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El largo viaje de los Tiburones: de la crisis institucional a ser el mejor equipo de la LVBP

La Guaira juega su segunda final consecutiva por primera vez en más de tres décadas. Pero antes de llegar a buen puerto, las aguas han sido turbulentas. Esta es la historia detrás del gran momento escualo, que ilusiona a su fanaticada

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Por primera vez en más de tres décadas, los Tiburones de La Guaira jugarán su segunda final consecutiva y de la mano de quien fuera uno de los referentes de aquella época, Ozzie Guillén. Intentarán romper el maleficio de 37 años sin ganar, la sequía más larga en la historia de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP).

Guillén, figura elemental del beisbol venezolano, busca cerrar el círculo, al haber sido parte de aquel último campeonato en la temporada 1985–1986 y llevar a su club a la tierra prometida, ahora como estratega. Ya lo hizo una vez en el sur de Chicago, al quebrar una racha de 85 años sin títulos por parte de los Medias Blancas, el desafío ahora será en el Universitario de Caracas.

Suena a epopeya todo esto, ¿cierto?, pues el viaje de los Tiburones de La Guaira, como en cualquier historia épica, no ha carecido de sobresaltos y navegación por aguas turbulentas.

Desde aquel jonrón de Harold Castro, que les arrebató el sueño de un campeonato, ha transcurrido casi un año, 356 días para ser exactos y en ese periodo, los salados han cambiado de dueño, de gerentes, de proyecto, de estratega y de jugadores.

Aunque la base sigue ahí, esta versión es muy distinta a la del certamen pasado.

Poco tiempo después de la temporada anterior, se concretó la venta del equipo por parte de la dupla formada por Antonio José Herrera y Francisco Arocha, al magnate de la industria naviera y los medios de comunicación, Wilmer Ruperti.

Desde la oficina, César Collins, en el rol de Gerente General, lideró la transición y lo hizo de una manera exitosa, al lograr que se uniformaran estrellas como Ronald Acuña y Maikel García, además de varios cambios de peloteros y una relación fluida con la prensa y la fanaticada, que lo llevó a ser un favorito de la tribuna de la derecha del estadio Universitario.

Con ese pergamino, Collins volvió a iniciar la siguiente temporada, al mando de la gerencia general del club. Una foto del jóven ejecutivo con el nuevo dueño, el 4 de octubre, cuando se mostraron públicamente las grandes remodelaciones al clubhouse, no hacían presagiar lo que ocurriría un mes después. El 4 de noviembre, después de una victoria frente a los Navegantes del Magallanes, con el equipo, en récord de 6-6, la directiva decidió nombrar a Alberto Díaz como Gerente General y dejar a Collins en funciones estrictamente deportivas. “Como organización, nos reunimos con la junta directiva y decidimos tomar la decisión. Collins tenía una función dual como Gerente General y Gerente Deportivo y eso crea un conflicto de intereses”, dijo Ruperti a través de una entrevista en Canal I, de su propiedad.

“Como organización, nos reunimos con la junta directiva y decidimos tomar la decisión. Collins tenía una función dual como Gerente General y Gerente Deportivo y eso crea un conflicto de intereses”

Wilmer Ruperti, dueño de Tiburones de La Guaira
La entrevista de Ruperti

Al día siguiente, Collins, a través de un comunicado decidió renunciar.

He advertido insistentemente a la alta gerencia sobre lo aventurado de someter las decisiones deportivas a asesores ajenos a la disciplina de beisbol y, en ese sentido, arriesgar acuerdos contractuales de peloteros bajo la órbita de la Major League Baseball. La última reunión sostenida con la directiva fue, tal como dice el Sr. Ruperti, en octubre para aclarar los roles de su grupo de trabajo y condicione mi continuidad en el equipo a que cesara el persistente cuestionamiento a nuestro proyecto por parte de ese grupo asesor, y que ayer sorpresivamente han sido designados por el propio dueño para «complementar» mi trabajo. Lo anterior ya evidencia un quiebre armónico en la relación laboral y propicia que no podamos avanzar en mejores términos. En ese orden de ideas, formalizo por esta vía mi irrevocable renuncia a la organización”, reza parte de la carta hecha pública por el otrora directivo.

«Believe I

Más allá del desencuentro, en sólo un año César Collins había logrado hacerse un espacio importante en la afición, con la que mantenía un vínculo comunicacional importante a través de las redes sociales y a la que les dio nuevamente un equipo competitivo, después de años de decepción.

Siento que le dimos al equipo una filosofía ganadora. Esa frase: ‘Believe it’, que acuñamos dentro del equipo tiene mucho de eso, de que la afición creyera en nosotros y sobre todo de que los peloteros creyeran en las cosas que podían lograr”, dijo Collins vía telefónica. “Tuvimos mucho diálogo con los jugadores y aunque ya no estoy ahí, los resultados del proyecto hablan por sí mismos, el equipo está en su segunda final consecutiva, más allá de lo que pueda pasar en una serie corta, agregó.

“Siento que le dimos al equipo una filosofía ganadora. Esa frase: ‘Believe it’, que acuñamos dentro del equipo tiene mucho de eso, de que la afición creyera en nosotros y sobre todo de que los peloteros creyeran en las cosas que podían lograr”

César Collins, ex Gerente General

El poder del consenso

El nombre de Alberto Díaz no es para nada ajeno al deporte. Tiene experiencia en la gerencia de equipos profesionales de baloncesto, incluso a nivel internacional, además de tener una academia de beisbol.

El actual Gerente General guairista, admite que tuvo que lidiar con opiniones adversas, ante su nombramiento, pero que logró mantener el buen ambiente dentro del clubhouse, aplicando lo que considera una filosofía organizacional, el consenso.

“Al principio se decían muchas cosas malas de mí. Me llegaron a maldecir, a atacarme a mí y a mi familia. Sin embargo demostramos que podíamos cómo organización llevar bien el proyecto y acallar esas voces con trabajo. Nuestra filosofía como organización es el consenso, habemos 13 personas tomando las decisiones. El hecho de tener un buen departamento de scouteo y estar rodeado de gente que está vinculada al deporte, ayuda a que ese consenso se produzca más fácilmente”, subrayó el ejecutivo litoralense.

“Al principio se decían muchas cosas malas de mí. Me llegaron a maldecir, a atacarme a mí y a mi familia. Sin embargo demostramos que podíamos cómo organización llevar bien el proyecto y acallar esas voces con trabajo»

Alberto Díaz, Gerente General de Tiburones de La Guaira

La llegada de Alberto Díaz y consecuente renuncia de Collins, trajo a Luis Sojo como Gerente Deportivo y de ahí una serie de cambios. Se mantenía como asesor, el Scout de los Padres de San Diego, Luis Prieto y se trajo de regreso a un viejo conocido, el Jefe de Scouteo para Venezuela de los Cerveceros de Milwaukee, Fernando Veracierto, además de Cristian Casanova, también de los lupulosos y Alfonso Mora de los Cachorros de Chicago.

Funcionó la llegada de Luis Sojo

Al principio, al equipo no le salieron las cosas como lo esperaban. Si bien la ofensiva mejoró con las llegadas de Acuña y Maikel García, el equipo estaba al 2 de diciembre con marca de 16 y 19 y efectividad de 5.49, la tercera peor del circuito, fue entonces cuando se decidió cortar la relación con el entonces Manager, Edgardo Alfonzo. Ya antes se habían ido el coach de banca, Miguel Pérez y los de pitcheo y bullpen, Dernier Orozco y Felipe Lira, respectivamente.

“Alfonzo fue una figura conciliadora, Miguel Pérez es uno de los técnicos mejor preparados en el sistema de ligas menores y con mayor proyección. Orozco es uno de los mejores coaches de pitcheo venezolanos en Estados Unidos y Lira un emblema del equipo. Simplemente las cosas no se dieron en ese momento”, dijo una fuente vinculada al equipo que prefirió el anonimato. “Siempre se supo que este equipo iba a batear. Lo que no estaba en los planes es que piezas fundamentales de nuestra rotación como Junior Guerra (lesión) y Eliecer Hernández, al igual que algunos importados, a excepción de Leonardo Reginatto, no cumplieran con las expectativas”, agregó.

Díaz y Sojo se apoyaron en figuras de jerarquía para mantener el ánimo en el clubhouse, como Carlos Zambrano (pitcheo) y el propio Ozzie, quien debutó el 7 de diciembre.

“Nosotros ya habíamos ejecutado algunos de los cambios que necesitábamos y requeríamos que el equipo diera resultados, fue en ese momento cuando llamamos a la puerta de Ozzie Guillén para que tomara las riendas del equipo”, indicó Alberto Díaz.

Guillén, quien disputará su primera final en Venezuela, dejó récord de 12-5 en la ronda regular y llegó a la instancia final con marca de 12-4.

La fanaticada de los Tiburones espera con ansias un nuevo título

Cambios para el presente y un plan futuro

A nivel de movimientos, los escualos, intercambiaron hasta diez jugadores con Tigres de Aragua, Águilas del Zulia y Leones del Caracas, muchos de ellos formaban parte del futuro del equipo, por peloteros que pueden ayudar en el presente como Ángel Padrón y Jesús Pirela. La premisa estaba clara, el campeonato es hoy.

“Hermano, son 37 años sin ganar”, exclamó Díaz. “Para obtener buenos jugadores, tienes que entregar buenas piezas también. Nosotros sabemos que tenemos en nuestras granjas peloteros que pueden suplir a quienes se fueron, porque tenemos un departamento de scouteo y de desarrollo que está asesorándonos. En Tiburones ninguna decisión es arbitraria, aquí estamos involucrados todos, el dueño, la gerencia, los scouts y los jugadores”, enfatizó.

“Hermano, son 37 años sin ganar. Para obtener buenos jugadores, tienes que entregar buenas piezas también»

Alberto Díaz, Gerente General de Tiburones de La Guaira

Fernando Veracierto, secunda esta opinión. “Nos sentimos tranquilos de cara al futuro porque tenemos un grupo talentoso de jóvenes que vienen subiendo y eso nos dio flexibilidad para sumar piezas que nos ayudaran en el inmediato”, dijo el cazatalentos venezolano.

A esas figuras emergentes también aludióLuis Prieto, quien mencionó algunos nombres para los venideros años. “Esperamos el año que viene contar con Jairo Iriarte, quien va a estar peleando un lugar en la rotación de los Padres de San Diego. Tenemos a Ronny Hernández y a Eduardo Quintero, que sin temor a equivocarme es uno de los mejores prospectos que he visto en mi vida”, señaló Prieto.

El Caballo loco a la carga

La legión extranjera no rindió lo suficiente en una primera avanzada y se sustituyó por forasteros con pergaminos importantes, algunos de ellos fuera del presupuesto de muchos equipos en el Caribe como los cubanos Ariel Miranda y sobre todo Yasiel Puig. El otrora astro de los Dodgers de Los Angeles, apuntaló la ofensiva al despachar 10 jonrones y un porcentaje de embasado más slugging de 1.364 en 26 encuentros. De hecho, Puig impuso un récord para importados escualos de más jonrones en un round robin (4).

“Ozzie nos deja ser. Nos da un poco de inspiración cada día. Cuando no bateamos, nos dice que somos unos muertos, y a mí me encanta», dijo Puig a Carlos Valmore Rodríguez para IVC Networks. “Por eso, cada vez que doy jonrón, se lo dedico a él con un besito. Espero que me siga diciendo que no bateo, para seguir produciendo», añadió el cubano.

“Ozzie nos deja ser. Nos da un poco de inspiración cada día. Cuando no bateamos, nos dice que somos unos muertos, y a mí me encanta»

Yasiel Puig, toletero de los Tiburones de La Guaira

“Creemos que la llegada de Yasiel Puig fue un punto de inflexión para nosotros. Estábamos buscando un slugger que guiara a la ofensiva y conseguimos ese pelotero en Puig. Para nadie es un secreto que la primera parte de la importación no rindió lo esperado, logramos identificar los problemas que tenía el equipo y trajimos unos jugadores que gracias a Dios rindieron, como Jojanse Torres, que yo digo que fue un regalo de Dios para nosotros y Ariel Miranda que nos dio varias salidas buenas cuando estábamos en plena pelea”, subrayó Diaz.

Para el Round Robin, la maquinaria había engranado y la llegada vía refuerzo de un catcher con caponas de Grandeliga como Luis Torrens hizo que el equipo avanzara a la final de forma contundente con doce victorias y una ventaja olgada sobre sus otros cuatro rivales.

A partir de este martes, cuatro lauros nada más separan a los Tiburones de la historia.

“Estamos nada más a cuatro triunfos. Tremendo roster que puso César Collins al principio y Luis Sojo después. Estamos a cuatro de hacer historia”, dijo Ehire Adrianza, único que ha vivido las tres finales de Tiburones en los últimos 37 años, a través de una entrevista televisiva.

Aunque en una serie corta, cualquiera puede ganar, de la continuidad que se dé al proyecto que hoy dirige la actual gerencia, dependerá que haya valido la pena el viaje turbulento de la 2023-2024.

Por César Márquez (@CesarAMarquez), periodista deportivo.

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