escribió la “S”, de Shanann. Luego movió el mapa y acercó lento el marcador hacia unos tanques de aceite que se veían en la imagen. En el de la izquierda escribió “C” de CeCe, su hija menor, y en el de la derecha “B”, de Bella, su hija mayor. Impresionado e incrédulo, el detective Corder le preguntó si las niñas estaban arriba o detrás de los depósitos de aceite, a lo que Chris respondió fríamente: “adentro”

El rescate del cuerpo de Shanann se hizo de inmediato, estaba en una fosa poco profunda. Se pudo conocer por la autopsia que su muerte fue causada por estrangulamiento. Por el estrés del momento se activaron mecanismos de parto: su hijo menor estaba casi fuera.

Los rescates de CeCe y Bella fueron muy laboriosos. Tardaron mas de ocho horas en vaciar por completo esos contenedores para rescatar los pequeños cuerpos.

Ambas estaban tan impregnadas de material inflamable que no se le permitió a ningún familiar verlas. De hecho sus cuerpos no pudieron ir en avión hasta Carolina del Norte. Fueron transportadas por tierra, en envases especiales que fueron usados como sus ataúdes.

Culpable

De declararse inocente, Chris Watts enfrentaría la pena capital. Sus familiares ya le habían aconsejado que no aceptara ningún cargo. Según ellos, sobre todo su madre, era un homicidio culposo ya fue Shannan quien mató a las niñas, y Chris actuó de manera irracional.

Sin embargo, no se encontró AND de Shanann en los cuellos de sus hijas. Además,Chris llamó a la guardería de las niñas para avisar que ya no irían más, al igual que al obstetra de Shanann. También llamó a una inmobiliaria para poner en venta su casa. Todo el panorama apuntaba muy mal para Chris Watts.

El 6 de noviembre de 2018, Chris Watts se declaró culpable de todos los asesinatos y fue condenado a 5 cadenas perpetuas a cumplir consecutivamente, más 48 años por interrupción ilegal de un embarazo (su hijo, que se llamaría Nico), más 36 años por corrupción de cuerpos y el agravante de “adulto en posición de confianza”.

“Cosas grandiosas”

Chris ya cumplía su condena cuando los detectives encargados del caso decidieron solicitarle una entrevista completa en la que él pudiera explicar sus motivaciones, para tratar de dar un cierre a este caso tan siniestro.

La entrevista duró 5 horas, y vaya que se extiende el hombre en explicar lo grotesco. En una habitación llena de fotos de su ex esposa e hijas, asesinadas por él, es donde habita hoy en día.

En la entrevista explicó la forma en la cual estranguló a Shanann, para luego envolverla con la sábana y cubrecamas de su colchón y cargarla en la cabina del auto, en el piso. Hecho esto, despertó a las niñas, quienes, en pijama, cogieron sus cobijas de dormir y se montaron en la camioneta preguntando con frecuencia qué hacía su madre en el piso.

Los 45 minutos de viaje, Chris cuenta que no pensaba nada particular, ya todo estaba pensado y en ejecución.

Al llegar al sitio, uno de los campos petroleros en los que trabajaba, cavó lo que pudo de un hoyo y enterró a Shanann. Le puso una sábana encima pero la otra se la llevó el viento. Esa fue una de las pistas que tuvieron los detectives el primer día de búsqueda.

Las niñas, en ese punto, estaban dormidas en la camioneta. Despertó a CeCe, la más pequeña, y apretó fuertemente su cobija contra su cara, hasta que ya no reaccionó más. Subió su pequeño cuerpo por el contenedor de aceite, abrió la escotilla y por allí la echó.

Sabía que el cuerpo de Bella era mas grande, así que tuvo la precaución de sacar un poco de contenido del tanque para que no se encendiera ninguna alarma y el liquidoviscoso quedara al mismo nivel.

Al llegar de nuevo al auto, su hija mayor lo esperaba. Mirándolo a los ojos le preguntó:

– ¿Me va a pasar lo mismo que a CeCe?

A lo que Chris respondió “sí”. Entre un sollozo que decía “no, papi”, Chris apretó fuerte la cobija contra la cara de Bella y repitió el mismo procedimiento, echando el cuerpo de su hija mayor en el contenedor que él mismo preparó para que tuviera el nivel adecuado.

Una vez que terminó la tarea, llamó a su amante para decirle: «Siento que vienen cosas grandiosas para ambos», y prendió su reproductor de música para escuchar a todo volumen «Battery», de Metallica.

¿Una misión?

Los abogados de Watts han intentado apelar la sentencia sin ningún éxito. Sin embargo, Chris -que hoy tiene 37 años- dice estar tranquilo. Lee diariamente la Biblia y se aprende pasajes que explica a otros reos.

Recibe mucha correspondencia femenina, con fotos y poemas de chicas que desean conocerlo en persona e incluso llegar a tener una relación con él. Así conoció a su pareja actual, quien lo visita con regularidad.

Su casa, donde vivía con su esposa e hijas, aunque está en un limbo legal ha despertado un morboso interés entre compradores e incluso -pese a estar cerrada- es visitada por «turistas» que la fotografían y hasta dejan flores en el lugar.

Chris sigue afirmando que sabe que tiene una misión importante en la vida y que no es dentro de la cárcel, así que tiene la firme convicción de que saldrá libre.

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