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El mundo lucha contra coronavirus a distintas velocidades

El panorama mundial sobre el estatus de la lucha contra el nuevo coronavirus y Covid-19 muestras las diferentes fases de la pandemia y de sus efectos económicos. En Europa algunos países controlan la crisis sanitaria, y ensayan el desconfinamiento gradual. Pero en América todavía se teme lo peor en naciones como Brasil y en algunas partes de EE.UU.

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El desconfinamiento de la población, encerrada en casa para evitar la propagación del nuevo coronavirus, continúa a distintas velocidades en el mundo pero podría acelerarse si un antiviral experimental, el remdesivir, autorizado por Estados Unidos, cumple sus promesas.

Pese a un elevado saldo diario de muertos, los estados de Estados Unidos toman medidas para el levantamiento de las restricciones. Y la Agencia Estadounidense de Medicamentos (FDA) ha aprobado urgentemente un antiviral experimental, el remdesivir, que dice que facilita una recuperación más rápida de los enfermos de Covid-19.

El propio presidente Donald Trump anunció el lanzamiento del uso del medicamento, en una señal de la confianza de las autoridades en este avance terapéutico. Permitirá que los hospitales estadounidenses puedan administrarlo a los enfermos graves.

En Europa se desacelera

Varios países de Europa occidental, como España, Italia o Francia, por el contrario, ven como la propagación de la enfermedad se desacelera. Pero el deseo de evitar una nueva ola de contagios hace que los gobiernos opten por desconfinamientos escalonados.

En España, que impuso un confinamiento muy estricto el 14 de mayo, este fin de semana se permite practicar deporte de forma individual. El pasado le tocó a los niños salir a pasear por primera vez.

Se hará por franjas horarias para evitar aglomeraciones y mantener a distancia a los niños de los ancianos, que no podrán salir al mismo tiempo.

En el Reino Unido, el segundo país más afectado de Europa después de Italia con 27.510 muertes, también se ha alcanzado el pico de la pandemia, según el primer ministro Boris Johnson, quien prometió un plan de desconfinamiento para la próxima semana.

¿Tomará velocidad en Brasil?

En Brasil, cuyo presidente Jair Bolsonaro defiende la recuperación de la actividad económica a toda costa, lo peor puede estar por venir.

Y sigue la controversia por una respuesta del presidente de extrema derecha. A una pregunta el martes sobre el aumento de muertos (más de 5.000), Bolsonaro contestó: «¿Y qué? Lo lamento. ¿Qué quieren, que haga qué?» Desde entonces son más de 5.900.

La pandemia ha causado más de 235.000 muertos en el mundo desde que apareció por primera vez en China en diciembre pasado, según un recuento de la AFP a partir de fuentes oficiales el viernes a las 19H00 GMT.

Estados Unidos, el país más afectado, con casi 65.000 muertes, ha registrado más de 30 millones de solicitudes de prestaciones de desempleo desde mediados de marzo, un récord histórico.

Para reactivar la economía, más de 35 de los 50 estados del país han comenzado a levantar -o están a punto de hacerlo- las medidas de confinamiento.

 Reaperturas en Texas

Texas, que el jueves registró la cifra más alta de muertes (más de 50 en un día sobre 800), reabrió el viernes tiendas, restaurantes y bibliotecas, siempre que operen a 25% de su capacidad.

Sentado en un restaurante de Houston, donde los camareros usan máscaras y guantes, Jack Sweed se siente «feliz de poder apoyar a los comercios locales». Cree que las medidas «han funcionado».

Y eso que Estados Unidos sigue con un promedio de unos 2.000 muertos por día (1.883 el viernes), una meseta en la que lleva atascado desde mediados de abril.

Para exigir el cese del confinamiento en su estado, miles de personas se manifestaron en California.

«¡Abran California!», gritaban cerca de las playas de Huntington Beach, cerradas por orden del gobernador Gavin Newsom después de la afluencia del fin de semana. «Todos los empleos son esenciales» o «la libertad es esencial», se leía en las pancartas.

También hubo manifestaciones en Los Angeles, Nueva York y Chicago.

En Nueva York, varios miles de inquilinos, que temen perder sus casas tras quedarse sin empleo y libran una «huelga de los alquileres», se echaron a la calle.

Unos 12.000 inquilinos, que representan a unos 100 edificios de Nueva York, participaron en la iniciativa, según la organización Housing Justice for All. Un movimiento sin precedentes desde la crisis económica de los años 30. Hay acciones similares previstas en otras ciudades del país.

Una catástrofe para el empleo

En todo el mundo se espera que el costo de las medidas de lucha contra la pandemia de Covid-19, provocada por el nuevo coronavirus, sea catastrófico para sectores como el turismo o la aviación, pero también para las poblaciones más vulnerables.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hasta 1.600 millones de personas corren el riesgo de perder sus medios de subsistencia como consecuencia de esta crisis.

Acusada por Washington de ser complaciente con China al comienzo de la crisis, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a Pekín que se asocie a las investigaciones sobre el origen de la pandemia. Se trata de entender -dice- cuál ha sido el «huésped natural» de este virus y su «transmisión de animal a humano».

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