Junio arrancó con precios disparados en los diferentes rubros de la cesta básica. Un recorrido realizado por El Estímulo el sábado 3 por el mercado municipal de Quinta Crespo, da cuenta del costo que representa para el venezolano -con ingresos reales menguados- la compra de los productos de higiene y alimenticios más esenciales para una familia.
Carmen Guillén, es una abogada jubilada de la administración pública y vecina de la parroquia La Pastora, en Caracas. Este fin de semana acudió al mercado de Quinta Crespo a realizar algunas compras. Le pidió al dependiente le despechara una pasta de dientes, un paquete de toallas sanitarias, un paquete de papel higiénico de 4 rollos, un jabón de baño, un envase de champú pequeño, una bolsa pequeña de detergente en polvo y un desodorante, productos que sumaron Bs 63.828, el equivalente a casi un salario mínimo mensual de Bs 65.021.
“Me puse la mano en el corazón y dije, usted debió sumar mal, le dije que no podía ser posible que me cobrara esa cantidad por esos pocos productos, pero luego me dio la siguiente cuenta: pasta de dientes Colgate Bs 18.928, toallas sanitarias Bs 5.900, papel higiénico Bs 10.000, jabón de baño Bs 3.000, champú Bs 7.000; detergente para la ropa Bs 7.000 y desodorante Bs 12.000: total Bs 63.828. Por supuesto no pude pagar ese monto, sorprendida y molesta, dejé los productos sobre el mostrador”, dijo Guillén.
El asombro de la señora se repetía en la cara de todas las personas que preguntaban por el precio de la pasta dental y el papel higiénico, productos desaparecidos de los estantes de mercados y supermercados.
La crema marca Colgate que se consigue en Quinta Crespo es importada de Brasil. En Venezuela, la planta de Colgate-Palmolive mantiene la producción paralizada desde marzo por falta de materia prima, lo que hace que encontrarla sea aún más difícil.
Pero no solo los productos de aseo personal y limpieza del hogar subieron de precios. En las instalaciones del mercado de Quinta Crespo también se observaron aumentos en el kilo del pollo, que pasó de Bs 8.500 a Bs 10.000, mientras que el de carne y dependiendo del corte, se consigue entre Bs 15.000 y 18.000.
“Es común ver como el kilo de azúcar lo venden entre los Bs 5.000 y Bs 7.000; el de arroz entre Bs 5.000 y 8.000; la harina de trigo en Bs 9.000 y un litro de aceite en Bs 10.000. La leche en polvo completa solo la tienen los revendedores, quienes la venden en Bs 22.000 el kilo. Es imposible que un trabajador que gane salario mínimo incluyendo el bono alimentario, pueda hacer un buen mercado, aquí lo que viene es más hambre”, señaló Agustín Fernández, quien labora como vigilante en un estacionamiento.
En el supermercado Unicasa, ubicado en San Martín, en la popular parroquia de San Juan, al suroeste de Caracas, los consumidores siguen haciendo enormes colas desde la madrugada a la espera de productos con precios regulados, los cuales cada vez se ven menos.
«La gente sigue esperando la llegada de los camiones sin saber qué puede llegar. La semana pasada vendieron solo pasta y arroz. No todos los días viene el camión, esto es una tortura”, señaló Rosibel Guédez, ama de casa, madre de dos niños y con seis meses de embarazo.
Venezuela está inmersa en la peor crisis económica de su historia con niveles de escasez de bienes básicos considerables y un alza desmedida de precios que coloca al país en medio de un proceso hiperinflacionario.
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En el mercado de Quinta Crespo, algunos comerciantes dedicados a la venta de pollo decidieron colocar carteles con el precio del día y el precio aumentado del día siguiente, pues aseguran que los incrementos de esta proteína animal sube cada 24 horas. El salario mínimo del venezolano, de apenas Bs. 40.000 mensuales, no alcanza para comprar ni siquiera un pollo entero.
Como era de esperarse, después del aumento del salario mínimo de 103% anunciado la semana pasada por el presidente Nicolás Maduro, los precios de los artículos de primera necesidad, se dispararon, situación que vino acompañada por las quejas de los consumidores.
Durante los primeros 15 días del mes de junio de 2018, los consumidores -especialmente las amas de casa- han observado un importante incremento en el valor de los distintos rubros que componen los alimentos de la canasta básica, así como en los productos de limpieza y de aseo personal.
