Francisco Martínez negó la existencia de la «guerra económica» a la cual el presidente Nicolás Maduro achaca la crisis junto al impacto por la baja de los precios del petróleo.
El presidente de Fedecámaras, Francisco Martínez, dijo este domingo que está a la espera de que el gobierno del presidente Nicolás Maduro dicte medidas económicas adicionales a las fiscales ya anunciadas para aumentar sus ingresos.
«Lo anunciado hasta ahora es solo en el ámbito fiscal, pero ahora faltan las medidas que vayan al abordaje de la producción de bienes y servicios, a promover la producción nacional y otras de corte macroeconómico para el control de la inflación», dijo Martínez al canal Globovisión de la red privada de televisión.
Maduro incrementó la semana pasada, entre otras medidas fiscales, el precio nacional de la gasolina y la tasa de las divisas, en el marco de un control estatal de cambio que Fedecámaras pide anular.
Para compensar el impacto de sus medidas, Maduro subió el salario mínimo un 20%, que supera el 50% con un bono alimenticio.
Sobre esta alza, el presidente de la patronal dijo que Maduro debe aún anunciar un plan de ataque a la inflación, porque de lo contrario el incremento salarial no será más que un paliativo que no irá «más allá de dos o tres meses» de desahogo para los asalariados.
«El alza la va a pulverizar la inflación» sin un plan que detenga el acelerado repunte de los precios y las tarifas, advirtió.
Un día después de que Maduro anunciara las medidas fiscales, su Gobierno reveló el 18 de febrero que la inflación de 2015 fue de 180,9 % y que la economía sufrió una contracción anual de 5,7%.
Hasta ahora Maduro actuó, insistió el jefe de Fedecámaras, exclusivamente en busca de «cubrir el déficit fiscal que es bastante elevado».
«El consolidado del déficit está por encima del 20% del PIB. Eso quiere decir que hay una urgencia y el Gobierno tiene la responsabilidad de atacar ese problema de forma urgente, inmediata y sobre todo eficiente», subrayó.
Ahora se deben dictar medidas que comiencen por «orientar el presupuesto nacional más a la inversión que al gasto público» y otras que, en definitiva, dijo, reemplacen «este modelo que está completamente agotado».
El socialismo del siglo XXI que Maduro dice promover en realidad, según el dirigente patronal, «está anclado en el pasado» y se expresa en «un dogmatismo que no aborda la realidad del país».
Este modelo «ha ocasionado este resultado de alta tasa de inflación, el secuestro del poder adquisitivo y de la rentabilidad de las empresas, el desabastecimiento progresivo», insistió.
Martínez negó la existencia de la «guerra económica» a la cual Maduro achaca la crisis junto al impacto por la baja de los precios del petróleo, la principal fuente de divisas el país.
Ese tipo de retórica, sostuvo, «no genera valor agregado y además es absolutamente falsa, porque aquí no hay ninguna guerra económica» planificada y ejecutada para dar al traste con el gobierno.
Maduro debe convocar a un «gran diálogo social que no es más que el tripartito» (autoridades, trabajadores y empresarios), pero debe ser «un diálogo que arroje acuerdos, compromisos, resultados», dijo.
Entre estos, recomendó, debe constar un régimen cambiario que sea «transparente, confiable y sobre todo con fluidez para que repercuta en la producción» nacional y permita la libre oferta y demanda.
Asimismo, poner fin a la fijación por el Estado de precios de venta de productos por debajo de sus costos de producción.
Esto se hace actualmente en acatamiento a la Ley de Precios Justos, dijo Martínez y la tildó de «sumamente perversa al haber secuestrado la rentabilidad de las empresas y asesinar la capacidad emprendedora del venezolano», además de no lograr su objetivo de «proteger los intereses de los consumidores».