El lunes, decenas de empleados y de repartidores entraban y salían del establecimiento, situado en la lujosa plaza Vendôme, cargados de vajilla, adornos florales y otros elementos de decoración.
El hotel, inaugurado en 1898, contará a partir de ahora con 142 habitaciones y suites frente a las 159 anteriormente. Sin embargo solo abrirá parcialmente, con 86 habitaciones y suites, por culpa de los retrasos en las obras de renovación y de un incendio que se declaró en enero.
Por ahora, al establecimiento solo pueden acceder los clientes del hotel. Los tres bares y los tres restaurantes abrirán al público a partir del «próximo fin de semana, o a principios de semana siguiente», según una fuente del sector.
Propiedad desde 1979 del multimillonario egipcio Mohamed Al Fayed, el hotel cerró el 1 de agosto de 2012 para acometer importantes trabajos de renovación.
El prestigioso establecimiento reabre en un contexto complicado para la hostelería en general, y sobre todo para los establecimientos de lujo. Este sector atraviesa una caída de clientes de 25% después de los atentados yihadistas de 2015, según varias fuentes del sector.
«Esta verdadera institución reabre en un clima poco propicio: los atentados afectaron a los clientes de lujo e internacionales, que son los del Ritz. Se necesitará tiempo para volver a los niveles de ocupación que hubo hace unos años», resumió a la AFP Vanguelis Panayotis, director de desarrollo de MKG.
A pesar de estas circunstancias, la agenda de reservas en la página web del hotel tiene colgado el cartel de completo hasta el 19 de junio.
El Ritz es el primero de una serie de hoteles de lujo que reabrirán próximamente sus puertas tras varios años de obras de renovación. Es el caso del Crillon que volverá a abrir en 2017 y el Lutetia, que está previsto que lo haga en el segundo semestre de 2017.
En el Ritz, las obras de modernización han permitido crear un restaurante de verano, agrandar la sala de baile, restaurar la piscina e integrar la tecnología más puntera en las habitaciones.