Deportes

Yulimar Rojas en la cima: el comienzo de una nueva era

Por primera vez en la historia, Venezuela sube a lo más alto del podio en un Campeonato Mundial Adulto de Atletismo al aire libre. La subcampeona olímpica llega más lejos que nadie antes que ella, precisamente ante la atleta más consistente de los últimos cinco años, la colombiana Caterine Ibargüen

Publicidad
Yulimar Rojas, en la Copa del Mundo de Atletismo, en Londres, con patrocinio de Toyota
TEXTO EUMAR ESAÁ | FOTOGRAFÍA: TIM IRELAND | AP

La gloria de Caterine Ibargüen comenzó precisamente en el estadio Olímpico de Londres. En los Juegos Olímpicos de 2012, escoltaría a la kazaja Olga Rypakova y sorprendería con una medalla de plata. Después de eso, no volvió a perder en 33 competencias consecutivas y casi cuatro años.
Liga de Diamante, eventos de ciclo olímpico y Mundiales de Atletismo eran los dominios de la competidora más estable de pista y campo en los últimos años. Desde que inició su camino triunfal, la morena de Apartadó solo perdió tres veces: una en la Diamond League de Birmingham 2016 ante Rypakova (el fin de su impresionante seguidilla) y dos este año ante Yulimar Rojas. Precisamente en Londres, la historia parece haberse torcido definitivamente, tendiéndose esta vez a los pies de la venezolana.
Nuestro país ha tenido atletas emblemáticos que han brillado entre los grandes. Asnoldo Devonish fue capaz de subir a un podio olímpico en Helsinki ’52 y retar al poseedor del récord del mundo, el brasileño Adhemar Ferreira Da Silva.
El relevo 4×100 encabezado por Rafael Romero fue dos veces finalista olímpico. El propio Romero derrotó a las grandes figuras estadounidenses de la velocidad para quedarse con el oro de los 200 m en los Panamericanos de Sao Paulo ’63. William Wuyke inclinó ante sí a varios de los mejores semifondistas del mundo: Sebastian Coe, Steve Ovett, Steve Cram: solo se salvó de sus zancadas Alberto Juantorena. Ninguno de ellos, sin embargo, logró llegar a la posición que hoy ostenta Yulimar Rojas.
Para la caraqueña criada en Anzoátegui, todo ha ido muy rápido. El año pasado, cuando ganó el Mundial Bajo Techo de Portland se convirtió en la monarca en pista cubierta más joven en la historia de su prueba, y cuando saltó el récord nacional de 15,02 en el Meeting de Madrid, también fue la mujer más joven en superar la barrera de los 15 metros, con apenas 20 años.
Para ese momento, solo había practicado triple por dos temporadas, luego de iniciar su carrera en salto alto (donde aún posee el récord nacional juvenil de 1,89) y pasarse al largo en 2014. Llevaba menos de seis meses entrenando con el cubano Iván Pedroso, el hombre que en 2013 llevó al francés Teddy Tamgho al oro del Mundial de Moscú.
Una rivalidad emblemática

Poco después de su 15,02 en Madrid, Rojas retaba a Ibargüen en su primer evento de la Diamond League en Doha. Un 14,92 en la quinta ronda de saltos forzó a la colombiana al que para entonces era el mejor registro del año, el 15,04 que la salvó de la derrota. En los Juegos Olímpicos de Río, donde Ibargüen se impuso con 15,17 m, las diferencias fueron más claras con respecto al 14,92 de Yulimar, pero no suficientes para preservarla por mucho tiempo de las ambiciones de la gigante de pelo verde.
En esa oportunidad, en un momento en el que se cruzaron durante el calentamiento entre salto y salto, Ibargüen se dirigió a Yulimar con una advertencia que iba mucho más allá del tono casual con el que fue pronunciada: “no me pise la ropita”. Rojas no había rozado las pertenencias de la colombiana, y entendió perfectamente el verdadero talante de aquella frase. Tal vez por eso se motivó más a “pisarle la ropita”.
Este año comenzó temprano a vulnerar los terrenos de la campeona de Moscú 2013 y Beijing 2015. Cerró con la mejor marca del mundo la temporada bajo techo, con 14,79 en Gallur, España, y mantiene hasta hoy el registro más destacado al aire libre, el 14,96 de Andújar, también en tierras ibéricas, todo eso a pesar de que tuvo que poner pausa dos veces por lesión, primero por tres meses luego de la Copa del Mundo de Dusseldorf, y luego por unas cuantas semanas, después de conformarse con plata en un Sudamericano en el que no se presentó Ibargüen.
La colombiana, ya de 33 años, iniciaba con un paso más lento. Cuando se encontraron por primera vez en la Diamond League de Roma, Yulimar estaba lista para tomar el mando. Con un 14,84 anunció su primera amenaza y confinó a su rival a la plata con 14,78.
Unas semanas más tarde, Ibargüen se vio de nuevo contra la pared, obligada a un 14,86 en el último salto en la válida de Mónaco para evitar, por apenas tres centímetros, que Rojas la volviera a sorprender. Tal vez creyó que podría cambiar su destino de la misma manera en Londres, pero esta vez el último salto vino sin poderes mágicos.
Un par de portentos

Al cierre de este lunes, Venezuela aparecía en un absolutamente improbable quinto lugar del medallero, empatada con Jamaica con un oro y un bronce, contando la increíble presea de la atleta más joven y con la peor marca de inscripción de todo el Mundial, Robeilys Peinado. Naturalmente, esa posición irá retrocediendo en la medida en que avance la competencia, en la que todavía hay un criollo con posibilidades de meterse en la final, el saltador de altura Eure Yánez, pero difícilmente dejará de ser el nuestro el mejor país latinoamericano del torneo.
¿Es realmente el atletismo venezolano uno de los mejores del planeta, como ese medallero parece indicar? La coincidencia de dos figuras colosales, como Rojas y Peinado, contribuye a crear ese efecto. Entre las dos han conquistado siete preseas globales y olímpicas en los últimos cuatro años: Robeilys logró el oro del Mundial Menor de Donetsk 2013, la plata de los Juegos Olímpicos de la Juventud Nanjing 2014 y el segundo lugar del Mundial Juvenil de Bydgoszcz 2016, amén del bronce de Londres.
Rojas suma una rareza: las coronas universales al aire libre y en pista cubierta simultáneamente, junto a la plata de Río. Antes de ellas, solo una atleta, la también saltadora Keisa Monterola, logró subir a un podio orbital, con el subcampeonato de garrocha del Mundial Menor de Marrakech 2005.
Robeilys y Yulimar fueron dos fenómenos hechos en Venezuela por entrenadores venezolanos (Carlos Faneith y Jesús Velásquez, respectivamente), pero ambas han cimentado sus dimensiones estelares gracias a dos técnicos extranjeros: el ucraniano Vyatcheslav Kalinichenko y el cubano Pedroso, y viven y entrenan fuera del país, en Polonia la primera y en España la segunda.
Ambas se benefician de competencias frecuentes al máximo nivel, de excelentes condiciones de entrenamiento, de premios en metálico que les permiten autogestionar sus carreras (de hecho ninguna de las dos ha recibido recursos de Mindeporte este año) y de estar ubicadas en nodos de conexión geográfica que las protegen de situaciones como la que vivió recientemente el voleibol femenino.
Robeilys se formó entre el gimnasio Los Gemelos de Montalbán y el Brígido Iriarte de El Paraíso. En los últimos tiempos en los que trabajó allí, fue necesario hacer ajustes porque la carrilera estaba tan desgastada que ya corría sobre la capa asfáltica.
En Puerto La Cruz, la pista de atletismo del estadio José Antonio Anzoátegui es puramente decorativa, pintada sobre asfalto desde la Copa América, pero en la medida en que iba anunciando sus grandes cualidades, Yulimar contó con mejores condiciones proporcionadas específicamente para ella por Aristóbulo Istúriz a su paso por la gobernación. Sin embargo, la pista Yulimar Rojas que el presidente Nicolás Maduro prometió luego de su plata en Río sigue en proyecto.
De hecho, Rojas ha sido el motivo de dos promesas incumplidas del gobierno nacional en 2016. En marzo, cuando ganó el Mundial Bajo Techo, Maduro aprobó los recursos en bolívares para la adecuación de cuatro pistas en todo el país.
En agosto, cuando logró la plata de Río, aprobó el presupuesto en divisas para ese mismo proyecto. Un año después, no se ha hecho el primer movimiento para convertir en realidad esos ofrecimientos, y el país solo cuenta con un escenario plenamente operativo en Barinas y uno medianamente en condiciones en Barquisimeto. ¿Cuál será la próxima oferta que motivará Yulimar con su nueva hazaña?]]>

Publicidad
Publicidad