Música

Eduardo Marturet: la música tiene un gran poder en el renacer de la Humanidad

Dos conciertos en Caracas, en la Sala Simón Bolívar, este viernes 29 y domingo 1 de octubre, permitirán apreciar a un artista comprometido con la búsqueda de un nuevo nivel de consciencia para los seres humanos. Convertido en una de las personalidades más influyentes en el mundo internacional de las artes, el director de orquesta venezolano vuelve a alzar su batuta en Caracas luego de 22 años

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Eduardo Marturet, maestro. Foto: Daniel Hernández/El estímulo

“Siempre he estado enamorado de Caracas y aun cuando me quedan días aquí, siento ya un guayabo horrible”, suelta con emoción el pianista, compositor y director de orquesta venezolano Eduardo Marturet, mientras se prepara para ensayar y reencontrarse con la Orquesta Sinfónica de Venezuela -OSV- de la que fue director titular por 13 años y en la que ha encontrado un buen número de jóvenes ejecutantes al lado de músicos con más de 40 años en la orquesta más longeva de Latinoamérica.

-Inevitable preguntarle: ¿cómo se siente de regreso a su país, luego de 22 años y qué piensa llevarse de esta visita?

«Lo primero que constato es que el trabajo de José Antonio Abreu fue de una visión muy impresionante. Abreu se propuso formar los mejores músicos para Venezuela y el mundo. Y una demostración está en el elevado nivel que he encontrado en la OSV, gracias al ingreso de músicos nuevos que provienen, en su mayoría, de El Sistema. Eso me hace muy feliz, porque mi debut en Venezuela como director, mi primera oportunidad, me la dieron Abreu y El Sistema en octubre de 1978″.

«Por otra parte, estoy agradecido y feliz de que exista Amigos Sinfónicos, porque estoy aquí por invitación de ellos y puedo ver el gran trabajo que han hecho al salvar a la OSV y evitar su desaparición».

Eduardo Marturet, durante los ensayos para sus conciertos en Caracas este fin de semana. Foto: Daniel Hernández/El Estímulo

Dos conciertos devolverán a Eduardo Marturet a la escena musical caraqueña. El de este viernes 29 es propicio para los amantes de lo clásico, incluye obras de Shostakovich, Grieg, Martucci y Tchaikovsky y tiene como solista al pianista venezolano Krysthian Benítez, ganador del Grammy Latino 2021 y nominado al Grammy Latino 2023, todo un lujo escucharlo.

El domingo 1º de octubre ofrecerán un programa que ha generado expectativas, pues revela el camino como creador que está transitando Marturet. Se titula Vibraciones en alta frecuencia y ofrecerá un repertorio más innovador, con piezas musicales de su propia autoría, también obras de Astor Piazzola, Ennio Morricone y John Williams, y participarán el bajista Rodner Padillaganador de tres Grammy Latino-, Rafael López, ejecutando los cuencos tibetanos y la actriz Athina Marturet.

Para completar el conjunto de protagonistas venezolanos, se ha incluido una obra central en el segundo concierto, titulada La Rosa de Jericó, del cristaloterapeuta venezolano Santiago Bonora quien se ha dedicado a sanar con música, fundamentando su trabajo en los beneficios que las vibraciones electromagnéticas tienen para nuestra mente, cuerpo y emocionalidad.

El salto cuántico

-¿En qué momento personal y artístico está Eduardo Marturet? ¿Qué propósito le guía en esta etapa a sus 70 años de edad?

– Me guía el propósito de seguir creciendo en una dirección en la que se beneficie la comunidad en general y la sociedad. Estoy en un camino de desarrollo espiritual. Por eso este concierto del domingo 1º de octubre tendrá un toque tan especial y elevado. Siento que a la música no le hemos descubierto el potencial que tiene para convertirnos en mejores seres humanos.

– ¿Habla de la música como herramienta para el crecimiento espiritual?

Sí, creo que con todo lo malo que tuvo el COVID, también nos dejó algo bueno: nos hizo repensar en muchos aspectos, nos permitió volver a vernos interiormente, nos hizo entender cómo somos y qué podemos ser. Y la música tiene un gran poder en el renacer de la humanidad. No me refiero solo a la clásica, sino cualquier género.

Eduardo Marturet, en la sede de El Sistema
Eduardo Marturet, un reencuentro con Caracas. Foto: Daniel Hernández/El Estímulo

– ¿Marturet cree que está dando un salto cuántico como persona y artista?

-Sí, claro, pero no solo yo, siento que lo estamos dando todos; me siento cómplice de ese proceso, de ese salto cuántico que todos tenemos que dar para tener consciencia de dónde estamos y por qué estamos. Es una bendición absoluta que el mundo y los seres humanos vayamos hacia ese renacer y hacia un nuevo nivel de consciencia mucho más elevado.

– ¿Qué exigencia tiene para un músico de nuestro tiempo transitar por esa “autopista” de búsquedas espirituales?

«Lo que necesita ese músico o cualquier otro artista o persona es tener la sensibilidad para abrirse a la posibilidad de tener y actuar desde una nueva consciencia. No se trata de un esfuerzo, se trata de reinventarse y de entender que estamos ante una realidad que no es única de ahora, porque el ser humano siempre se ha reinventado. Y los músicos debemos tener en cuenta lo mucho que podemos aportar en el renacer de la humanidad».

Eduardo Marturet

Creando futuro

En 2019 Marturet fue incluido en Genius 100 Visions  Group, una comunidad activa y comprometida de 100 hombres y mujeres considerados excepcionalmente imaginativos que aportan iniciativas creativas para mejorar el futuro. La organización se inspira en un postulado de Einstein: «Un nuevo tipo de pensamiento es esencial si la humanidad quiere sobrevivir y avanzar hacia niveles más altos», e incluye a luminarias de renombre mundial, desde el arquitecto Frank Gehry hasta el director de orquesta Zubin Mehta.

-Por muchos años ha estado tras la innovación ¿Ahora, a dónde le llevará en el futuro esta búsqueda espiritual a través de la música?

-Me lleva a continuar haciendo estos conciertos para despertar la consciencia espiritual en las audiencias, mediante el concepto que yo he acuñado y que llamo Vibraciones en alta frecuencia, donde los repertorios cambian en cada concierto pero todos tienen ese contenido que motiva al público.

-Esta pieza, La Rosa de Jericó, forma parte de ese concepto y línea musical en la que ando. Está hecha por el compositor Santiago Bonora, especialmente para sanar y curar: baja la presión arterial, también reordena el cerebro cuando éste entra en cortocircuito. Concretamente viví el caso de un amigo, presidente de la compañía aérea Emiratos Árabes, quien hace un año fue operado de un tumor cerebral y tenía 30 días en un hospital de Londres sin poder hablar. Yo le envié la grabación de La Rosa de Jericó y le dije: escucha Stuart, escúchala seis veces al día; pues en 48 horas ya estaba hablando.

– ¿Ha sido éste un proceso personal y artístico que fue abonándose en usted o hubo un detonante especial?

– Ha sido un proceso que ha ido evolucionando en mí. Ya pre Covid yo estaba metido en esta búsqueda y después con el Covid mucho más. Ya en 2015 comencé a componer en esta línea, y una de las obras la vamos a escuchar también en Caracas titulada “Zaha´s Place” (“En la Casa de Zahas”). Esa línea de creación musical nos eleva a la frecuencia Alfa, por ejemplo.

Eduardo Marturet Foto Daniel Hernández/El Estímulo
Eduardo Marturet: fuerza y sutileza en la batuta. Daniel Hernández/El Estímulo

Batutas internacionales

Marturet estudió en Cambridge, Inglaterra, donde obtuvo la licenciatura en Piano, Percusión, Composición y Dirección. Cuando regresó a Venezuela en 1979, se desempeñó como director asociado de la Orquesta Filarmónica de Caracas, más tarde fue el director de la Orquesta Sinfónica Venezuela y antes de concentrarse en desarrollar una carrera internacional fue el primer director musical del Teatro Teresa Carreño.

En 1992 inició con arrojo y dedicación una fructífera relación con la Sinfónica de Berlín, orquesta que le abrió el horizonte mundial a su batuta. Con ella ha grabado más de 30 discos incluyendo el ciclo integral de sinfonías, conciertos y oberturas de Brahms, el ciclo completo de conciertos de Beethoven y un ciclo de los compositores clásicos de América Latina. En 2001 dirigió la orquesta alemana en una gira de 12 conciertos por las principales ciudades de América del sur.

Eduardo Marturet. Daniel Hernández/El estímulo
Eduardo Marturet cumplió una apretada agenda en su regreso a Caracas. Foto: Daniel Hernández/El E
stímulo

-Hoy día tenemos a más de una docena de jóvenes batutas venezolanas al frente de orquestas importantes del mundo y usted fuiste un director pionero en ese proceso de internacionalización. ¿Hay cualidades artísticas o técnicas excepcionales en los conductores venezolanos que les han permitido destacarse mundialmente?

«Es un tema interesante porque no tenemos establecida una escuela de dirección orquestal formal en Venezuela. Nuestros jóvenes directores han hecho talleres, cursos, buenos estudios musicales, pero principalmente han aprendido a observar a los grandes directores que aquí han venido y quienes los han dirigido. Pese a que tienen diversos estilos, todos tienen en común una energía única. Yo estoy muy feliz de que ellos estén tan bien reputados internacionalmente, además, algunos de ellos han sido mis alumnos», explica.

Desde el 2006, el maestro Marturet ha sido Director Musical y Director de la Orquesta Sinfónica de Miami -MISO-. En 17 años en el cargo se ha convertido en una de las personalidades más respetadas, queridas e influyentes de Miami y ha llevado a la orquesta a niveles artísticos cada vez más altos.

-Durante los últimos 3 o 4 años, la Sinfónica de Miami ha contratado a más de 35 músicos venezolanos que han migrado a Florida. Más allá de colaborar con sus compatriotas ¿qué aprecia Marturet en los músicos venezolanos y qué les está faltando para llegar a niveles más altos?

– Hemos llegado a tener más del 40 por ciento de músicos venezolanos en MISO, porque se lo ganaron, son los mejores, los más disciplinados, se lo merecen y vienen de la escuela de El Sistema que es la mejor del mundo. El impacto artístico de los venezolanos se ha sentido en nuestra orquesta, creen en ellos mismos y estoy orgulloso y contento con este talento artístico. Por ejemplo, está el caso de Ollantay Velásquez, quien acaba de ser nominado a un Grammy Latino. ¿Y qué les falta a los músicos venezolanos? Yo diría que más arrojo, valentía y decisión para brillar y aportar lo mejor al mundo.

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