Los mercados dan por seguro que el BCE va a penalizar más los depósitos bancarios y también prevén un aumento del volumen mensual de compra de deuda.
No obstante, el tamaño y la forma de los nuevos estímulos que vaya a aplicar el BCE dependerán de las nuevas proyecciones de crecimiento e inflación, que incluirán los pronósticos para 2018 por primera vez y serán revisadas a la baja previsiblemente.
El BCE ha sido muy prudente en las últimas seis semanas en su comunicación de la reunión de mañana para evitar lo que ocurrió en diciembre del año pasado, cuando su presidente, Mario Draghi, creó demasiadas expectativas en los mercados que luego no se cumplieron.
La tasa de interés de depósito del BCE es ahora del -0,30%: los expertos del banco italiano UniCredit prevén un recorte de 10 puntos básicos y los de Commerzbank de 20 puntos básicos.
Asimismo es posible que el BCE aplique una tasa de interés negativa a los depósitos de forma escalonada, a partir de determinadas cantidades, lo que mitigará el coste de aparcar exceso de liquidez en el BCE.
El BCE compra desde hace un año grandes cantidades de deuda pública y privada de la zona del euro con el fin de evitar una deflación.
Pero la inflación de los países que comparten el euro se encuentra de nuevo en terreno negativo, en -0,2% en febrero.
El BCE quiere comprar deuda pública y privada por valor de 60.000 millones de euros mensuales hasta marzo de 2017, en total casi 1,5 billones de euros.
UniCredit también prevé un aumento del volumen mensual de adquisiciones hasta 75.000 millones de euros y que el BCE prolongue las compras entre tres y seis meses.
Hasta ahora el BCE ha comprado deuda por valor de 723.000 millones de euros, de ellos 73% son bonos soberanos, 10% deuda emitida por instituciones supranacionales, 15% bonos garantizados y 2% bonos de titulización de activos.
La cantidad media mensual adquirida de bonos soberanos es de casi 45.000 millones de euros, de deuda supranacional de 6.000 millones, de bonos garantizados (cédulas) de 8.900 millones de euros y de bonos de titulización de 1.300 millones de euros.
Estas grandes compras de deuda han reducido la rentabilidad de la deuda de muchos países o, incluso, la han llevado al terreno negativo.
El 78 % de la deuda alemana, títulos por valor de 875.000 millones de euros, tiene una rentabilidad negativa.
En el caso de la deuda francesa es 65%, unos 1.016 millones de euros, y en el caso de la deuda española, 25%, 209.000 millones de euros.
Cada banco central nacional compra deuda soberana sólo de su propio país en la misma proporción a su participación en el capital del BCE, por ejemplo, la del Bundesbank es de 25,7%, la del Banco de Francia de 20,3%, la de la Banca d’Italia de 17,6% y la del Banco de España de 12,6%.
El vencimiento medio de los bonos públicos adquiridos en este primer año es de ocho años.
La cantidad de deuda española adquirida hasta ahora asciende a 69.000 millones de euros, con un vencimiento medio de 9,8 años.
El BCE compra bonos soberanos a los grandes bancos con un vencimiento de entre 2 y 30 años, con grado de inversión, y con una rentabilidad negativa máxima de -0,30%, porcentaje al que se sitúa actualmente su tasa de interés de depósito.
El economista jefe de ING-Diba, Carsten Brzeski, calcula que las empresas de la zona del euro han ahorrado en intereses 400.000 millones de euros entre enero de 2009 y diciembre de 2015, cantidad que representa casi 10% del volumen de crédito existente.
Las empresas italianas son las que más ahorran con la actual política monetaria de tipos de interés muy bajos (86.000 millones de euros), seguidas de las francesas (79.000 millones de euros) y de las alemanas (73.000 millones de euros).
Pero las empresas no invierten, según Brzeski, por la incertidumbre sobre el futuro y porque muchas de ellas están muy endeudadas.