Economía

Monómeros, filial Pdvsa, busca levantarse tras fin de las sanciones de EEUU

Monómeros, la filial colombiana de Pequiven dedicada al negocio de fertilizantes, se propone acelerar su recuperación en los próximos meses, tras los daños colaterales de las sanciones aplicadas por el Departamento del Tesoro de EEUU contra su casa matriz Petróleos de Venezuela (Pdvsa), señaló el presidente de su junta directiva, Jon Bilbao, en entrevista.

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Monómeros vuelve a ser una empresa con libertad completa para establecer relaciones comerciales con proveedores de materias primas, sin limitaciones, y con los bancos colombianos , señaló Bilbao en entrevista telefónica con El Estímulo.

“Podemos tener unas relaciones tanto comerciales como financieras completamente normales y eso va a hacer que podamos optar por el objetivo de tener una parte más grande del mercado colombiano”, dijo.

Actualmente tienen el 45 por ciento del mercado y se proponen alcanzar el 60 por ciento el año que viene.

Recientemente la firma colombiana fue autorizada a mantener operaciones con empresas de Estados Unidos e internacionales, en el marco de las licencias contempladas dentro de las sanciones aplicadas por el Tesoro de Estados Unidos al régimen de Nicolás Maduro por sus atentados contra la democracia y los derechos humanos.

“Eso va a redundar en estados financieros saludables, flujo de caja y obtención de dividendos, que es lo que quiere toda empresa”, señaló Bilbao a El Estímulo.

Hasta ahora el flujo de dinero es negativo. En 2018 cerraron con unos 20 millones de dólares en pérdidas y en lo que va de este año oscilan entre cuatro y seis millones de dólares. “Vamos a tratar en lo posible de recuperarnos para completar el año en números positivos”, dijo.

También se proponen podrán subir al 100 por ciento sus cargas de procesamiento en las plantas, y vender al máximo de sus fertilizantes en el mercado colombiano.

“Eso le dará confianza a nuestros clientes para acuerdos de corto y mediano plano y aumentará las posibilidades de aumentar la presencia de nuestros productos en el mercado colombiano”, dijo.

Hace ya dos años el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, a través de la Oficina de Control de Activos Financieros (OFAC), “emitió las sanciones contra el regimen ilegítimo de Venezuela y sus empresas estatales, entre ellas Pequiven, que a la vez es dueña del 100 por ciento de Monómeros”, señaló. Eso se tradujo en muchas restricciones en la compra de materias primas porque los suplidores solo podían dar plazos máximos de financiamiento de 30 días para el pago de facturas comerciales, cuando en situaciones normales esos plazos son de 90 y 120 días.

También se restringía el acceso a divisas para el pago de materias primas mientras los bancos colombianos e internacionales cortaron completamente las líneas de crédito por miedo a que los fueran a sancionar, recuenta Bilbao.

“Monómeros estaba en una situación financiera muy apretada, teníamos que usar terceros para comprar materias primas, mecanismos de tercerizacion que nos costaban mucho dinero y nos impedían comprar el volumen de materia prima que necesitábamos para tener las platas al 100 por ciento de capacidad”, explica.

Esta nueva junta asumió sus funciones en abril pasado, como uno de los logros tempranos de Juan Guiadó, el jefe del parlamento que es reconocido por más de 50 países, incluido Colombia, como presidente interino de Venezuela hasta que haya elecciones libres.

“Cuando llegamos en abril la empresa estaba al 50 por ciento de sus capacidad”, dice Bilbao, al explicar que luego de muchas negociaciones se logró que se levantaran las sanciones que limitaban su funcionamiento.

Monomeros, con sede en Barranquilla, cuenta con 600 empleados fijos directos y unos 900 indirectos. Su volumen de producción es de entre 1,2 y 1,4 millones de toneladas por año de fertilizantes y productos agroindustriales.

Con una facturación anual de entre 400 y 500 millones de dólares es una de las empresas más grandes de Colombia en su ramo.

“A raíz del levantamiento de las sanciones se nos han empezado a cercar bancos para ofrecernos líneas de crédito que nos habían quitado. Esta es una empresa muy importante en Barranquilla y Colombia, con una buena reputación, que había tenido problemas por factores externos”, señala Bilbao.

Su mercado prioritario es el colombiano y el que mejor paga, aunque cualquier excedente podrían exportarlo a los mercados del Caribe y Centro América.

“Con esta decisión de la emisión de la licencia se le permite a todos los suplidores, clientes y a la banca mantener relaciones completamente normales. Se nos abren todas las puertas y caminos para llegar a donde queramos”, dijo.

“Esta es una empresa colombiana con capital venezolano. Tenemos también que pensar que el día de mañana tengamos que dar ayuda a Venezuela en el suministro de fertilizantes, sabemos que la industria petroquímica en Venezuela está como todo el país, destruida”.

El Complejo Petroquímico de Morón, en el estado Carabobo, y las plantas de amoníaco y úrea están paralizadas y no se sabe el estado de las plantas de Fertinitro, otra filial de Pequiven que suministraba compuestos a Monómeros y que tiene un tren de producción completamente parado.

“Levantar esas plantas de Morón va a tomar tiempo y muchos recursos de dinero. Tenemos que pensar que una vez que suplamos el mercado colombiano cualquier excedente de exportaciones lo enviaremos a Venezuela.

“Una vez que cese la usurpación tenemos que caerle con todos los hierros al levantamiento de esas plantas. Podrían estar en mal estado, pero invirtiendo se puede recuperar en un tiempo relativamente corto”, dijo.

Sobre el complejo petroquímico de Pequiven en El Tablazo, estado Zulia, señala que ésta trabaja muy por debajo de su capacidad instalada desde hace tiempo. «Su fuente de insumos más importante, el gas natural, está disponible. Los recursos financieros para reflotarla los habrá con un cambio de gobierno “una vez que cese la usurpación”, dijo sobre el buscado fin del régimen de Maduro.

Productores del campo, grandes y pequeños, advierten de la grave escasez de insumos como fertilizantes, agroquímicos, semillas y maquinarias, mientras Venezuela sufre una severa escasez de comida y una hiperinflación que solo que lo va de año acumula un 905% y una tasa anualizada de 815.194% según los cálculos a partir de estudios de técnicos de la Asamblea Nacional venezolana.

Los precios de la comida suben mucho más rápido y más alto que los del índice general de precios.

Los principales insumos que usa Monómeros son úrea que antes llegaba de Fertinitro (y ahora se importa de Estados Unidos y Trinidad) y roca fosfórica

Bilbao coincide en calificar la situación de Venezuela como “una tragedia completa.

“Pero la gente preparada para levantar ese país la vamos a a ver, por lo menos en Pdvsa a todos los de nivel que he contactado, todos me han dicho están dispuestos a regresar al país para recuperarlo, estén donde estén. Eso es lo más importante. Los recursos financieros los vamos a tener, nos van a llegar recursos financieros de todas partes del mundo cuando cese la usurpación. Lo más importante es el recurso humano y también lo vamos a tener».

Bilbao forma parte del contingente de unos 18.000 profesionales expertos de Pdvsa que fueron despedidos de forma sumaria por Hugo Chávez en el año 2002.

Esa pérdida masiva de capital humano que costó cientos de millones de dólares en formación y tiempo es una de las causas de la quiebra y colapso actual que sufre Pdvsa.

La que solía ser la cuarta petrolera integrada más grande del mundo, y corazón y motor de la economía venezolana está quebrada –desde mucho antes de las sanciones de EEUU que le impiden-, hoy debe endeudarse por más de 30 días y adquirir materias primas en los mercados globales.

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