Energía y Petróleo

Fracaso real de la gira limita medidas económicas de Maduro

La reciente gira del presidente Nicolás Maduro por China, Rusia y socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), no dio los frutos esperados. El Ejecutivo partió con la intención de conseguir un acuerdo para recortar la producción de crudo, así como financiamiento de países socios a quienes puede darle activos venezolanos o licencias rápidas para negocios en garantía. Sin embargo, solo alcanzó aumentar plazos de acuerdos con China, promesas de proyectos y un financiamiento pobre por parte de Qatar, admitieron varias fuentes ligadas al oficialismo.

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Texto por Mariana Martínez R.

La aspiración de obtener recursos para refinanciar o recomprar deuda venezolana, que este año implica para la República un compromiso de pago cercano a los $12.000 millones entre intereses y capital, no fue posible.
Según fuentes del oficialismo, sólo algunos entes públicos han logrado adquirir parte de estos papeles de corto vencimiento que hoy se venden a menos del 50% de su valor y esto, gracias al apoyo financiero de algunas entidades bancarias nacionales, que apuestan a cobrar el 100% del valor facial al vencimiento.
Venezuela hoy se encuentra ante la negativa de los países Opep de bajar la producción de crudo para subir su precio en el mercado mundial. También enfrenta un pronóstico de una caída todavía mayor en sus ingresos petroleros. Según estimaciones oficiales, la tendencia bajista podría llevar a la cesta venezolana a cotizarse hasta en $28 el barril, pues  se prevé que el crudo referencial Brent del Mar del Norte, llegue a promediar entre $35 y $40 por barril en el mercado internacional este año.
En 2014 la brecha de precios entre el crudo liviano Brent y la cesta venezolana, compuesta  por crudos más pesados y ricos en metales, estuvo entre $9 y $11 a lo largo del año, según se desprende de los reportes oficiales del Ministerio de Petróleo y Minería.
Este escenario implica una caída en el ingreso en divisas de la República que según algunas fuentes, podría alcanzar $47 mil millones, lo que pone a Venezuela en una situación crítica para cubrir sus necesidades de pago de deuda e importaciones públicas y privadas.
Las tres operaciones previstas para levantar recursos en divisas este 2015 y paliar la caída del ingreso petrolero, fueron abortadas. El Gobierno venezolano negociaba con Golman Sachs la titularización de la deuda de PetroCaribe con República Dominicana, dijeron las fuentes. Se conoció que los títulos de la deuda petrolera de esta nación se iban a vender con un descuento de 51% por lo que Venezuela solo obtendría el 49%. Esta gestión ha sido ampliamente cuestionada en fuentes financieras del propio oficialismo.
Además está la venta del complejo sistema de refinación y distribución de hidrocarburos y derivados de Citgo, la filial estadounidense de Pdvsa. De allí el Gobierno esperaba obtener un total de $10 mil millones, pero esta operación fue suspendida ante una demanda de Conoco Phillips. La transnacional estadounidense considera que este es el único activo con que Venezuela podría pagarle por la expropiación del proyecto Petrozuata y Hamaca, en la Faja del Orinoco.
Por último, estaba la esperanza de obtener otro tramo de financiamiento en efectivo con China. Esta opción era la más viable, sin embargo, la profundización de la caída de los precios del petróleo obliga a Venezuela a reestructurar los acuerdos vigentes, para enviar más barriles a China y cumplir con el pago. Las fuentes consultadas han señalado que el envío de crudo al gigante asiático se duplicó.
Durante la gira de Maduro, China habría mostrado intención de emprender proyectos hasta por $20.000 millones, cifra casi equivalente al tamaño de las reservas internacionales que tiene Venezuela. Sin embargo, fuentes del alto gobierno aseguran que el país oriental no quiere más petróleo como aval, quiere activos y explotación de proyectos como oro y minerales en garantía.
En el oficialismo las opiniones están divididas. Un sector cuestiona cómo fueron dilapidados los recursos de los precios del petróleo estos años y la falta de acciones por parte del primer mandatario, quien ya ha engavetado dos planes económicos de mayor alcance. Creen inminente la necesidad de reestructurar un modelo de gestión fiscal y cambiario que, señalan, ha potenciado la corrupción, la ineficiencia y la dependencia a las importaciones, dejando a Venezuela en la improductividad, con empresas trabajando muy por debajo de su capacidad instalada.
Otros líderes del oficialismo y voces críticas dentro del propio chavismo consideran que el modelo debe profundizarse, con más controles.
El primer mandatario, que esperó ver el resultado de su gira para junto a sus colaboradores definir el porcentaje de devaluación de la moneda, hoy se enfrenta a la necesidad de tomar la decisión de aplicar la depreciación más grande en la historia del bolívar, por hasta un 600%, para poder cubrir el déficit fiscal en bolívares.
Todos los escenarios revisados apuntan a un cambio dual, donde el Sicad 1 desaparecería, mientras el dólar Cencoex pasaría de Bs 6,30 por dólar a Bs 25 Bs o 35 por dólar. Mientras el Sicad 2 pasaría de B.50 a Bs75 o Bs 90 por dólar, aunque los expertos señalan que lo más sano es tener un solo tipo de cambio.En las reuniones del alto mando económico se supo que, ante la reducción en la oferta de divisas producto de la caída de los precios del petróleo, el gobierno de Nicolás Maduro está obligado a priorizar la asignación para un máximo de 12 a 15 productos básicos; al tiempo que debe buscar la forma de brindar garantías para que productores y empresas confíen en el sistema y traigan divisas al país.
Algunos de los participantes en estas reuniones han propuesto exportar bienes cuya producción tiene excedentes y así traer divisas al país, esto a cambio de poder repatriar dividendos o simplemente poder convertirlos sin restricciones.
Algunos funcionarios han alertado en estas reuniones que dado el impacto de las medidas económicas en la inflación y en la calidad de vida, el Gobierno debe en conjunto con los empresarios establecer un plan progresivo de ajustes salariales, acompañado de una agilización de los trámites de calificaciones de despido en las inspectorías del trabajo.
También han señalado la necesidad de ajustar las tasas de interés, para evitar un aumento en la demanda de dólares.
Fuentes vinculadas al Gobierno consideran que estas medidas no serán aplicadas en conjunto, pues el Ejecutivo «no termina de entender la magnitud de la situación». Aseguran que todavía algunos funcionarios están esperanzados en un rebote de los precios del crudo para el segundo semestre el año, donde el máximo precio que puede alcanzar el barril venezolano sería de unos 60 dólares.
Algunos de los consultados dijeron creer que el presidente Maduro una vez más postergará medidas de shock, por temor a la reacción de la opinión pública, mientras el propio gobierno y todo el país siguen sometidos a los efectos nefastos de no tomar decisiones.
El Gobierno de Maduro enfrenta una crisis de abastecimiento, la paralización del aparato productivo, la caída vertiginosa de los precios del petróleo que aporta 96 de cada 100 dólares que ingresan a la economía, el vencimiento de deuda pública por 12 mil millones de dólares, división interna en el oficialismo, y las elecciones parlamentarias previstas para diciembre que viene.]]>

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