El Gobierno de Nicolás Maduro, que tachó la salida de Venezuela de Kellogg como inconstitucional, confiscó en 2018 la fábrica de cereales y la entregó a los trabajadores venezolanos para que continuaran con la producción
Los productos Kellogg se dejaron de producir en Venezuela desde el 2018, cuando la compañía decidió cerrar su planta en el país. Sin embargo, muchos venezolanos ni se han dado por enterados porque siguen comprando el mundialmente famoso cereal en los anaqueles de los supermercados. Y no, no se trata de un producto importado sino de uno producido en Venezuela, el cual tiene el logo de Kellogg, con las caricaturas de Kellogg y en el empaque de Kellogg, pero adivinen, no es realmente un producto Kellogg.
Tras el anuncio del cierre de sus operaciones en 2018, la planta de Kellogg es Venezuela no solo fue tomada por el Gobierno de Maduro, sino que toda su marca fue usurpada y se siguió comercializando con el logo de la empresa británica. Desde un primer momento en el que esto pasó, la compañía Kellogg Latin America Holding Company (One) Limited amenazó con tomar acciones legales, finalmente lo hizo.
Este jueves 9 de noviembre, la compañía Kellogg presentó una demanda de arbitraje de inversiones contra Venezuela ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI) por el uso indebido de la marca en el país tras haber dejado el mercado venezolano en 2018 por la crisis económica y de materias primas que vivía el país.
«Kellogg invoca el incumplimiento del Tratado Bilateral de Inversiones Venezuela – Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del norte de 1995. El procedimiento se presenta bajo el Reglamento de Arbitraje del Mecanismo Complementario del CIADI«, reseña el Ciadi en una nota de prensa.
En mayo de 2028, la compañía productora de cereales Kellogg cesó sus operaciones en Venezuela ante el empeoramiento de situación económica después de permanecer en el país más de cincuenta años. Kellogg manifestó que esperaba volver a Venezuela y advirtió contra la venta de sus productos sin su autorización.
El Gobierno de Nicolás Maduro, que tachó la salida de Venezuela de Kellogg como inconstitucional, confiscó la fábrica de cereales y la entregó a los trabajadores venezolanos para que continuaran con la producción.
En octubre de 2019, Kellogg difundió un comunicado en el que denunciaba la expropiación de sus activos y el uso indebido de su marca en Venezuela.
En abril de 2020, en plena pandemia Covid19, la imagen de los cereales Corn Flakes fue modificada en Venezuela incluyendo una mascarilla al dibujo del gallo que los caracteriza. El objetivo era unirse a la campaña de prevención de la Covid19.
La compañía denunció que se hizo sin autorización y que violaba sus derechos de autor, además recordaba que: “Reafirmamos que el uso de nuestras marcas no se encuentra autorizado en el territorio de Venezuela por virtud de la expropiación y toma de nuestras operaciones por parte del gobierno de Venezuela desde el pasado 15 de mayo de 2018.”
La historia de Kellogg’s Venezuela, empresa que sumaba casi seis décadas en el país suramericano, se sumó en 2018 a otras trasnacionales que salieron del país, motivadas por la crisis económica, política y social.
