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¿Cómo afecta a tu economía que en China no quieran tener más hijos?

Que una mujer en China no desee casarse para tener hijos, o que un pareja con un hijo decida no ampliar más la familia se puede convertir en un problema de escala mundial. El efecto mariposa de la desaceleración demográfica del gigante asiática se empezará a sentir en los próximos años

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Desde hace años se viene gestando una tormenta perfecta que puede arropar a todo el planeta. No se trata del calentamiento global (aunque esa amenaza sigue presente) ni de una próxima guerra mundial (que tampoco se descarta). Se trata de la decisión consciente de los ciudadanos chinos de no querer tener hijos. Los últimos datos así lo demuestran.

La población de China se contrajo en 2023 por segundo año consecutivo. Los datos oficiales publicados por el gigante asiático muestran una aceleración de la crisis demográfica en este país que vivió seis décadas de fuerte crecimiento.

El coste de la educación, el distanciamiento de los jóvenes hacia el matrimonio o la integración educativa y laboral de la mujer hicieron decaer la tasa de natalidad en China, cuya población se contrajo en 2022 por primera vez desde 1960.

China hijos

Aunque la decisión de los jóvenes chinos de no tener hijos o aplazar los planes de crear una familia, para priorizar sus carreras profesionales o no asumir el costo que implica la crianza, puede parecer para muchos correcta si se evalúa de forma individual- Sin embargo, la suma de estas decisiones puede traer muchos problemas para la economía no solo del país, sino del mundo.

Una decisión que afecta al mundo

Durante años, la enorme población china en edad laboral impulsó el motor económico mundial, suministrando los trabajadores de las fábricas cuya mano de obra barata producía bienes que se exportaban a todo el mundo.

A largo plazo, una escasez de trabajadores de fábrica en China, impulsada por una fuerza laboral mejor educada y una población de jóvenes cada vez menor, podría aumentar los costos para los consumidores fuera de China, lo que a su vez podría exacerbar la inflación en los que dependen en gran medida de productos chinos importados, es decir, en gran parte del mundo occidental.

Además, una población cada vez más reducida también podría provocar una disminución en el gasto de los consumidores chinos, lo que amenazaría a las marcas globales que dependen de las ventas de productos a China, desde los teléfonos inteligentes de Apple hasta los zapatos deportivos Nike.

… y a las materias primas

China es uno de los principales consumidores de materias primas. Latinoamérica ve en China a un gran cliente que se abastece de las materias primas que se producen en la región para cubrir las necesidades de su abundante población. En este caso las cuetas matemáticas son simples. Con menor crecimiento actual de la población, en algunas décadas la demanda caerá irremediablemente ya que el volumen poblacional no podrá ser sustituido por la nueva generación.

En el caso venezolano, China se han convertido no solo en un aliado estratégico en el mercado petrolero sino también en uno de los mayores clientes de Pdvsa. La caída de la demanda energética que supondría le reducción de la población China implicaría una caída también en los precios del petróleo.

¿Qué tan grave es la desaceleración demográfica en China?

Superada en el último año por India como país más poblado del mundo, China ha pasado de aplicar estrictas políticas de control de la natalidad a intentar impulsarla sin demasiado éxito con subsidios y propaganda profertilidad.

«A finales de 2023, la población nacional era de 1.409,67 millones (…), una reducción de 2,08 millones sobre la de finales de 2022″, dijo la Oficina Nacional de Estadística.

El declive es más del doble del registrado en 2022, cuando la población china se contrajo en 850.000 personas, en la primera cifra a la baja desde 1960.

«En 2023, el número de nacimiento fue de 9,02 millones, con una tasa de natalidad de 6,39 por cada mil habitantes«, explicó el órgano estadístico.

Si en los años 1960 el número medio de hijos por mujer era superior a 7, en 2022 cayó a un inquietante 1,05, señala el demógrafo independiente He Yafu.

Una crisis creada

China impuso la política de hijo único a finales de la década de 1970, con el argumento de que era necesario evitar que el crecimiento de la población alcanzara niveles insostenibles. El gobierno impuso multas onerosas a la mayoría de las parejas que tenían más de un hijo y obligó a cientos de millones de mujeres chinas a abortar.

Muchas familias favorecieron a los niños sobre las niñas, a menudo abortando a las niñas o abandonándolas al nacer, lo que generó un gran excedente de hombres solteros en la población china. Esto genera también una disparidad el número de hombres y mujeres en edades fértiles.

China anunció la flexibilización de las restricciones sobre el tamaño de la familia en 2013, pero según muchos expertos en demografía, el cambio sucedió demasiado tarde como para alterar la trayectoria que lleva la población del país.

Entre los principales motivos que llevan a los jóvenes chinos a abortar figura el elevado coste de educar a un hijo o la creciente desconfianza de las jóvenes generaciones hacia la institución del matrimonio, un paso obligado en China antes de procrear.

Con información de AFP y NYT

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