Financiero

Carlos Dorado: es peligrosa la existencia de muchas "fintech" que operan hacia Venezuela sin regulación 

En Venezuela, algunas fintech con representación en otros países, ofrecen sus servicios, pero con ciertas limitaciones. Sin embargo, en criterio del vicepresidente de Italcambio, Carlos Dorado, en una economía dolarizada "si no se reglamenta y se supervisa, se convierte en el caldo de cultivo ideal para que surjan compañías fantasmas que pueden crear importantes fraudes".

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Las plataformas electrónicas destinadas a realizar transacciones de envío y recepción de dinero siguen en auge, aun cuando la mayoría están exentas de los beneficios propios de la banca privada como tener una sede física o colaboradores que ofrecen un servicio cara a cara, expresó el vicepresidente de Italcambio, Carlos Dorado.

Se les conoce también como fintech (término compuesto de los vocablos finance y technology), cuya esencia fue acogida por las nuevas empresas que emplean las tecnologías para desarrollar productos financieros y ofrecer un servicio innovador en tiempos de contingencia.

El número de compañías fintech ha aumentado en el mundo tras la crisis financiera de 2008. Son modelos de negocios que reducen los costos y simplifican los procedimientos, pero se manejan dentro de un sistema que se presta en determinados momentos a prácticas inadecuadas, a diferencia de los bancos, que les «es difícil esconderse detrás del anonimato», declaró Carlos Dorado a un portal de noticias de Miami.

La revolución de las finanzas digitales fue tomada como parte de un proceso de inclusión, ante el complejo acceso de millones de personas a los productos y los servicios otorgados por la banca privada que, junto a todas las actividades económicas, enfrentan el gran reto con el uso de las tecnologías de lograr la máxima seguridad de sus sistemas.

«Es alarmante cómo ha crecido el fraude electrónico y tecnológico en los últimos 10 años, con un crecimiento del 35 % interanual», expresó Carlos Dorado, quien aseguró que mientras se incorpora tecnología a una organización, «la misma debe estar acompañada de una gran inversión de ciberseguridad. En caso contrario, se está exponiendo a un gran riesgo a la institución y a los clientes. La inversión que se haga en este campo es determinante y necesaria».

Vías de regulación

En Latinoamérica este mercado ha evolucionado, pero la regulación en algunos países es incipiente. Si bien las fintech son vistas con reticencia, expertos proponen fortalecer su crecimiento.

México se ubica entre las naciones con un importante marco regulatorio, mientras que Colombia y Brasil aún definen sus normativas.

Uruguay en 2019 contaba con más de 60 empresas reguladas según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), con una representación del 25 % de las instituciones financieras en el mercado, un 24 % destinada a préstamos y un 21 % hacia el segmento de pagos y remesas.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aseguró en 2017 que las fintech desafían la industria de los servicios financieros que cada día están más regulados, comentó Carlos Dorado, vicepresidente de Italcambio.

«Eso debería generar confianza entre el público, al saber que su dinero y sus transacciones tienen unas normativas y un regulador que controla su cumplimiento», indicó Carlos Dorado.

¿Dónde pueden funcionar?

Existen diversas áreas operativas para las fintech ya con solvencia:

  • En lo personal permiten la organización financiera a través de una aplicación.
  • Hay plataformas que prestan servicios de asesoramiento en wealth management, a través de la gestión de las finanzas.
  • Da soluciones de pagos locales e internacionales.
  • Opción a préstamos (lending) por medio de una red de financistas particulares, sin intermediarios de los bancos.
  • Financiamiento de proyectos, cuyos inversores recuperan su dinero con los intereses (crowdlending).
  • Uso de las criptomonedas como Bitcoins o el Ethereum, que son alternativas a las monedas tradicionales y al mercado de divisas. Se sustentan en un protocolo P2P.

Es importante la supervisión en Venezuela

En Venezuela, algunas fintech con representación en otros países, ofrecen sus servicios, pero con ciertas limitaciones. Sin embargo, en criterio del vicepresidente de Italcambio, Carlos Dorado, en una economía dolarizada «si no se reglamenta y se supervisa, se convierte en el caldo de cultivo ideal para que surjan compañías fantasmas que pueden crear importantes fraudes».

Está consciente Carlos Dorado que la idea no es suprimir el proceso, «es lograr que sea transparente y confiable», pues todas las plataformas o fintech que «quieran actuar en el mercado, serán bienvenidas, pero adaptándose a las regulaciones».

Carlos Dorado, vice presidente de Italcambio. 

«En estos momentos hay muchas compañías o plataformas ilegales, sin ningún tipo de regulación que usan cuentas bancarias prestadas de personas o compañías en bancos venezolanos, para realizar las operaciones de pago de los bolívares al beneficiario de la remesa. Esto es muy peligroso», sentenció Carlos Dorado.

-Entonces, para hacerle frente a ese tipo de irregularidades, ¿debe la banca privada generar plataformas efectivas similares?

-La banca en general, por el hecho de ser más grande y tener actividades más diversas, es un poco más lenta en el desarrollo e implementación de nuevas tecnologías en los servicios que presta. Sin embargo, es cuestión de tiempo que lleguen, si tienen la voluntad de hacerlo. Pongo el caso de las remesas familiares. Hoy, Italcambio presta un servicio donde el beneficiario recibe su remesa en minutos desde la comodidad de su hogar, y seguimos invirtiendo en tecnología, para ir desarrollando nuevas aplicaciones que le den mayor eficiencia y seguridad a los servicios que prestamos. Pero, el cliente tiene la seguridad de que hay una empresa, en nuestro caso con más de 70 años de servicio y prestigio en el mercado, a la cual puede dirigirse o reclamar en caso de algún problema. Esta confianza que le genera al cliente es la gran diferencia.

En el caso de Italcambio existe una gran ventaja, puntualizó Carlos Dorado, «que no se construye con un software o una plataforma: Más de 70 años en el mercado y un nombre reconocido, no solo en Venezuela, sino en todo el mundo. Pero eso hoy en día no es suficiente, hay que estar adaptándose todos los días, y la tecnología tiene y debe ser nuestra gran obsesión».

Carlos Dorado aseguró que «buscar e implementar lo último en tecnología con la seguridad por delante, debe ser nuestro objetivo. Esto es lo que nos ha permitido sobrevivir por más de 70 años. Hoy estamos usando tecnología de punta, para tratar de tener lo mejor de dos mundos: la tradición y la confianza que da un nombre de tanta trayectoria, con la tecnología que nos permita prestar un servicio rápido y eficiente».

El vicepresidente de Italcambio dejó claro que «siempre estamos abiertos a trabajar con otras instituciones financieras, fintech o plataformas del mundo, pero las mismas deben ser reguladas y supervisadas en sus respectivos países; deben cumplir con las normativas que rigen el sector. En caso contrario, no estamos dispuestos a arriesgar 70 años de intachable trayectoria».

Los nuevos desafíos

La calificadora de riesgo Moody’s concluyó en su momento que las empresas fintech están lejos de desplazar o competir con los grandes bancos y en eso está de acuerdo el vicepresidente de Italcambio, Carlos Dorado, al analizar cómo pueden reinventarse las instituciones financieras.

«Deben tener un fuerte aliado en la parte de sistemas, con experiencia comprobada y conocimientos. Es una inversión que cada día tiene un mayor peso en la estrategia de un banco, pues hace años se contaba con muchas agencias, mucho ladrillo, y eso era una gran fortaleza. Hoy en día, es el que tiene un departamento de sistema robusto, eficiente, vanguardista y con un gran reconocimiento«, reflexionó Carlos Dorado.

Dentro de una realidad cada vez más digitalizada, los usuarios apuestan por gestionar sus finanzas con métodos efectivos y diferentes.

Ante la inquietud del mercado, las fintech han fortalecido sus modelos de negocios en servicios alternos con una propuesta de valor orientada en incrementar la creatividad mediante métodos frescos, flexibles y capaces de comprender al cliente.

Los servicios financieros podrían estar enfrentando en la actualidad uno de sus mayores desafíos o comenzar uno de los caminos más disruptivos que jamás se imaginaron.

Se les ha visto defenderse de sistemas ineficaces, marcos regulatorios robustos y un liderazgo pugnado por la estabilidad entre la rentabilidad a corto plazo y la viabilidad en el largo plazo.

Pero hoy, las discusiones de los altos ejecutivos están centradas en ofrecer óptimas soluciones a los clientes y no centradas en los productos.

(Contenido patrocinado)

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