En medio de una severa e histórica crisis que arropa a Venezuela, aún son muchos los que se hacen impermeables a la problemática y se enfocan en el éxito. En este grupo está el equipo de la Universidad Simón Bolívar (USB) que compite de forma ininterrumpida desde 2002 en la Fórmula SAE, en Michigan (Estados Unidos).
El evento universitario de talla mundial busca a los mejores exponentes de la ingeniería, quienes a través de un monoplaza demuestran sus conocimientos en la materia y cómo aplicarlos. En Venezuela, expertos de la casa de estudios dieron comienzo al proyecto para su primer auto en el 2000; sin embargo, fueron dos años de estudio hasta revelar su primera versión y dar el salto a la competición.
En la actualidad, la adaptación es la palabra clave para el conjunto venezolano. En medio de una voraz hiperinflación, los costos han sido dolor de cabeza para la planificación de la próxima campaña; no obstante, esta piedra en el camino es no más que un obstáculo que esperan superar lo más pronto posible. Para ello dieron inicio a una campaña de GoFundMe donde aspiran a recaudar 10.000 dólares, contando con $1.400 para la fecha de esta publicación.
La cifra no es mero capricho. Para Guillermo Lapelosa, estudiante de ingeniería en producción, y Jefe de Transmisión de dicho plan, dio detalles de lo que implica tal cantidad de dinero: de entrada, la inscripción para la temporada 2019 se ubica alrededor de los 2.500 dólares, mientras que las piezas necesarias para el nuevo chasis, restauración obligatoria año a año, se sitúa en los $1.200. El trabajo para la suspensión se valora en $3.500, $2.000 el motor y $800 estarían destinados para las partes eléctricas.
En esos 10.000 dólares no están reflejados los gastos de cada miembro que viaje a territorio norteamericano para competir. Lapelosa indicó que cada integrante debe hacerse cargo de su boleto aéreo, estadía y comidas.
Para la actividad viajan entre 20 y 25 personas cada temporada, instalándose entre 10 y 12 días en Estados Unidos. Este año llegaron a Miami, “ahí alquilamos dos camionetas y un remolque para viajar un día completo hasta Michigan”. En Florida estuvieron tres días, partieron al estado que alberga el evento, de cuatro días de duración y regresaron al sureste estadounidense. El viaje en carretera de un lugar a otro fue de 24 horas.
“Para nosotros sería importantísimo, aparte de reunir el dinero para el carro, contar con el dinero para cubrir el viaje”, dijo el estudiante, quien consideró esto como “el premio por el trabajo hecho durante todo el año con el proyecto”.
Uno de los ítems analizados por los jueces de la Fórmula SEA gira en torno a los costos para la producción de la estructura. En este aspecto reposa el gran éxito del conjunto de la USB, cuyos malabares para materializar el sueño les ha permitido destacar y demostrar lo que es capaz de hacerse con escasos recursos.
Esta manera de realizar las labores de forma proporcional les dio el quinto lugar en dicho rubro este año, formando parte del top 5 hasta en siete oportunidades, finalizando primeros en 2013. En ella se envía un informe con cada especificación del armado, tarea obligatoria para cada marzo, dos meses antes de la competencia, tiempo suficiente para que los jueces estudien a fondo la conformación del monoplaza.
Posteriormente, una representación de los estudiantes defiende el porqué del costo de producción de tres piezas que el jurado elige aleatoriamente. La discusión y planificación que este grupo ha conseguido plasmar en su carro jamás ha pasado por debajo de la mesa, despertando el reconocimiento de otros competidores, así como de la organización del evento.
“Abaratamos nuestros costos en producción y manufactura” para compensar la falta de acceso a divisas para comprar los mejores materiales posibles, reconoció Lapelosa.
La participación de la USB en Michigan es también una oportunidad para darse a conocer. Pese a que sus efectos no se ven siempre a corto plazo, con excepciones de otras universidades que han ofrecido becas a venezolanos, el impacto se siente en el campo profesional.
Aunque el dominio de la categoría pertenece a la Universidad de Stuttgart (Alemania), con los últimos tres títulos de forma consecutiva, el cuadro nacional no deja de ser seguidos por los presentes. Con 2013 como su mejor resultados, al culminar undécimos la cita, esos cuatro días de acción han sido más que suficientes para moldear el talento de los estudiantes venezolanos.
Lapelosa mencionó, por ejemplo, el caso de Manuel Vieira, quien fuera miembro del equipo de la USB y hoy fundador del proyecto en la Universidad Politécnica de Valencia (España), tercera en 2018.
Este es un nombre de muchos que han aprovechado para dar el salto de calidad: Frederick Meyer encabeza al grupo que defiende los colores de la Universidad Atlántica de Florida, mientras que otros tantos ya se han hecho sentir como profesionales de la ingeniería en empresas de la talla de Porsche, Boeing y la escudería Renault de la Fórmula Uno.
No hay trabas para aquellos que quieren formar parte del proyecto en la USB: “El único requisito para ser miembro del equipo es formar parte de la Universidad Simón Bolívar”, mencionó Lapelosa, quien agregó que próximamente dará inicio el proceso de selección de pilotos para 2019.
Las pruebas de fuego no solo se ven en territorio estadounidense a la hora de competir, también se hacen fuertes en casa.
El estudiante no olvida las largas jornadas en la construcción del chasis, donde han pasado incluso una noche entera trabajando, algo que, a su juicio, es fundamental para conocer además el compromiso que jóvenes aspirantes tienen sobre la planificación.
Con unos 40 estudiantes conformando el conjunto, esperan definir en diciembre la delegación que participe en la temporada 2019, donde la meta será mejorar ese lugar 42 en que cerraron este año, en un total de 118 participantes.
Fotos: Formula SAE USB]]>
Un grupo de investigadores venezolanos en alianza con instituciones científicas internacionales determinaron que el lago Parima pudo haberse localizado en la Amazonía de Venezuela. Sensores tecnológicos y un profundo análisis comparativo de imágenes satelitales actuales con mapas antiguos respaldan su hallazgo y aquí cuentan el trabajo que hubo detrás
Sobre la situación que se presentó durante un acto de grado en la USB, la actitud de las autoridades rectorales, las decisiones previas del Ministerio de Educación Superior y el futuro de la institución hay mucho qué decir y aclarar. Carolina Jaimes Branger conversó con el actual secretario de la universidad, Cristián Puig, al respecto
A Gabriela Álvarez le aprobaron su discurso días antes de leerlo. Sin embargo, las autoridades se retiraron del acto apenas escucharon las críticas directas a su gestión. Una invitada cuenta los detalles de lo que vivieron los graduandos y sus familias ante la incertidumbre de si recibirían el título
