Como suele ocurrir en el subcontinente, lo anunciado (inicio de la aplicación del VAR en cuartos de final) no pudo ser posible. No será en cuartos sin en semifinales que se ponga en práctica. A finales de octubre, River Plate – Lanús y Gremio – Barcelona se verán las caras en los choques por semifinales y ya hubo par de situaciones que generaron mucha polémica en duelos recientes (penales no sentenciados contra San Lorenzo y Barcelona), por lo que el uso del aparato para tomar decisiones cae como anillo al dedo en un fútbol sudamericano en el que, pese a los esfuerzos por brindarle una imagen de depuración tras el FIFA Gate, sigue mostrando situaciones que sobreponen la preeminencia del poder y los intereses oscuros sobre ese tan mentado proceso de transformación.
Con un Argentina – Perú en puertas, donde todos los manejos oscuros comienzan a sobrevolar el partido trascendental que se jugará por las eliminatorias mundialistas en La Bombonera y donde en el país incaico temen por la presión de que Messi y compañía se puedan quedar sin lugar en la cita rusa, aparece el VAR en una competencia de clubes para dar muestras de orden dentro de un caos que aún le cuesta sacudir el halo corrupto que ha imperado en los últimos tiempos en Conmebol.
Sin embargo, todas estas intenciones se aplauden. Que no solo sean intenciones o muestras de querer cambiar: ahora tocará ver si la tecnología será utilizada adecuadamente y no con criterios aleatorios que sigan dejando dudas.
Diez días de cursos ha brindado Conmebol al cuerpo arbitral que asistirá el video en estos cuatro partidos decisivos de Libertadores. Llegarán a cada ciudad con suficiente antelación para chequear las condiciones del estadio y las locaciones donde se habilitará la sala de video (los cuatro estadios son modernos y no deberían tener mayor problema en ese aspecto).
Es bueno tener algo claro; según FIFA, solo cuatro situaciones pueden ser objeto de análisis de video cuando surjan dudas: en goles, penales, tarjetas rojas directas e identificación de jugador. Habrá tres árbitros en la sala de análisis y un monitor en el campo para el juez principal pueda acercarse a consultar en las imágenes. Este cuerpo arbitral será el que decida cuando avisar al principal sobre la utilización de la tecnología.
Bajo el criterio de una mínima interferencia y un máximo beneficio, el VAR es un avance tecnológico para la mejorar de la justicia, pero que no beneficia el espectáculo. Es una prueba de fuego que en el fútbol más romántico del mundo (el sudamericano) casualmente sea el primero en estrenar este paso que hace mucho tiempo ha querido dar el balompié, con muchos defensores y tantos detractores. ¿Está la pasional hinchada sudamericana preparada para asumir las decisiones del VAR sin chistar o ejecutar actos violencia? Hay que advertirlo, sí, pero también creer que, aunque se haya demostrado lo contrario, el crecimiento del aficionado también lo ha hecho tolerante en estas huestes continentales.
Será la primera puesta en práctica en Sudamérica de un avance que también está a prueba. Quedan aún muchas interrogantes sobre la utilización de este medio tecnológico, como la celeridad en la toma de decisiones luego de una consulta (no existe límite de tiempo en beneficio de la precisión), pero adecuarse a los nuevos tiempos es el máximo reto para un grupo de nuevos líderes continentales que se han obligado a apartarse del costumbrismo corrupto para dar paso a la transparencia.
Lo cierto es que la preparación ha sido intensa. Conmebol no ha querido dejar paso a la improvisación para utilizar esta herramienta. Un total de 28 árbitros, entre principales y asistentes, han estado por varios días (del 14 al 22 de septiembre) capacitándose en Asunción, Paraguay. Dos venezolanos, José Argote y Jesús Valenzuela, han formado parte de este curso intensivo. Representantes de los clubes cuartofinalistas de la Libertadores estuvieron en el desarrollo de esta actividad, que incluyó un torneo de juveniles para la ejecución práctica de las pruebas.
El fútbol sudamericano sigue tratando de mostrarse al mundo más renovado, menos enviciado. El uso del VAR es una apuesta por demostrar esto y los preparativos para su activación han sido los adecuados.
Queda ahora de parte de las aficiones y los poderosos intereses de los clubes saber asumir los resultados que deriven de su utilización. Que no sea solo una imagen positiva lo que se quiera mostrar, sino que estos pasos hacia adelante sirvan para que se demuestre que el cambio es real.
Por lo pronto, las eliminatorias sudamericanas, donde hay tanto en juego y sobrada suspicacia, en su punto máximo de definición, se quedaron sin VAR. ¿Riesgo de que algún importante se quede fuera del Mundial o extrema complejidad para habilitar la tecnología? Las dudas permanecen ahí.]]>
