Claudio Rivas, secretario general de la Federación de Trabajadores Bancarios y Afines (Fetrabanca), explicó en el programa En Este País, de la Red Nacional de Radio Fe y Alegría, que el encaje legal es una camisa de fuerza que no permite a la banca recuperarse.
“El encaje legal impuesto por el Banco Central de Venezuela ha traído graves consecuencias a la banca, porque paralizó la intermediación financiera colocando a los bancos en una posición peligrosa. Este sector debe vivir del préstamo por lo que la situación es insostenible, debido a que le coloca una camisa de fuerza, no solo al sector financiero, sino a la economía en general”.
El gremialista explicó que los bancos, ahora mismo, quedaron como simples pagadores de nómina.
“Una muestra de ello es que no hay crédito para recuperar la economía. Los servicios que antes se prestaban como tarjetas de crédito, créditos personales y otros, dejaron de funcionar por el alto encaje legal. Las operaciones de intermediación financiera son difíciles en un entorno hiperinflacionario. Desde que estalló la hiperinflación, el valor real de la cartera de crédito se ha desplomado”, explica.
Agencias, cajeros y trabajadores reducidos
El tamaño de la banca se ha contraído en los últimos años, producto de la crisis tanto económica como migratoria, que ha dejado a las agencias disponibles con un número pequeño de trabajadores.
Claudio Rivas explicó cómo ha sido la reducción de los servicios.
“Para 2016 la banca nacional tenía 75 mil trabajadores en 3.550 agencias. En octubre de 2019 contabilizamos 50.300 empleados en 3.050 agencias y cerramos el 2021 con 41.760 trabajadores en 2.790 agencias. Eso pasa porque el gran empleador, que era el sector financiero, sucumbió ante la desacertada política del Ejecutivo y las medidas restrictivas”.
Ese panorama de reducción ha afectado a los cajeros automáticos, cada día más escasos por la falta de mantenimiento y la limitada oferta de efectivo.
“En diciembre del 2020 teníamos 5.762 cajeros y para final del 2021 la red disminuyó a 2.823 dispositivos. Esto se debe a que no hay mayor efectivo para dar y la poca capacidad de contar con divisas para reponer, reparar y modernizar» los aparatos.
La entrada en vigencia del nuevo cono monetario pudo haber significado mayor oferta de bolívares en efectivo, pero según Rivas, eso no ha sido así.
“La eliminación de 6 ceros al bolívar era una medida necesaria para simplificar las operaciones financieras y los asientos contables de las empresas, pero no se ha traducido en mayor disponibilidad de efectivo. La mayoría de las personas pagan con medios electrónicos por lo que no hemos visto en las taquillas ni en la calle las nuevas piezas del cono monetario”.