Deportes

Se cerró el chorro y el deporte venezolano sufre profundas consecuencias

El tiempo de bonanza parece haber terminado para el deporte venezolano. Luego de años de grandes avances basados en la generosidad presupuestaria, la época de las vacas flacas regresa, con más rigor tal vez. ¿Es el fin para el sueño de la “Generación de Oro”?

Publicidad
Texto: Eumar Esaá (@eumaresaa) y Johanna Osorio (@JohaOsorioH)

La selección venezolana de surf era conocida como los chicos ricos del vecindario. A eventos internacionales iba con un equipo multidisciplinario que incluía hasta chef, fisioterapeuta y psicólogo deportivo. Tal era la bonanza del alto rendimiento criollo hasta hace tres o cuatro años. Entre este mes y el pasado, los competidores que participaron en los Mundiales de Atletismo y Natación asistieron sin personal de apoyo, más allá de técnicos y delegados, y esta semana comenzaron los Juegos Mundiales Universitarios en Taipei y los torneos del orbe de lucha y vela, sin presencia venezolana.
El presidente Nicolás Maduro mostraba el 11 de agosto su consternación por un supuesto recorte de 67% al presupuesto del deporte colombiano, “el mismo día que yo estoy aumentando 400% las becas a nuestros atletas” e invitaba a los deportistas del vecino país a prepararse en el nuestro. Lo cierto es que el recorte no fue tal, se limitó exclusivamente a áreas de infraestructura, como confirmó el presidente del Comité Olímpico Colombiano Baltazar Medina, y no afectó al alto rendimiento, cuyas principales figuras hicieron una intensa campaña para tratar de evitar el impacto de la medida presidencial.
En Venezuela, en cambio, el recorte fue inevitable: dos días antes de los anuncios de Maduro, el ministro Pedro Infante había reunido a las federaciones nacionales para comunicarles que se aumentaban sus gastos de funcionamiento (los que se pueden cancelar en moneda nacional), pero que sería necesario establecer nuevos criterios para la asistencia a eventos internacionales, priorizando a aquellos deportes mejor ubicados en sus respectivos escalafones mundiales. Infante argumentaba la dificultad para movilizar divisas del Estado venezolano, a raíz de las recientes sanciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos contra el presidente Maduro y, naturalmente, la cada vez más limitada disponibilidad de divisas.
Esa fue la misma explicación que recibió el campeón sudamericano de salto alto, Eure Yánez, abandonado a su suerte en España durante su preparación de cara al Mundial de Londres.
“La Diamond League me envió mi pasaje a Marruecos para la válida de Rabat, pero solo para mí. El viaje de mi entrenador, los desplazamientos por Europa, el hotel, la comida, todo lo demás que hicimos en España antes del Mundial, lo pagué yo de mis premios. El dinero me alcanzó hasta el tren que nos llevó del aeropuerto de Gadwick a Londres, y al bajar nos tocó caminar 12 km con las maletas hasta el hotel. Me dicen que el problema es que los bancos no quieren trabajar con Venezuela, y por eso no me pudieron transferir nada para mantenerme en España, pero no solo me deben eso, sino 6000 dólares de mi concentración el año pasado en Brasil”, explica Yánez.

De hecho, los recursos para el pago de los entrenadores de Yulimar Rojas y Robeilys Peinado (el cubano Iván Pedroso y el ucraniano Vyacheslav Kalinichenko, respectivamente) comenzaron a ser cancelados recientemente, poco antes de la participación de ambas en el Mundial de Londres. Todo el año, las dos se mantuvieron en sus bases de preparación en España y Polonia con sus premios.
Recortes y más recortes

Si competir sin atletas no fuese imposible, quizá Venezuela estaría participando en eventos a distancia. El recorte presupuestario de Mindeporte ha obligado a los criollos a viajar sin cuerpo multidisciplinario y, en varios casos, con solo parte de la delegación.
«Es muy lamentable la condición bajo la cual asistimos al Mundial de Natación de Budapest. No se justifica que mientras otras selecciones asisten con un equipo de médicos, masajistas, psicólogos, terapeutas… nuestro país sólo viajo con su entrenador», afirma Luis Villasmil, director técnico de la selección nacional de la disciplina.
La misma queja trajo de Londres el presidente de la Federación Venezolana de Atletismo, Wilfredys León: “No es posible que nuestros atletas tengan que cargar hasta su propia hidratación, eso no se ve ni en los equipos más humildes en el nivel mundialista. Al delegado le toca hacer de todo, pero si tengo que estar con el marchista o el maratonista, por ejemplo, no puedo hacer más sino dejar solos a los de pista y campo con sus entrenadores”.
Villasmil destaca que la situación no es nueva. «Desde hace casi dos años padecemos este problema. Tampoco llevamos equipo multidisciplinario para el Mundial de Piscina Corta, el Sudamericano de Cali, el Grand Prix de Santa Clara, y los muchachos están sólo con su entrenador (Oscar Huen) en el Mundial Juvenil de Indianápolis. Desde los Juegos Olímpicos de Río no bajan dinero para los atletas, y muchos asisten con recursos propios, que no les han reintegrado. Cuando se acercan las fechas de los eventos,  pasamos la nómina, la aprueban, pero luego recortan personal hasta que sólo quedan los atletas con un entrenador. Esto desmotiva a cualquier deportista», sostiene el seleccionador, que está al frente del combinado de mayores desde 2009.
«Muchos nadadores han pensado en dejar de competir, porque el Ministerio no garantiza que podrán asistir a los eventos para los que entrenan. La situación del país es muy complicada para que ellos mismos deban financiarse. A veces no tienen condiciones ni para entrenar en Venezuela. Ahora la piscina está en buen estado, pero porque peleamos durante meses para que le hicieran un mantenimiento adecuado. Muchos me han dicho, incluso, que no saben si participarán en los Juegos Bolivarianos. La preparación es fundamental, pero aquí les dicen a muchos ‘no puedes viajar porque no eres medallista’, y a los medallistas les preguntan para qué quieren viajar, como si no lo necesitaran. Todo esto sólo perjudica al deporte venezolano».

El conflicto no distingue edades ni disciplinas. Recientemente, el multimedallista mundial juvenil de pesas Keydomar Vallenilla asistió al evento del orbe en la categoría junior acompañado sólo de su entrenador. El resto del equipo, conformado por al menos tres atletas más, se quedó fuera del torneo por «falta de recursos».
Los nuevos ausentes

Hace un año por esta época, la lucha peleaba por dos medallas de bronce en unos Juegos Olímpicos a los que había asistido con récord de clasificados: nueve atletas. En 2017, la preparación comenzó en sitios tan distantes como Mongolia o Bulgaria, antes del Panamericano de Brasil en junio. Sin embargo, una vez en tierras canarinhas, la transferencia para cubrir la permanencia de la selección, ejecutada desde Mindeporte, no se hizo efectiva y esa deuda llevó a la Unión Internacional a bloquear la inscripción de Venezuela en el Mundial de París.
“Nosotros pudimos demostrar que la transferencia sí se hizo, que incluso hubo un débito en la cuenta del Ministerio, y que simplemente el Comité Organizador en Brasil debía entenderse con su banco, que fue el que congeló las divisas”, explica José Barreto, presidente de la Federación Venezolana de Lucha. “En el caso del Mundial nos afectó también la situación del país, porque debido a la violencia en Caracas antes de la elección de la Constituyente, nosotros disolvimos por cinco días la concentración y mandamos a los atletas a sus estados, y al Ministerio le llegó una información equivocada de que no estaban entrenando”.

La lucha pagará su factura por este entuerto: al no haber participado en el Mundial, sus atletas no aparecerán en el ranking en 2018. “Espero que el Ministerio tenga flexibilidad en su criterio de priorizar el apoyo solo a los que aparezcan entre los 16 primeros del ranking mundial”, hace votos Barreto.
A la delicada situación presupuestaria se unen también los problemas de conexión aérea que ya causaron cuatro forfeits este año. Hace dos semanas, el voleibol femenino debió cruzar a pie la frontera con Colombia, como cualquier venezolano que busca abastecerse en Cúcuta, para participar en el Sudamericano de la disciplina, porque su desplazamiento coincidió con la suspensión de vuelos de Avianca y la medida de “reciprocidad” anunciada por la estatal Conviasa.
A los Bolivarianos sin preparación

La situación actual del deporte venezolano hace mella en unas disciplinas más que en otras. El caso del taekwondo es, sin duda, uno de los más preocupantes. Su panorama actual es adverso para compromisos a corto plazo, como los Juegos Bolivarianos que se celebrarán en noviembre, o a mediano plazo, como su participación a los Juegos Olímpicos de Tokio, debido a su sistema de clasificación, que contempla la posición de los atletas en el ranking mundial, que se estructura con la sumatoria de puntos cosechada en válidas internacionales.
“Para poder estar al nivel de los mejores del mundo, debemos competir contra los mejores del mundo. No podemos esperar que la selección tenga buenos resultados cuando no se ha asegurado su participación en compromisos internacionales”, afirma Luis Noguera, seleccionador nacional y ex atleta del combinado local. “Venezuela siempre ha dominado en los Bolivarianos, pero no te puedo garantizar que eso suceda esta vez”.
¿La razón? A menos de tres meses para la contienda del ciclo olímpico, que se celebrará en Santa Marta (Colombia), la delegación nacional se ha perdido 22 abiertos puntuables al ranking mundial de la disciplina en Alemania, Estados Unidos, Turquía, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Eslovenia, Bulgaria, Colombia, Bélgica, España, Holanda, Irán, Kazajistán, Ucrania, Moldavia y Austria.
Los únicos eventos internacionales donde ha competido la selección, desde la participación de Edgar Contreras en Río 2016 —donde consiguió un diploma olímpico— han sido el Mundial de Muju, en Corea del Sur, y el Abierto de Chuncheon, en el mismo país, con apenas el 50% del equipo.
Los cambios en el reglamento de combate y el nuevo sistema electrónico de competencia, vigentes ya en estas justas, eran desconocidos por los atletas venezolanos, debido a su falta de fogueo.
“Sabemos que la situación actual en la que estamos sumergidos afecta cada aspecto de la vida del venezolano, y el atleta no es la excepción. Viven lo mismo que cualquier ciudadano. Aquí hay taekwondistas que no compiten desde hace dos años. De la noche a la mañana ven coartadas sus posibilidades, y sentir que no podrán estar a la par del desarrollo internacional es frustrante. Llegan entonces a la disyuntiva de seguir en el deporte o buscar un trabajo que les dé un sustento económico. No tener roce competitivo nos deja varios pasos atrás de otros países”.

“En la federación intentamos mantener los calendarios nacionales. Tratamos de no dejar sin movilidad a las categorías cadete, junior a la modalidad poomsae —que no compite internacionalmente desde los Bolivarianos pasados—. Pero a nivel de Ministerio hay una falla. La respuesta para el fogueo en el exterior siempre es la misma: ‘no hay posibilidades, porque no hay dinero’. Eso provoca un bajón de ánimo, como entrenador y atleta. La inversión de tiempo y recursos, económicos y humanos, es irrecuperable”.
Tras el Campeonato Mundial de Muju, Venezuela recibió la octava invitación consecutiva a un Grand Prix Series, con la mayor cantidad de atletas desde que se instauró esta competencia en el año 2013, cinco: Virginia Dellán (-49kg), Adriana Martínez (-57kg), Adanys Cordero (-67kg), Edgar Contreras (-68kg) y Carlos Rivas (+80kg). Todos los países que competirán en taekwondo en Santa Marta asistieron a la justa, menos la selección nacional, que estuvo ausente por séptima vez continua en el circuito desde 2014. La situación se repitió para los Abiertos de Rusia y Argentina, y para la Olimpiadas Universitarias, que se iniciaron esta semana en Taipei.
“Este fin de semana es el Open de Costa Rica y no asistiremos. Esta competencia funge, además, como Panamericano adulto, cadete y de parataekwondo, donde obtuvimos bronce en la pasada edición. Se acercan también la Copa Presidente de la WTF, que se disputará en Las Vegas, donde se medirán todos los países de América; también los Abiertos de Canadá y Polonia. Nosotros, lamentablemente, nos estamos preparando para la misma respuesta de todo el año”, manifiesta el entrenador. “Estamos también a meses de los Juegos Olímpicos de la Juventud y, al parecer, la única competencia previa al clasificatorio que tendrán los atletas serán los Juegos Nacionales, que ya se pospusieron para diciembre. Si no vamos al Panamericano, no se puede pretender que estos muchachos clasifiquen a Buenos Aires con apenas fogueo nacional”.
Noguera es enfático con respecto a la importancia de un cambio en el manejo del deporte nacional. “El taekwondo no es el único que padece esta situación. Tristemente, parece que en lugar de mejorar, se va a agudizar. Tenemos atletas con experiencia, sí. Pero la experiencia debe ir acompañada de preparación”.]]>

Publicidad
Publicidad