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Andrea Zeolla, la "italiana" de la vinotinto sub-17

La guatireña se formó como futbolista en el Caracas FC. La situación país la llevó a emigrar a Italia, pero Venezuela volvió a tocar su puerta, hoy en día es parte de la selección nacional y sueña con clasificar al Mundial de Uruguay

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POR: LUIS VÍLCHEZ

La inmigración es un fenómeno natural en cualquier país. Sin embargo, en Venezuela es el pan de cada día. ¿Qué vas a hacer? ¿Te quedas o te vas?, son constantes a la hora de ver un amigo o conocido.

La ruta de Maiquetía no discrimina ni edad ni profesión, pero la nacionalidad no se quita con sellos en el pasaporte: es un sentimiento muy arraigado. Si no, le pueden preguntar a Andrea Zeolla que sueña con un solo color: vinotinto

La Vinotinto, tanto masculina como femenina,desde hace mucho tiempo atrás dejó de ser el patito feo y empezó a generar un sentimiento de apego más allá de las fronteras de Venezuela. Muchos jugadores jovenes han emigrado buscando mejor futuro, pero se llevan en su maleta el sueño de escuchar el «Gloria al Bravo Pueblo» en un Mundial, como es caso es el de la italo-venezolana Zeolla.

«Desde pequeña siempre quise aportar mi granito de arena para ayudar a la selección a llegar a lo más alto. Tengo una segunda nacionalidad que es italiana y muchos me dicen que vaya a jugar con ellos, pero yo me reconozco más como venezolana», explicó la polivalente jugadora de APD Ripalimosani (Molise, Italia), que está concentrada en Margarita, preparándose para el Sudamericano sub-17 de Argentina, certamen que Venezuela llega con la chapa de bicampeona.

Su reencuento con su país fue en enero, cuando fue convocada a un módulo en Estados Unidos. La futbolista reconoció que el llamado la tomó por sorpresa, pero que estuvo «encantada» de poder entrenar en el país de las barras y las estrellas, además de enfrentarlos, ya que son una potencia en el fútbol femenino. Disputaron dos amistosos, en el primero cayeron (8-0) y el segundo resbalaron (4-0). «Estos partidos son importantes para poder quedar en la convocatoria definitiva», soltó Zeolla, que sabe que a pesar del resultado adverso, estos partidos le sirvieron para mostrarse y ganarse este llamado al último módulo previo al torneo.

Su integración no ha sido difícil ya que «muchas las conocía» y añadió que el grupo es una «familia». Y es que la habilidosa jugadora se formó en el Caracas, desde los 10 años y estuvo con las avileñas hasta 2016, cuando emigró a Italia. En el país de la bota tuvo un paso por el Genoa, para luego recalar en el equipo de la provincia de sus padres: Ripalimosani.

«Mi inicios en el Caracas fue cuando tenía 10 años y medio, Enzo (Tropiano) me vio jugando con el equipo masculino de Guatire, donde practicaba (…)Me invitaron al club y  en el primer entrenamiento me fue muy bien y quedé», relató Zeolla, que a veces deja escapar el típico cantadito italiano. La guatireña estuvo con el equipo adulto, donde tuvo oportunidades compartir con Oriana Altuve y Lisbeth Bandres, ambas figuras del Rojo, partes de la selección nacional absoluta y que hoy brillan en Colombia.

La polivalente jugadora se mentaliza en poder «aportar su granito de arena» en la búsqueda de un cupo al Mundial de Uruguay. El torneo en suelo argentino brindará dos plazas mundialistas y una a los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires (2018).

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