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Jorge Linares frente al combate de su vida

Este sábado tendrá su pelea más mediática y vistosa hasta ahora contra un temible e inteligente Anthony Crolla, en la hostil y abrumadora Arena de Mánchester, donde el local parece ser invencible.

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POR: JESÚS MILANO | FOTOGRAFÍA: AP

Hace poco más de tres años, Jorge Linares me confesaba que si llegaba a perder otro combate, optaría por el retiro. En ese momento, las palabras del triple campeón mundial de boxeo venezolano sonaban muy sinceras y, a la vez, ciertas. Acababa de ganar una pelea al desconocido nicaragüense Berman Sánchez y su carrera tenía muchas más sombras que luces alrededor.

El “Niño de Oro” estaba intentando levantarse de dos reveses consecutivos ante los mexicanos Antonio Demarco y Sergio Thompson y parecía que esa iba a ser su última oportunidad de ascender hasta lo más alto y conseguir otro título mundial.

Linares pareciera ser de esas personas que se ponen presión a sí mismas cuando saben que el desafío que tienen en frente es muy complicado. En efecto, su carrera no aceptaba fallos y hasta ahora no los ha tenido. El pugilista ya tiene en su poder la faja que tanto ansió, es uno de los más destacados boxeadores del peso ligero en el mundo y este sábado tendrá su pelea más mediática y vistosa hasta ahora contra un temible e inteligente Anthony Crolla, en la hostil y abrumadora Arena de Mánchester, donde el local parece ser invencible.

El venezolano recogió su carrera de un cubo de basura donde parecía haber caído y desde entonces ha hilvanado seis triunfos que fueron suficientes para regresar a lo más alto del boxeo global. Contra Crolla estará protagonizando una refriega que promete ser de las más divertidas del año, ya que los dos poseen habilidades suficientes y son tan inteligentes como un campeón mundial de esta era debe ser para prevalecer.

La clave para reimpulso que tuvo el venezolano fue el refugio que consiguió en su nuevo entrenador Ismael Salas. Entre otras correcciones, el cubano lo enseñó a plantarse mejor sobre el ring sin dar los característicos saltos que solemos ver en los boxeadores; eso limita a Linares en lo que a movilidad se refiere pero incrementa su fuerza a niveles casi ridículos en comparación con lo que estaba acostumbrado en el pasado.

Para esta ocasión, la mano de Salas será importante pero no tanto como la de Jorge Capetillo, su preparador físico, del cual necesitará Linares para imponerse. Linares realizó la primera parte de la preparación para este combate en Japón, donde podría trabajar mucho mejor el físico.

“La idea de irme a Japón es poder ponerme al 100% físicamente y evitar el calor del verano en Las Vegas (lugar donde reside) para así tener una mejor preparación”, dijo Linares en su momento desde Tokio.

A Crolla le gusta aguantar en los primeros rounds y dejar que sus rivales sean quienes lleven la iniciativa, mientras él cierra su guardia al máximo. Posteriormente empieza a trabajar a la zona media y en sus últimas presentaciones lo hemos visto demoler por esa vía a buenos contendientes, en especial al también venezolano Ismael Barroso, quien lucía como favorito frente al inglés.

Linares tiene la opción de intentar ser más inteligente que él y ser paciente, pero eso significa ceder en patio ajeno. Lo más sensato parece ser arriesgarse, atacarlo y obligarlo a pelear de tú a tú, terreno en el cual Linares parece sacar ventaja por ser más veloz y tener más herramientas de ataque.

Por la memoria de Gilberto Mendoza

Jorge Linares es campeón del Consejo Mundial de Boxeo, aunque luego de sufrir una lesión en su mano derecha fue nombrado campeón en receso y su campeonato lo obtuvo el montenegrino Dejan Zlaticanin (al vencer a Franklin Mamani), quien debía ser el próximo rival del venezolano. En su condición, Linares recibió la faja diamante del organismo y evitó pelear con Zlaticanin para medirse a Crolla.

Una razón de peso para preferir esta pelea es que monetariamente le dejaba más. Crolla es una estrella en su casa, uno de los mejores del mundo y su imagen vende, pero en otro orden, es el campeón de la Asociación Mundial de Boxeo, cuya dirigencia es venezolana. Gilberto Mendoza, quien fuera clave en la carrera del venezolano, falleció el año pasado luego de batallar contra el cáncer, por eso el “Niño de Oro” quiere volver a ganar el título del organismo del cual Mendoza es presidente emérito y que ahora dirige su hijo Gilberto Jesús Mendoza.

La pelea tiene un gran significado para el boxeo venezolano, ya que Linares sería el primer nativo en conquistar una unificación en la historia. De ganar, se quedaría con su título diamante del CMB, arrebataría el cinto de la AMB a Crolla y aparte obtendría el título lineal de Ring Magazine.

Ya no parece que el camino de Linares sea el retiro en caso de perder, debido a que ha ganado gran reputación y podría regresar por buenas bolsas aun después de una derrota. Lo que sí es cierto es que a sus 31 años, la oportunidad es única y no la puede dejar pasar. El de Barinitas estará en la cima de los pesos ligeros con un triunfo, él lo sabe y por eso saldrá al ring de Mánchester frente a la bulla de 30 mil personas en su contra a afrontar la situación como lo que es: la pelea de su vida.

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