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Gisèle Pelicot: 6 claves del caso de abuso sexual que involucra a más de 50 hombres

Nueve años pasó Gisèle Pelicot siendo víctima de abuso sexual. No lo supo hasta que la policía le dijo que su esposo era el principal implicado en las violaciones. Ella no se oculta ni siente vergüenza por ser víctima. Aquí dejamos el contexto para entender su caso

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«La vergüenza debe cambiar de lado». Esa es la frase con la que el nombre y la historia de Gisèle Pelicot, una mujer francesa de 71 años, se hizo conocida. Eso fue lo que le expresó a la prensa cuando asistió el pasado 2 de septiembre ante un tribunal para continuar el juicio de su caso: por más de nueve años ella fue víctima de abuso sexual. Durante ese tiempo, más de 51 hombres la violaron en su hogar mientras estaba inconsciente.

En el mismo lugar estaban los acusados, hombres que recibieron el apoyo del exesposo de Dominique Pelicot, para entrar a la casa que compartían y abusar de ella bajo sus reglas. Por eso, su petición fue un acto de protesta y denuncia: ella no tenía vergüenza ni se ocultaría. Estaba ahí para defenderse.

Su caso ha sido discutido por múltiples organizaciones feministas y defensoras de derechos humanos de la mujer. También por abogados y diputados. Para entender cómo ocurrieron los hechos, El Estímulo reúne cinco datos de contexto:

1. Nunca fue consciente de lo que ocurría hasta que se lo dijeron

Dominique Pelicot y Gisèle tenían 50 años de casados cuando la policía francesa la citó para explicarle que había sido víctima de múltiples violaciones sexuales. Le dijeron que Dominique había grabado cada violación durante años y que cada video estaba clasificado.

Hasta ese momento, Gisele no había sido consciente de esto porque su pareja, Dominique, la drogaba con somníferos, como Temesta y Zolpidem, antes de dormir. Nunca supo que algo ocurría porque antes de que despertara, su esposo la limpiaba y la vestía. Sin embargo, con el tiempo, su cuerpo se sentía y veía distinto: perdía pelo y peso.

En ese encuentro, le mostraron fotos de los hombres, había jóvenes en sus 20 y adultos hasta los 74 años, y solo reconoció a uno de ellos: era un vecino del pueblo.

2. Los violadores seguían las reglas de su esposo

Dominique Pelicot fue descubierto porque tres mujeres lo denunciaron en 2020 por haber usado una cámara para grabar debajo de su falda. La policía le incautó dos celulares, dos cámaras y su computadora antes de dejarlo en libertad bajo fianza.

Las autoridades iniciaron una investigación y encontraron más de 20 mil videos y fotografías. Tenían sus fechas y estaban resguardados en una carpeta que se llamaba «abusos». La fecha más antigua de esos archivos partía desde el 2011 y la lista de sospechosos llegó a 83.

Fotografía de Dominique Pelicot.

A Pelicot lo detuvieron nuevamente dos meses después y lo acusaron de múltiples delitos de abuso sexual. En las entrevistas, admitió que empezó a drogar a su esposa para vestirla y hacerle cosas a las que ella se negaba. Contó que conoció a los hombres que la violaron por un chat sin restricciones que se llamaba «a son insu» (sin su consentimiento), y que no les pedía ni aceptaba dinero.

De hecho, les ponía normas para evitar despertarla: no fumar ni llevar perfume. Calentar sus manos antes de tocar a Gisèle. Desnudarse fuera de la habitación que compartían.

3. Dominique Pelicot aceptó haber intentado violar a otra mujer

Durante las investigaciones, las autoridades de Francia determinaron que el ADN Dominique Pelicot estaba vinculado a otros dos casos que incluían violación e intento de abuso sexual: el primero ocurrió en 1991 y la víctima era una joven de 23 años que fue asesinada en París; la segunda era una joven de 19 años en Villeparisis.

Pelicot solo admitió el intento de violación. Sin embargo, la policía determinó que el hombre también lo señala por haber violado la intimidad de su hija, sus dos nueras y su esposa, de quienes presuntamente distribuyó fotos íntimas tomadas en secreto.

4. Los médicos no determinaron nada

El caso de Gisèle Pelicot también ha causado un debate médico porque ginecólogos y neurólogos que no le dieron un diagnóstico aunque asistió varias veces a consulta porque se sentía mal.

“Lo que me pareció inquietante para nosotros, los médicos, fue que ningún médico considerara esta hipótesis (el abuso sexual)”, dijo Ghada Hatem-Gantzer, conocida ginecóloga-obstetra y experta en violencia contra la mujer, a The New York Times.

Uno de los hombres que violó a Gisèle era VIH+ y abusó de ella al menos seis veces, según la policía. Sin embargo, la mujer no se contagió. Otros hombres sufrían sífilis y hepatitis y tampoco le diagnosticaron alguna de estas enfermedades de transmisión sexual aunque ninguno usó.

Gisèle Pelicot junto a sus hijos durante la audiencia.

5. Reformas en la ley

Gisèle Pelicot es ahora parte de una revisión exhaustiva de las leyes francesas ante casos de abuso sexual, que define la violación como un “acto de penetración sexual” cometido “mediante violencia, coacción, amenaza o sorpresa”.

La intención de las diputadas feministas es que se considere, explícitamente, la violación al sexo sin consentimiento. Especialmente, que se entienda que el consentimiento puede retirarse en cualquier momento.

Actualmente, Dominique se enfrenta a una posible pena de 20 años y las autoridades intentan determinar el grado de responsabilidad de los hombres que la violaron. Las audiencias, que se prolongarán varios meses más, pueden ser privadas, pero Gisèle se negó. Quiere que el mundo vea las caras de los abusadores.

6. Relación familiar rota

Luego de enterarse de lo que su esposo le hizo vivir, Gisèle Pelicot, quien ahora tiene 72 años de edad, decidió divorciarse de Dominique. Los hijos que tuvo con él han sido el apoyo de la mujer. Su hija, Caroline Darian, escribió la historia de su madre y tituló el libro: «Y dejé de llamarte papá».

Este jueves 5 de septiembre Gisèle declaró ante un tribunal Avignon, ubicado al sur de Francia, lo siguiente: «Todo lo que habíamos construido juntos se había ido. Nuestros tres hijos, siete nietos. Éramos una pareja ideal. Solo quería desaparecer. Pero tenía que decirles a mis hijos que su padre estaba detenido».

«Ya no tengo identidad (…) no sé si alguna vez volveré a reconstruirme«, expresó.

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