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Inseguridad y escasez: dos preocupaciones de los importados del baloncesto

Así como hay venezolanos que emigran por la crítica situación del país, hay otros que deben venir a trabajar y ese es el reto al cual se enfrentan los jugadores de baloncesto extranjeros que fungen como importados en la Liga Profesional de Baloncesto (LPB).

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POR: JESÚS MILANO | Fotografía: AVN

Si algo no se puede negar es que Venezuela ha captado la atención mediática de la comunidad internacional y que las informaciones (ciertas o no) están a la orden del día, en la mayoría de los casos para escandalizar a cualquier persona que se encuentre más alla de nuestras fronteras. Por esa razón, en las últimas dos temporadas se han tenido que tomar en cuenta con más detenimiento ciertos factores que antes no se discutían tan profundamente a la hora de contratar a un foráneo.

La seguridad ha tenido que ser aumentada en el circuito, especialmente para «los gringos», que analizan la situación con mucho cuidado antes de firmar para jugar en el torneo local.

«Desde este año, los cuerpos policiales locales y la Guardia Nacional nos acompañan en los viajes. Todos los equipos van custodiados cuando les toca viajar por tierra. Eso fue un gran convenio que logramos para mejorar la seguridad de todos nuestros jugadores, porque no se trata sólo de los importados sino de todos los que juegan en la liga», dice Freddy Díaz, quien es propietario de Gigantes de Guayana.

Cuando se pone el ojo en un jugador importado y se le contacta, las preguntas no paran de llover, como relata el dirigente de Marinos de Anzoátegui, Gianni Patino: «Por lo general preguntan acerca de la situación y la seguridad. Sobre cómo será el alojamiento y el acompañamiento».

«Nosotros nos hemos encargado de que se queden en buenos hoteles. En nuestro caso, en zonas buenas de Lechería. Además, contamos con personal de confianza que los acompaña a cualquier lugar a donde necesiten ir. Los importados nunca andan solos», continúa Patino.

Pero los jugadores extranjeros que miran con detenimiento al país antes de venir son el menor problema. El principal inconveniente es cuando una negociación es negada por la situación.

 «Ellos (los importados) no me dicen directamente que no vendrán por lo que se vive en Venezuela, pero uno puede intuirlo cuando los contacta», dice el agente Castor Besteiro, que ha visto casos de jugadores que se niegan a venir, aunque no pueda asegurar que se debe a la situación.

En el caso de Patino, sí ha vivido un par de casos puntuales en los cuales los jugadores no han querido firmar con Marinos: «Esta temporada hubo dos jugadores que queríamos y que de entrada nos dijeron que no quieren venir a Venezuela. Estamos viviendo una situación muy complicada que no se puede negar, pero creo que desde afuera todo se ve peor de lo que en realidad es y eso afecta las negociaciones más de lo que debería».

 Los importados llegan con su kit

De Venezuela se escucha y se conoce todo, tanto que los foráneos saben la situación de escasez que se vive y es algo que tambien les preocupa mucho. Besteiro es claro con los jugadores a los que representa y les habla de la dificultad de conseguir ciertos productos, por eso les recomienda traer artículos de higiene personal.

«Les decimos que traigan sus cosas. Desodorantes, pastas de dientes, jabones y todo lo que necesiten para su aseo personal, así se ahorran la tarea de conseguirlos en el mercado local, donde sin duda es complicado. Traen lo suficiente para ellos y no les representa ningún problema en el aeropuerto a la hora de entrar», señala el agente de jugadores.

Muchos foráneos tienen que viajar con sus familias y cuando éste es el caso, se presentan otros problemas. Patino describe otra de las situaciones que generan inconvenientes para las contrataciones: «Lo más delicado en este caso son los niños. Siempre nos preguntan por las posibilidades de conseguir leche, pañales y ese tipo de cosas necesarias. Llegan con algunas cosas pero los que se quedan por bastante tiempo tienen que reponerlas y tienen la necesidad de conseguirlas aquí por sus propios medios en el mercado, algo que sin duda es incómodo».

Por otro lado, los jugadores extranjeros que vienen a Venezuela, cada vez salen menos. Antes había casos de foráneos que disfrutaban en las discotecas en las distintas ciudades pero estas situaciones han bajado considerablemente en las últimas temporadas.

«Antes de hablar del país, hay que decir que hoy en día estamos trayendo a jugadores más jóvenes, que paradójicamente están más centrados que los veteranos. Estos chamos usan nuestra liga a veces como un trampolín para conseguir mejores oportunidades y por eso son mucho más cuidadosos y enfocados. Por supuesto que la situación de Venezuela también es factor, todo lo que escuchan y ven los hace permanecer la mayor parte del tiempo en el hotel o salir a lugares específicos junto al personal de confianza», destaca Freddy Díaz.

Besteiro y Patino coinciden en que los que tienen experiencia en la LPB ya saben más o menos qué es lo que pueden hacer y lo que no, mientras que los que se estrenan en el torneo son muy cautelosos a la hora de salir a conocer debido a la zozobra que les genera andar por las calles de Venezuela.

De cualquier manera, la situación país alcanza hasta al más inesperado aspecto y los jugadores de baloncesto no escapan a ser afectados por una realidad innegable.

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