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El "nuevo comienzo" de la pertiguista venezolana Robeilys Peinado

Obligada por su lesión, Robeilys Peinado renunció el año pasado a participar en el Mundial, en Oregon, donde su paisana Yulimar Rojas ganó su tercer título en el salto triple

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Robeilys Peinado está convencida: su mejor versión volverá a verse.

Esta atleta venezolana de 25 años espera que 2023 sea el fin del viacrucis de lesiones que debió recorrer, paradójicamente, después de vivir uno de sus mejores momentos con la final del salto con pértiga femenino en los Juegos Olímpicos de Tokio-2020.

«Estoy tomándome las cosas con calma, esperando que mi doctor y mis ‘fisios’ hagan su trabajo y después yo voy a hacer el mío», dice la venezolana en una conversación con la AFP en su natal Caracas.

Con la vista en los Juegos Olímpicos París-2024, Peinado concentra esfuerzos en sanar de la última de las lesiones que le han acosado: un edema en la rodilla izquierda.

«La lesión que tengo es muy delicada», relata quien fue medallista de bronce en el Campeonato Mundial de Atletismo de Londres-2017. «Cualquier mal movimiento que haga puedo tener una fractura y eso sí ocasionaría un gran problema».

«Las órdenes son que no puedo hacer nada de impacto, pero mi prueba incluye mucho impacto, sobre todo en la pierna donde tengo la lesión (…). Estoy haciendo preparación física para que cuando me den la orden de comenzar a saltar, ya pueda tener algo adelantado», expresa.

Volver a alcanzar su marca personal de 4.78 metros, establecida bajo techo en febrero de 2020, está en mente, pero sabe que debe tener paciencia.

«En este momento, como estoy, volver a saltar un 4.70 o un 4.75 sería lo ideal».

Impulso de oro

Obligada por su lesión, Peinado renunció el año pasado a participar en el Mundial, en Oregon, donde su paisana Yulimar Rojas ganó su tercer título en el salto triple. 

Tampoco pudo estar en el primer evento del ciclo olímpico para Venezuela: los Juegos Bolivarianos, en la ciudad colombiana de Valledupar.

Sí saltó en los Juegos Sudamericanos, en Asunción, y se colgó al cuello la medalla de oro con registro de 4.20, que aunque sea muy modesto le llenó de motivación para continuar su recuperación.

«Me infiltraron para que no sintiera tanto dolor», cuenta. «Ganar el oro allí para mí fue muy importante (…). Estaba un poco desmotivada por todo lo que he venido pasando desde los Juegos Olímpicos y sentí que era el comienzo de algo bueno, de algo nuevo, y ya sé que todavía hay Robeilys para rato».

Los Juegos Centroamericanos y del Caribe, del 23 de junio al 8 de julio en San Salvador, y los Juegos Panamericanos, del 20 de octubre al 5 de noviembre en Santiago de Chile, están a la vista en el resto del ciclo hacia París-2024.

Volver al Mundial este año, en Budapest, es una opción, pero todo dependerá de su evolución, insiste esta atleta que trabaja en Formia, Italia, luego de tener Polonia como base de operaciones por unos años.

Fortaleza

No es la primera vez que Peinado lucha contra lesiones después de momentos altos. Cuando -clasificada por primera vez a unos Juegos Olímpicos- iba a competir en Rio de Janeiro-2016, su garrocha se rompió en un entrenamiento y le causó una grave herida en la zona del pulgar de la mano izquierda, que la sacó de acción por meses.

«Me afectó mucho, pero me dio mucha fortaleza para lo que tuve que afrontar después», recuerda.

Ejemplo: el bronce en el Mundial de 2017 en Londres con marca de 4.65.

«Fue algo que no me esperaba (…). Mi meta solamente era clasificarme al Mundial y demostrarle (que se equivocaban) a muchos médicos que dijeron que ya no podía hacer más salto con garrocha por el accidente», declara.

«Estuve mucho tiempo parada y pude lograr esa medalla. Supe que si yo me pongo a trabajar en serio y hago todo lo que tengo que hacer, puedo lograr cosas grandes».

Otro ejemplo: clasificar con 4.55 a la final olímpica de Tokio-2020.

«El simple hecho de tocar la pista en el calentamiento (en Tokio) ya era mi mayor logro (…). Estuve muy concentrada, estuve muy animada, porque quería saber qué se siente que digan tu nombre en una final olímpica», cuenta. «Era algo por lo que he trabajado desde pequeña».

Y las lesiones, lanza, no la van a parar.

«Ya logré dos cosas que quería: estar en unos Juegos Olímpicos y estar en una final olímpica. Ahora tengo que estar en un podio si Dios lo permite».

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