Entrevista

Antonio Díaz, otro ejemplo de superación para una Venezuela en busca de aliento

El camino de la vida para todos, en ocasiones, se hace difícil y es allí donde la determinación, la organización, la disciplina y la constancia juegan un papel fundamental para salir adelante. Antonio Díaz ha sido ejemplo de superación y como enseñanza de sus maestros del karate resalta la importancia de manejar herramientas para encontrar siempre soluciones en cada situación.

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Antonio Díaz, un atleta inspirador

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Una mañana de una constante lluvia, no limitó a que Antonio desde su dojo ubicado en Los Palos Grandes, Caracas, expresara lo que muchos no conocen de este exitoso atleta de la disciplina karate, que ha obtenidoocho medallas mundiales, entre ellas dos de oro y por las que ostenta un Récord Guinnes.

Díaz, una referencia mundial del karate, considera especial este récord, como una ventana para que muchas personas conozcan lo que ha alcanzado con el deporte durante tanto tiempo.

En su palmarés ostenta cinco medallas en Juegos Mundiales (dos de oro), dos medallas en Mundiales Universitarios, 16 medallas de oro en Campeonatos Panamericanos, medallasen el ciclo olímpico y en su participación decinco vecesen Juegos Centroamericanos y del Caribe.

El más reciente y significativo reconocimiento cómo atleta y ser humano fue el otorgado por el gobierno de Japón, país con el que ha mantenido buenas relaciones.

Desde pequeño, Antonio Díaz ha sido introvertido, selectivo con sus amistades y consentido por todos, especialmente por sus padres debido a que su única hermana es 13 años mayor que él.

Visualizar todo y proyectarse, clave de la satisfacción

Hay personas que desde pequeñas se imaginan exitosas en algo específico, quizás en un arte, una carrera universitaria o disciplina deportiva. Incluso expertos en psicología recomiendan en cada inicio de año trazarse metas concretas.

Resulta que Antonio siempre habla de la visualización, porque siente que de manera inocente lo hizo desde niño. Tuvo la oportunidad de ver cintas de VHS referentes a campeonatos mundiales de karate, además cuando estaba en casa se ponía a jugar e imaginaba que estaba compitiendo en un mundial, que se subía a un podio y la gente le aplaudía.

Hoy conoce más del ejercicio de la visualización que ha aprendido con psicólogos deportivos.

«Lo que estaba haciendo en ese momento básicamente era lo mismo, pero de una manera inocente. El poder hacerlo me ha funcionado muchísimo, lo veo como una herramienta poderosa. Me he sorprendido y he dicho – tal como lo soñé-, en el caso de ser campeón mundial fue muchos años después, recuerdo ese momento en el que me dieron como ganador que fue cuando dije ¡por fin!, y vinieron a mi mente esos momentos de pequeño cuando soñé con eso, la satisfacción», expresa.

Antonio Díaz
Antonio Díaz, una carrera de éxito. Foto: Daniel Hernández/El Estímulo

Gracias a sus padres, el karate es su pasión

Al hablar de sus padres,a Antonio se le ve su amor puro por ellos y su agradecimiento.

Detalla características de su madre, cómo ella siempre estuvo muy pendiente de sus actividades, era quien lo llevaba al colegio y a las clases de karate.

«Estaba muy involucrada en todo y siempre ha existido una buena comunicación», dice. Su mamá trabajó con la Asociación de Karate del estado Miranda, era muy perfeccionista, estaba pendiente de los atletas, luego pasó a lo federativo donde aportó para el desarrollo del karate, de una manera desinteresada y ayudó a que las cosas fueran lo más justas posibles.

Respecto a sus padre, Díaz dice que heredó la constancia y atesora los recuerdos al verlo llegar de trabajar cansado.

«No había un día que no entrenara o hiciera ejercicios, eso me reforzó el valor de insistir y de ser disciplinado».

Antonio Díaz

Su papá le mostraba algunos movimientos del karate y él lo imitaba, fue como su primer maestro, ese sensei informal en casa, Antonio Díaz tenía como tres o cuatro años. En ese entonces para entrar formalmente a una escuela de karate el niño debía tener 6 años. Al cumplirlos fue el inicio del fructífero camino recorrido hasta ahora.

«Al entrar a mi primera clase de karate en el Dojo, estaba pendiente de que mis padres estuvieran allí viéndome, muy presentes en la clase, salí de allí contento», dice.

Además del karate, practicó en la escuela natación y básquet.

Maestros del karate y sus enseñanzas

Muchas personas han sido importantes en el camino del karate para Antonio Díaz, en particular sus maestros, aquellos sensei que influyeron mucho en su crecimiento.

Menciona al primer sensei, era alumno de un maestro de su papá, pionero del karate en Venezuela Marcelo Planchart, aunque estuvo poco tiempo practicando con él.

Gracias a unos amigos del colegio ingresó en la escuela de karate del maestro Shoko Sato, el primero de origen japonés que llegó a Venezuela y enseñaba mayormente a los adultos, a veces a los niños. En la escuela estaba un sensei encargado de las clases de niños, llamado Javier Mantilla, era alumno del maestro Sato.

Antonio Díaz enfatiza que en Japón existe una tradición denominada Uchi-deshi, en la que el alumno vive en la casa del maestro o donde estudia (está aprendiendo pero además colabora con el tema de las clases) y Mantilla era así.

Al irse el maestro Shoko Sato de Venezuela, el sensei Javier abrió su propia escuela en una casita, a la que Antonio también asistió. Al crecer Antonio, el sensei le notó grandes virtudes dentro del karate, con él se formó en la parte de karate deportivo, bajo su orientación y enseñanzas, comenzó a tener los primeros triunfos en la selección estadal, nacional infantil y juvenil. Díaz tuvo la oportunidad de viajar a Japón por primera vez, cuando tenía 17 años.

«Mi primer viaje a Japón fue increíble. Siempre leía sobre la historia del karate, la filosofía de la disciplina, el método de defensa, cómo influye en el ser humano. Allí conocí al maestro Tsuguo Sakumoto, quien fue campeón mundial». Hoy Antonio Díaz cuenta el viaje como uno de los mejores de su carrera, porque viajó con sus seres queridos.

Rolando Valbuena, entrenador deportivo y maestro de Artes Marciales, nos habla de lo principal que le enseñó a Antonio Díaz: «Cuando uno va a una competencia tiene que dar el 100% para vencerse a uno mismo, para que al momento de enfrentar a otra persona se pueda estar satisfecho, con agradecimiento. La parte física es importante, la espiritual mucho más, siempre hay que estar buscando algo novedoso para aprender y exigirse más a uno mismo».

La competencia o medalla más significativa

Para Antonio Díaz existen tres competencias de las que obtuvo medalla que tienen un significado especial en su vida: la primera medalla de oro mundial en el 2010, que consiguió luego de tanto tiempo. Desde siempre había tenido ese sueño, pensaba que no se iba a dar porque llevaba una de plata y tres de bronce.

También menciona la segunda medalla de oro en el mundial, porque estaba presente su familia completa lo que lo hizo más especial, además fue un campeonato donde se sintió mejor preparado tanto mental y físicamente. La tercera especial es la medalla de oro de los Juegos Panamericanos del 2019, primer campeonato como papá, su hijo tenía entonces una semana de nacido.

Experiencia en Tokio, lo bueno y lo malo

Los juegos olímpicos fueron un regalo, siempre soñaba con eso.

Desde pequeño escuchaba que su padrino representó a Venezuela en los años 80 y 84, compitió en tiro deportivo. Gracias a su padrino, Antonio Díaz conoció sobre la psicología deportiva, que era importante además de lo físico. Desde ese momento, él reflexionaba acerca de que iba a diversos Juegos Panamericanos, Juegos Mundiales, pero no era lo mismo que los Juegos Olímpicos.

Hacia el 2015 se empezó a manejar la posibilidad de que con la agenda 2020, los comités organizadores de cada juego podían trabajar la inclusión de deportes entre ellos el karate. En el 2016 ya pensaba retirarse, pero en los Juegos Olímpicos de Río decidieron que el karate solo iría para las olimpíadas de Tokio. En ese momento Antonio Díaz pensó que llegaba tarde. «No lo veía como algo real, ya tenía planes de casarme, no encontraba manera de cómo decirle a mi novia en ese entonces, hoy esposa, que quería ir a los Juegos Olímpicos», finalmente le comentó y ella le preguntó que si estaba seguro y lo apoyó.

Más allá de la emoción que la decisión género, Díaz veía difícil la oportunidad, «me sentía bien físicamente a nivel técnico, pero uno tiene que renovarse, con una generación de relevo que venía, los mismos árbitros te siguen viendo con el recuerdo del Antonio en su mejor momento». Todo parecía con obstáculos, pero su meta era ir a los Juegos Olímpicos, además, tuvo la presión: «esa es una medalla de oro segura».

Pasó el tiempo e iba acumulando los puntos necesarios para clasificar, llegó la pandemia, lo que fue difícil por la ansiedad que le generó por los rumores de posponerse los Juegos, «tocó aprovechar el tiempo para entrenar más y para disfrutar con la familia. Fueron unos juegos diferentes, los estadios eran sin público todo muy puntual, la conexión que hubo con todo el equipo, las redes, el apoyo».

Lo malo de Tokio, fue el no haber podido ir a otras competencias, porque solo se tenía que ir a su competencia y ya, también está el no haber podido obtener la medalla, a pesar de que estuvo tan cerca, «a veces sueño con ese momento de la decisión en donde veo la puntuación, me pregunto si hice lo mejor que pude, si me siento satisfecho. ¿Qué hubiese pasado?, pero bueno queda la satisfacción de haber podido participar, quedó como una de las experiencias más bonitas de mi carrera», dice.

Antonio Díaz
Antonio Díaz, en su dojo de Los Palos Grandes, Caracas. Foto: Daniel Hernández/El Estímulo

El Antonio que pocos conocen

Antonio Díaz, es perfeccionista, a veces eso le frena a hacer cosas. La mayoría de las veces termina no haciendo algo, por la espera de algo que no termina de arrancar.

Es periodista, egresado de la Universidad Católica Andrés Bello del año 2005, a su juicio, la carrera le ha ayudado mucho, ha tratado de vincular la comunicación con su vida deportiva, el cómo hacer llegar el mensaje de lo que esta haciendo. Hace un tiempo, trabajó colaborando para una revista de artes marciales y en un canal de televisión hacía un programa que se llamaba «Karate para Todos».

Sobre lo que le gusta hacer fuera del karate en su tiempo libre, destacó el poder viajar a distintos países y conocer sus culturas, siempre ha tratado de involucrarse con la esencia de cada uno, a pesar de que muchas veces se encontraba muy limitado de tiempo. Le encanta los viajes con su familia, quiere regalarle eso a su hijo. Antonio se considera una persona tranquila, no es de ver maratones de series, prefiere disfrutar de la playa y pasar más tiempo con su hijo.

¿Qué le inspira de Venezuela y quienes son las personas que admira del país?

Para Díaz, lo inspirador de Venezuela es la gente, el carácter de sobreponerse a las dificultades, la resiliencia, ver las cosas desde la alegría, a pesar de lo malo. Respecto a la comida, le fascina las arepas, a donde quiera que va le dice a sus amistades que la prueben. Entre las figuras que más admira menciona a dos: Simón Bolívar y Simón Díaz.

Sacrificios y momentos difíciles

Todo éxito lleva consigo sacrificios y entre ellos para la experiencia de Antonio Díaz ha sido el no tener suficiente tiempo de compartir con la familia y amistades en reuniones especiales, aunque tuvo la suerte de tener a sus padres con él en muchas de sus competencias. En los primeros meses de vida de su hijo se lehizo muy difícil, porque estaba asistiendo a campeonatos.

Sobre los momentos difíciles, recuerda la pérdida de seres queridos como el maestro Yoshimi Inoue. A finales del 2007 y comienzos del 2008, estuvo viajando mucho a Japón para entrenar con él, fue como un segundo padre.

«En el 2015 cuando Inoue murió fue un momento complicado, sentí que se había acabado ese ciclo, comencé a ver el karate de otra manera, me hizo tomar un segundo aire en el karate. En el 2014, año del último mundial que asistí con él, me dijo para que tuviera mayores expectativas, entrenar de manera distinta, quería que lo acompañará a seminarios, me quedé así como que ¿voy a hacer?, ¿Quién va a ser ahora mi guía?».

La experiencia de estar casado, ser ahora papá ¿Cómo llevar todo a la vez?

Ya Antonio y su esposa Paula, tienen 5 años de casados.

«El hecho de que mi esposa no sea del mundo del deporte, especialmente del karate, ha tenido sus pros y contras, que al final ella ha sabido entender. Me ha ayudado el tener a alguien con una visión fuera del deporte, allí hemos encontrado puntos también de coincidencia y de llevar una relación bonita, de mejorar ambos. Como padre uno pasa a un segundo plano, pensando en qué es lo mejor para mí hijo, no ha comenzado a practicar karate, aunque me ve en eso, yo quiero que el haga lo que le guste y que sea feliz».

Antonio Díaz

Sobre los países que ha conocido, ¿qué considera que le hace falta a Venezuela?

Antonio Díaz ha conocido 61 países y con el tiempo ha podido entender y respetar las diferencias en la parte cultural, a no juzgar con la primera impresión. Comenta que tiene grandes amigos en diversos lugares y tiene la fortuna de ir por ejemplo a Egipto y hay personas que lo van a recibir, amistades. «Eso es agradable, es algo que quisiera que mi hijo pueda vivir».

Sobre Japón, uno de los países que más ha visitado, menciona que tiene algo en particular y es cómo hay un sentido de sociedad, de lo que una persona hace y puede tener influencia en todos, pensar en el colectivo. «Aquí en Venezuela podemos ser muy individualistas. En Japón hay mucha consciencia de eso y nos hace falta esa consciencia».

¿Cómo pone en práctica sus conocimientos del karate en su día a día?

Antonio Díaz es especialista y ha sido galardonado en kata, la modalidad en la que el atleta ejecuta movimientos estando solo. Es como combatirse a sí mismo, superarse, salir adelante.

Él define al kata, como un libro que contiene mucha información del karate, sus maestros. Al estudiar los movimientos, sus significados, el practicarlo abre mucho la mente, ver más allá de lo que parece simple o común, concentrarse y a la vez vivir el momento, el aquí y el ahora, todo eso trata de manejarlo en su día a día.

Con el tema actual de la ansiedad, sus conocimientos con la disciplina karate, han sido importantes para controlarse.

«Cuando pasaron los juegos de Tokio y las competencias, aproveché el tiempo con la familia, me costó retomar la rutina más calmada, pensaba ahora qué hago, cómo me voy a organizar. Al momento de tener un problema que no sé cómo manejar, ir al dojo y hacer un Kata puede ayudarme a refrescar mi mente, encontrar con claridad soluciones y por supuesto a controlar la ansiedad. La meditación es algo que se ha dado más a conocer mucho más ahora, antes era conocido como algo muy místico, el Kata para mí, es una especie de meditación activa», agregó.

Un proyecto nuevo: La conferencia «Insiste»

El hacer conferencias es un mundo nuevo para Antonio Díaz, que se mantiene disfrutando al máximo. Anteriormente le llamaron para que en unos seminarios de ventas el participara y fuera parte de las historias de superación, ya que habían tenido a personas como Maickel Melamed.

«Me tocó hablar de mi historia, aunque no tengo formación de coach, conté mis anécdotas y las personas conectaron con ellas, también dije chistes veía que se reía el público y que funcionó, le gustó mucho a los organizadores, siguieron llamándome, yo iba modificando cosas y bueno otro amigo, Álvaro Pérez Kattar, me dijo: ´¿Tu no has pensado hacer esto como conferencias solo tuyas?’. Nos reunimos, hice un guion, le fui sumando lo de los Juegos Olímpicos, aportaron todo referente a un espectáculo y surgió. Me llena mucho porque revivo esos momentos, pero además ayudo a las personas a que tengan herramientas, conecten, se motiven en que vale la pena luchar por un sueño».

La conferencia Insiste, ha sido presentada en varios estados, el 5 de noviembre estarán en Maracay, pronto en Caracas y en otros países con comunidades grandes de venezolanos.

Antonio Díaz
Antonio Jose Diaz Fernández, medalla de bronce en la competencia de kárate durante los juegos de Olímpicos de Tokio 2020, el 6 de agosto 2021. Foto: Alexander NEMENOV / AFP)

Lo que le hace falta por realizar

Se siente feliz al poder enseñar o transmitir su experiencia, por ello se mantiene activa su escuela el dojo Antonio Díaz, donde van muchos niños, tienen un programa de pre-karate de tres a cinco años y otro de seis años en adelante. Tiene presente que quizás muchos de esos niños no logren llegar a campeonatos porque se retiren del karate, pero la idea es que al estar con la disciplina y pasar por el Dojo, puedan llevarse valores, una formación como integrales, que les guste hacer deporte pero también que aprendan el respeto, el valor de la constancia, la disciplina, que el día de mañana consideren que les ayudó a ser mejores en su vida, eso es parte de un primer objetivo.

Como segundo objetivo, menciona a los jóvenes que desean avanzar con el karate en la parte competitiva. Algunos de ellos ya están destacándose, uno de los instructores está en el puesto 47 del ranking de la Federación Mundial, que cuenta con dos cosas importantes: está el Campeonato Mundial de Karate y luego unas ligas, una para los 32 mejores del ranking y hay otra como la segunda edición, que es para acumular puntos.

El instructor y atleta se llama Jeferson Ortíz, ha ido a dos de tres ligas que han hecho este 2022, en la primera quedó de noveno, en la más reciente quedó de quinto y posiblemente vaya a la última del año que será en noviembre. Hay otra niña, que logró plata en el Campeonato Panamericano Juvenil de la categoría 14-15 años y otro que va para el Campeonato Mundial Juvenil que es dentro de dos semanas en Turquía y ya ha sido campeón nacional.

«Quiero seguir involucrado en el karate, me gusta enseñar, poder dar seminarios y dar a conocer las herramientas que me enseñaron y me han ayudado a mí».

«Hoy, muchos viven de la inmediatez, de querer todo rápido y si no se les dan las cosas piensan que ya fracasaron, siempre que exista la posibilidad de lograr algo y es lo que se quiere, hay que buscar la manera, eso está ahí, lo que hay es que intentarlo, siempre insistir», recalca.

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