El autodenominado «presidente obrero» arremetió contra la diáspora que se ha acelerado en estos cinco años de su gobierno, cuando el valor real del salario fue arrasado en medio de la hiperinflación y depresión económica.
El heredero de Hugo Chávez pasa por alto que las personas dedicadas a la limpieza en una ciudad como Miami ganan más que un abogado o un médico formado en el país. Y esos dólares, a salario mínimo, les alcanzan para cubrir sus necesidades básicas.
El sueldo mínimo se ubica desde el primero de enero pasado en unos 8,25 dólares la hora en Florida. Si un trabajador, sin tomar en cuenta su formación académica, trabaja 40 horas a la semana (con jornadas laborales de ocho horas al día) ganará $330 la semana. Unos $1.320 al mes.
Un sueldo bajo, pero muy por encima de lo que gana un profesional formado en las universidades del país, con postgrados, y sometido a los escalafones salariales en la administración pública, según datos verificables y testimonios de venezolanos radicados en Florida.
En los últimos años la salida masiva de venezolanos se ha acelerado por la escasez permanente de medicinas, de alimentos básicos, la violencia criminal y la voraz inflación.
Con un sueldo de más de $1.300 al mes, un trabajador en Miami en la parte más baja del escalafón, un «lava pocetas», puede adquirir los productos que conforman la cesta básica familiar y vivir medianamente en aquel país.
De acuerdo a los precios que ofrece la cadena de supermercados estadounidense Publix Super Markets, la leche puede costar desde $2,15 hasta $2,49 el galón. En el estado de Florida el precio promedio es de $1,07 el litro, de acuerdo a datos recopilados por el portal de comparación de precios Expatistan.
O sea, con siete minutos de trabajo no calificado es posible comprarse un litro de leche en Miami.
En Venezuela, en cambio, a los precios disponibles la semana pasada, había que trabajar tres días (3 días) para pagarse un litro de leche, considerando el ingreso diario de Bs 43.584 del llamado salario mínimo integral (sueldo más bono para comprar comida, sin incidencia en prestaciones sociales).
La libra (453 gramos) de carne molida se encuentra entre $3,99 y $6,99. La carne de primera se puede comprar entre $6,19 y $12 la libra. Con una hora de trabajo limpiando se compra un kilo de carne (dos libras) en Miami. En Venezuela un kilo de carne cuesta toda una semana de trabajo.
Un cartón de doce huevos vale entre $2,79 hasta $3,99 en Miami.
Un venezolano refugiado en Miami dijo a El Estímulo que una persona limpiando por su cuenta puede ganar entre $80 hasta $150 diarios, mientras que el alquiler de un apartamento en una zona regular va desde $1.200 hasta $1.400 al mes. Entretanto, el alquiler de una habitación vale entre $550 y $700 al mes.
En Venezuela no hay salario hoy que pueda costear ningún alquiler, porque generalmente son tasados en dólares y muy poca gente asalariada gana en este país $50 dólares por mes.
Una persona trabajando con la empresa Uber puede facturar $320 y $340 si labora entre 10 y 12 horas al día, mientras que un pasaje de autobús cuesta $2.
Estos montos hablan por sí solos y ayudan a explicar las razones por las cuales los venezolanos emigran del país, obligados por las circunstancias creadas por un proceso de deterioro que lleva dos décadas.
El salario mínimo actualmente en el país es de Bs 392.645,80, más el bono de alimentación Bs 915.000. Es decir, que los ciudadanos deberían vivir con el equivalente a 22,05 dólares al mes en promedio, a la «tasa de cambio de consumo» de Bs 59.300 calculada por la firma Ecoanalítica para el mes de enero.
La situación también es dramática para todas las profesiones. En Venezuela, un médico gana aproximadamente $27,23 (Bs 700.000, más los cestatickets). Un periodista gana desde $22,05 hasta $49,15 aproximadamente (desde salario mínimo hasta 2.000.000 bolívares), mientras que un maestro también gana salario mínimo, es decir el equivalente a 22,05 dólares al mes.
«Al final, apenas lleva a casa unos 260 dólares cada semana, lo que equivale a 1.040 al mes, y eso es insuficiente, cuando hay que afrontar el pago del alquiler de vivienda, la electricidad, los alimentos y otros gastos necesarios», reflexionó.
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