Economía

Inflación en eurozona no repunta pese a esfuerzos del BCE

La inflación en la zona euro se mantuvo estable en 0,2% en diciembre, inferior al 0,3% pronosticado por los analistas, lo que incrementa la presión para nuevas acciones del BCE cuyos recientes anuncios fueron considerados insuficientes por los mercados.

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Esta evolución más débil de la esperada la explican los analistas por los componentes más volátiles con los que se mide el índice de precios, según una primera estimación de Eurostat.

La evolución negativa de los precios de la energía, constante desde hace un año y medio, marcó una clara desaceleración al pasar de -7,3% en noviembre a -5,9% para la primera estimación de diciembre, mes en que el petróleo registró sus precios más bajos en 11 años.

Si bien la contracción fue menor a la del mes anterior, los precios de la energía continúan lastrando el índice general.

Su desaceleración, que debía registrar efectos positivos en el índice, se vio contrarrestada, según los analistas, por la desaceleración de la evolución de precios de los alimentos transformados que en diciembre registró 1,2% cuando en noviembre fue de 1,5%.

Pero la baja inflación registrada en diciembre no se debe únicamente a estos dos componentes más volátiles, estimó Teunis Brosens, analista del banco ING, que señaló que la evolución de los precios en los servicios de 1,1% (1,2% en noviembre) fue muy débil.

«Con los precios del petróleo languideciendo por debajo de 40 dólares, la inflación parece que se mantendrá baja en los próximos meses», señaló Teunis Brosens. Y a menos de que los precios aumenten «la inflación podrá incluso pasar a territorio negativo brevemente antes del verano».

El conjunto de la inflación sin incluir la energía, la alimentación, el alcohol y el tabaco, más reveladora de la tendencia, se situó en 0,9% estable en relación a noviembre, cuando los analistas esperaban 1%.

Esta evolución es «decepcionante», señaló Howard Archer de IHS Global Insight.

«Si bien es una buena noticia para los consumidores, constituye un dolor de cabeza para el BCE» cuya prerrogativa es mantener la inflación cerca pero inferior de 2%, señaló.

«La inflación está a millas de distancia del objetivo del BCE», ahondó en el mismo sentido Johannes Gareis, del banco Natixis.

Esta situación pone «inmediatamente» mayor presión en la institución de Fráncfort para que «considere estímulos adicionales luego de su acción limitada» de su reunión de diciembre, estimó Howard Archer.

– Medidas del BCE decepcionan –

Inquieto por el prolongado periodo de «ultra baja inflación», el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, anunció el mes pasado nuevos estímulos para el bloque de 19 países de la moneda única para reactivar la alicaída economía y revigorizar el índice.

El BCE recortó su tasa de interés de depósito, una de sus tasas clave, y prolongó al menos seis meses, hasta marzo de 2017, la duración del «QE», el programa de compra masiva de deuda, lanzado en marzo, lo que supone una inyección total en la economía de un mínimo de 1,5 billones de euros.

Pero estas medidas decepcionaron a los mercados que las consideraron muy débiles para luchar contra el peligro de deflación, un fenómeno nocivo para la economía que se caracteriza por una caída de precios y de salarios que lastra la recuperación.

«Seguimos pensando que el BCE fue muy tímido en diciembre y deberá acelerar pronto las compras» de deuda, estimó Jennifer McKeown, economista de Capital Economics.

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