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Vinotinto absoluta: Junior Moreno como la mejor noticia

Es lógico que ensayar y probar tiene como principal razón lograr mejoras o hasta un punto más ambicioso, perfeccionar. La selección nacional de Venezuela ha tenido que presentarse en par de amistosos internacionales justo en el momento que uno de sus parientes jóvenes, la Sub 20, alcanza los registros más importantes de la historia del fútbol venezolano. Entonces las evaluaciones partirán de un sesgo comparativo muy antipático, por lo que hay que ser lo más ajeno a ello.

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Fotografía: AFP

Venezuela se presentó ante Ecuador tras haber dejado sensaciones muy positivas contra Estados Unidos en el partido del sábado en Utah. Los dirigidos ad hoc por Marcos Mathías tuvieron variantes en su convocatoria y también en la efectividad de su juego. El once inicial se acercaba un poco más a lo que ha sido habitual en la tormentosa eliminatoria sudamericana y las mismas dudas que en ese escenario carcomen, reaparecieron en Boca Ratón. Varios puntos débiles se desnudaron, aunque algunas propuestas fueron realmente interesantes. Habrá que ver si en la evaluación del cuerpo técnico resultaron ser positivas o valiosas.
En principio se notó un equipo cansado. Algunas piernas vienen de cumplir rigurosos calendarios europeos y otros están en plena competencia, por lo que se antojaba posible que un encuentro preparatorio en medio de un grupo que disfruta de sus vacaciones y otros que están metidos de lleno en sus ligas, la disparidad fuera tal. Y así ocurrió, en manera individual, lo que se reflejó en un desempeño colectivo en el que se pudo sacar como mejor saldo, el resultado (1-1).
Encuentro justo el hecho que se haya querido ver nuevas caras. Jhon Chancellor viene haciendo una gran campaña en Ecuador y ante la duda real sobre quienes deben conformar la pareja en el eje de la zaga nacional, había que poner al gigante guayanés de una vez por todas. Su desempeño fue correcto, creció a medida que el partido le exigió más responsabilidades. Sin embargo, como en el fútbol es mezquino evaluar las individualidades sin conectarlas con el desempeño grupal, la zona defensiva pasó demasiados apuros. La propuesta de darle mayor presencia a los laterales en ofensiva (Alexander González y Rolf Feltscher son los habituales en el once) es interesante porque genera mayor volumen de juego y ofrece otras alternativas en ataque, tratando de encontrar nuevos caminos para mejorar uno de los aspectos que requieren mayor atención como la gestación de ocasiones.
Sin embargo, que Feltscher y González finalicen sus escaladas por la banda necesita de mayor apoyo en los relevos, en este caso, de volantes centrales. Sabido es el eterno punto pendiente de Figuera en el apoyo por las bandas y a Junior Moreno se le quería ver en un plan más de generador que de destructor, por lo que esta intención de lanzar a los laterales es buena siempre y cuando tengan el debido resguardo a la hora de ceder la pelota al contrario. Saber llenar los espacios partiendo de movimientos inmediatos.
Aprovecho para rescatar el nombre propio de Junior Moreno. Quizá el punto más destacado dentro de lo positivo que se pueda extraer de esta doble presentación en suelo gringo es el trabajo del sancristobalense en la mitad del campo. Por sus características de juego, parece ser más una alternativa a Tomás Rincón que su acompañante. Quita pelotas, se muestra como opción de pase, filtra balones con peligro. Su juego es muy completo para ser apenas su debut con la selección. El hecho que le hayan requerido para el duelo ante Ecuador cuando no se tenía previsto contar con él, habla de lo satisfactorio que fue su trabajo ante EEUU, lo que le valió su titularidad, rubricando su valía con un golazo que sirvió para emparejar las acciones contra los meridionales.
Hay algo que sigue preocupando: la intermitencia de los referentes. Rómulo Otero no estuvo a la altura de lo que se espera de uno de los mejores futbolistas que actúa en el Brasileirao, mismo asunto con Salomón Rondón, a quien la lucha y brega no le basta para volver a ser aquel atacante letal y decisivo. Lo cierto es que independientemente de quienes sean los intérpretes, Venezuela sigue teniendo inconvenientes en la generación de fútbol ofensivo. Jhon Murillo se mostró sobresaliente en los dos partidos, pero su velocidad y vértigo quedan inutilizables cuando el fútbol que se practica no le deja los espacios necesarios para que explote sus virtudes.
Venezuela sigue en construcción. Una construcción que parece no terminar nunca, como la eliminatoria sudamericana. Sin embargo, las ideas deben irse consolidando en este proceso perdido para que en el futuro inmediato los ensayos no sean para mejorar sino perfeccionar. Ojo porque a estas nuevas caras hay que darles paso a los mundialistas que la han desbordado con la Sub 20. Con su ímpetu y carácter más las ganas de arrancar todo de la mejor manera posible, el camino no luce tan accidentado.]]>

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