Los dirigidos por el argentino Fernando Duró dominaron las acciones de principio a fin. En el arranque, la figura de Dwight Lewis Padrón se alzó por encima del resto con un desempeño ofensivo destacado al anotar nueve tantos en una exhibición donde también se hizo sentir la presencia criolla en la pintura para arrollar a sus contrarios en el rubro de rebotes por 16 a 7.
Con la ventaja 18-10, el segundo cuatro mostró mayor paridad en la pizarra, parcial que si bien ganó Venezuela, lo hizo por apenas dos unidades (15-13 para irse al descanso 33-23). La intensidad defensiva de Michael Carrera se juntó con la rotación de balón de Gregory Vargas; sin embargo, el contraste se notó con las pérdidas de posesión motivadas a ataques donde la Vinotinto se vio con mayores revoluciones de lo normal, perdiendo coherencia en el desarrollo de su juego.
Heissler Guillent lució como una pieza incisiva al encestar par de triples en cuatro intentos. El héroe del triunfo ante Costa de Marfil volvía a aparecer, ahora ante los de casa, para acercar a los suyos a la siguiente etapa.
La segunda parte encontró a una China llena de obligaciones, sobre todo en su ataque tras mostrar un flojo 26% en tiros de campo. Los robos de balón se convertían en la principal herramienta de los organizadores del Mundial ante a las imprecisiones frente al aro, pero nada lo suficientemente importante para acabar con el monólogo venezolano.
Esa propia presión también se tradujo en malas decisiones y disparos desacertados, algo que los de Duró aprovecharon para ampliar en el último cuarto la distancia a su punto máximo, con 15 tantos de diferencia en la recta final del choque.
Guillent y Lewis comandaron la ofensiva venezolana al sumar 15 y 13 unidades, respectivamente. En el rubro de rebotes, Néstor Colmenares y Miguel Ruiz tomaron siete balones cada uno.
Por China, Shuo Fang fue el máximo anotador con 13 puntos.
En la próxima ronda, Venezuela competirá con Polonia, Argentina y Rusia por el boleto a cuartos de final.