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Uno a uno: los venezolanos ante Galicia

Todos los comienzos son esperanzadores y más si lo que le antecede, el pasado reciente, fue lo contrario.

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La ilusión que genera un cambio siempre incrementa la expectativa. El debut de Rafael Dudamel al frente de la Vinotinto levantó el ánimo decaído de mundillo futbolístico estropeado por los resultados recientes y el propio técnico sabía la obligación que tenía de, más allá de ser el amistoso ante Galicia una oportunidad para juntar a varios futbolistas con poco recorrido en la Selección Nacional, aprovechar el momento para que la gente se vuelva a involucrar en sentimientos con el combinado patrio.

Sin embargo, al tapar con un dedo la marquesina del resultado final (lo mejor para Venezuela del duelo en Riazor), son pocos los aspectos positivos que destacar del juego colectivo. El contrario, un equipo armado luego de siete años sin juntarse, fue superior en todos los aspectos. El peso del rodaje competitivo de su plantel, marcó la diferencia.

El permiso del análisis desde diferentes ópticas permite desgranar el funcionamiento de cada uno de los 17 jugadores que hoy tuvieron oportunidad de impresionar por última vez a Dudamel para que sean tomados en cuenta entre los 23 que van a la Copa América Centenario, una evaluación muy mezquina (estreno de un proceso, poco tiempo para asimilar la idea, un solo partido para  mostrarse) pero que por lo hoy mostrado y demostrado puede servir de hoja de ruta sobre lo que pueden ofrecer al nuevo seleccionador.

Wuilker Fariñez: Asumió el rol de ser el arquero titular ante Galicia, pero se sabe que será el tercero en el nuevo grupo de guardametas, detrás de Dani Hernández y José Contreras, entre quienes estará la batalla por la titularidad. Su juventud (18 años) le da licencia para el aprendizaje y seguramente sabrá sacarse de encima el error de rechazar hacia el centro un remate rastrero.

Víctor García: Por fin pudo tener el tiempo suficiente para mostrarse y, aunque batallador y bregador, se notó deslucido en el momento de cuidar sus espaldas. Se incorpora bien al ataque, pero debe trabajar más el relevo. Será difícil que pueda derribar a Roberto Rosales y Alexander González como los marcadores de punta naturales de la convocatoria para la Copa.

Wilker Ángel: El estreno de su capitanía demuestra la responsabilidad que quiere darle Dudamel en este nuevo proceso. Los parpadeantes desenfoques defensivos le comprometieron en el desempeño grupal pero supo resolver ocasiones de peligro generadas por el rival. Necesita madurar urgentemente vestido de Vinotinto para ser ese nuevo central que asuma mayores cuotas de responsabilidad, porque escasean los centrales.

Jhon Chancellor: Dudamel le hizo crecer en el Lara y ahora tendrá más oportunidades en la Selección con un DT que sabe lo que el espigado defensor puede ofrecer. Ante Galicia estuvo desacertado, lento en ideas y errático en las respuestas. Es un killer en el área contraria a pelota parada pero ante los gallegos no tuvo oportunidad de mostrar esa faceta.

Míkel Villanueva: Es complicado obligarlo a ser el lateral izquierdo de la selección cuando en su club sigue despuntando como central. Si bien no se puede olvidar que el salto a Europa lo dio como defensor en el carril zurdo, debe seguir trabajando para acoplarse a ese rol. Necesita seguir teniendo minutos para consolidarse. Su trabajo depende en buena forma de quienes sean los que tengan la responsabilidad de relevarle en la cancha.

Carlos Suárez: Desde hace tiempo se le quería ver y tuvo su chance, sin embargo, se notó muy incómodo para distribuir ante Galicia. Deslució porque su apoyo en la mitad (Arles Flores) hacía el mismo trabajo que él. Es luchador, metedor, pero le faltó una pizca de tranquilidad para hacer bien la doble función de recuperar y entregar con precisión.

Arles Flores: La característica de su compañero de recuperación (Suárez) pareciera que complicó su rol en la cancha. Un doble cinco de barredores desperdició el espacio de una zona donde faltó un generador. Mostró poco uno de los mejores volantes centrales del país.

Jeffren Suárez: Como cuando se ganó la confianza de Noel Sanvicente, Suárez demostró ganas de ser tomado en cuenta. Que se haya acercado a Dudamel sin ser llamado para establecer líneas de comunicación, ha sido un plus actitudinal para ser considerado. Hoy, con la mismas ganas que aquella visita el DT en Europa, apoyó en el relevo defensivo por la zona derecha y fue voluntarioso para atacar. Será el outsider del grupo.

Rómulo Otero: No tiene nada que demostrar. Hay que acercarlo más al área para que sea más peligroso, pero ahí necesita apoyo para que todo el peso del mando ofensivo no recaiga excesivamente en él. Gana faltas y genera harto peligro con ellas. Sobre su fútbol debe ordenarse el criterio de juego de este proceso. Alejandro Guerra le será un gran aliado si ambos aprovechan el buen momento individual.

Josef Martínez: Corre, se desgasta y no se cansa. Su labor será importante en la era Dudamel. Las características del gol marcado ante Galicia (al choque, se levanta, va al suelo para empujar la pelota in extremis) evidencian que es un bregador que puede ser el chispazo reaccionario que se necesite en un partido. Pinta para ser el compañero de Salomón Rondón en el ataque.

Christian Santos: Le toca arrancar de cero para convencer a un nuevo técnico de que sus goles en Europa son una carta de crédito importante, pero tiene que involucrarse más en el trabajo colectivo. No es un nueve y en ese puesto, ante Galicia, deslució, aunque desde hace tiempo que en el combinado nacional no luce nadie en esa ubicación en la cancha.

Jacobo Kouffati: Su movilidad y velocidad le pueden servir para ganarse un espacio importante en el nuevo proceso. Encontró su lugar en el campo de Riazor porque lo buscó y metió un pase milimétrico que sorprendió en un momento cansino de Venezuela para el gol. Será difícil que sea protagonista en una zona sobre poblada de medios ofensivos, pero es de los que más hambre muestra de querer estar.

Arquímedes Figuera: Aunque sin mucho brillo, mejoró el funcionamiento en la zona de recuperación con su presencia. Su coraje en el uno contra uno, la recuperación de la pelota  y precisión en la entrega denota que su titularidad en el anterior proceso puede hacerse extensiva ahora con Dudamel.

Yangel Herrera: Es la joya de la nueva hornada de futbolistas y no desluce a pesar de la responsabilidad que se quiere otorgar. Quedará como marca de su estreno la personalidad con la que fue a la marca sobre Iago Aspas. Hay muchas esperanzas fundadas en este imberbe de 18 años y ante Galicia mejoró el desempeño del equipo cuando él y Figuera se juntaron. Que no sorprenda que se cuele entre los 23 de la Copa.

José Manuel Velázquez: Entró para poner orden en la zaga y luego se acopló por poco tiempo a la posición de lateral derecho. Esa capacidad de adaptación lo hace hoy uno de las mejores alternativas defensivas (no hay muchas) en la Selección.

Andrés Ponce: Su ingreso sirvió para batallar arriba contra Hugo Mallo y Bergantiños. No pudo ganar una pelota clara entre las escasas ocasiones generadas. Su protagonismo será para después.

Daniel Benítez: Tuvo poco tiempo para demostrar su fútbol.

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