Economía

Inflación sobre 100% y petróleo en baja prevé economista José Guerra

La economía venezolana cerrará un año 2014 con un retroceso de 4,1% en la actividad económica y un desborde de las presiones  inflacionarias, en medio de una drástica caída en el precio del petróleo, señaló el economista José Guerra, en un balance que traza un escenario aún peor para el 2015.

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«La disminución del precio del petróleo implica para Venezuela una pérdida de  ingresos difícil de compensar», señala este ex gerente de investigaciones económicas del Banco Central de Venezuela y ex director de la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela.
La combinación de una menor actividad económica global, mayor producción de países no pertenecientes a la OPEP y la apreciación del dólar han determinado esta disminución de los precios del petróleo, observa.
La política económica aplicada por los gobiernos chavistas ha tenido por objeto estimular la economía mediante una sobre expansión fiscal y monetaria que se ha traducido en más inflación y agotamiento de las reservas internacionales, el también asesor económico de la oposición política agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática, MUD.
   «El PIB registra una caída de 4,2%. Ello obedece, principalmente, a la severa declinación de más de 20,0% de las importaciones privadas. En el caso del PIB de la construcción y la industria manufacturera, la contracción alcanza a dos dígitos», afirma.
En este 2014 a punto de terminar, «la tasa de inflación se sitúa en el entorno de 80,0% y más de 100,0% en alimentos, como resultado de la acción combinada de una política fiscal deficitaria financiada con
impresión de dinero y devaluación del bolívar».
El ingreso declinante y la aceleración de la inflación explican la disminución de las remuneraciones reales de los trabajadores y el repunte de la pobreza, «que al concluir 2014 se acercará a 40,0%, desde 27,3% en 2013».
«En 2014, se observa un deterioro institucional en la gestión de la política económica y el ocultamiento de la información estadística como política de Estado», señala Guerra, egresado de la UCV y con máster en Economía (Cum Lauden) de la Universidad de Illinois, Estados Unidos.
«Para 2015, en vista de la baja de los precios del petróleo y la falta de una política económica consistente, se espera que siga la contracción del PIB y la inflación se cifre en tres dígitos», lo que supone una cifra superior al 100%.
Para 2015 pronostica que los precios petroleros relativamente bajos probablemente dominen la escena. Esto significará una caída de 30% en el ingreso en moneda extranjera, con sus efectos desfavorables sobre la economía.
«A diferencia de la prolongada recesión que se padeció entre 2009 y 2010, en esta ocasión el panorama económico luce más complicado», dice.
Aquella recesión fue sorteada con una  mezcla de política fiscal y monetaria considerablemente expansiva, pero «en esta coyuntura dado el grave cuadro inflacionario y la restricción de divisas, luce improbable que la simple expansión fiscal (aumento del gasto público) sea suficiente para sacar la economía de la contracción. El riesgo es que la inflación se desborde», acota.
La disminución de los ingresos fiscales, el potencial financiamiento monetario del déficit (a partir de la impresión de más dinero sin respaldo), reservas internacionales en el límite mínimo admisible, una amplia brecha cambiara como expresión de un control de cambio colapsado, compromisos de pagos de deuda externa que exceden la capacidad de generación de ingresos, un sistema de precios relativos destruido, capacidades productivas averiadas por un control de precios  disfuncional y la falta de un equipo económico coherente y carente de liderazgo, permiten concluir que la crisis económica que se conformó en 2014 se extenderá a 2015, resume el economista y profesor  universitario.
Las mayores  restricciones en el acceso a las divisas pueden llevar a que el gobierno a intentar renegociar la deuda externa «en vista de que no resulta viable tener que cancelar US$ 11.200 millones en servicio de la deuda externa en momentos en que se registra una caída vertical de los ingresos de divisas y la capacidad de financiamiento está literalmente cerrada, a menos que el gobierno acceda a colocar deuda en moneda extranjera con un interés superior el 16,0%.
«Saldar la deuda en estas condiciones implicaría sacrificar importaciones que son esenciales para reanudar el crecimiento de la economía».
El gobierno tiene entonces en sus manos la opción de comenzar a cobrar sin descuentos las ventas de petróleo a Petrocaribe y a Cuba y realizar operaciones financieras con el oro que todavía se mantiene en las plazas financieras europeas.
En cualquier evento, la economía dispondrá de mucho menos divisas que en 2014, razón por la cual no es posible admitir una recuperación de la actividad económica, de forma tal que es de esperar una nueva contracción del PIB para el año 2015″, resume.
Menores ingresos petroleros y la ausencia de un fondo de estabilización, abren espacio para que el BCV provea de liquidez a PDVSA para que esta empresa materialice su gasto y ayude a financiar al Fisco.
Esto, con un probable ajuste cambiario, explícito o implícito, va a crear presiones sobre los precios, que llevarían la inflación a tres dígitos, si es que el gobierno decide evitar que se exacerbe la escasez, acota.
   «Adoptar medidas para estabilizar la economía en medio de un ciclo electoral siempre resulta difícil y lo es más todavía cuando el presidente Maduro no cuenta con capital político para ponerlo en juego en 2015 cuando pudo haberlo hecho en 2014 y no lo hizo», dice Guerra.
«Lo complejo de la situación es que la opción de no ajustar es cada vez más costosa y algo tendrá que hacer el gobierno antes de que la inflación adquiera un ritmo explosivo», dice.

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