Entrevista

Corina Hernández de Pancho Grill: "La gente que quiso hacernos daño terminó haciéndonos un bien"

Corina Hernández es la vocera de "Las hermanas de Corozo Pando", como se conoce a las familiares que regentan Pancho Grill, el local que fue cerrado tras venderle desayunos a María Corina Machado. En esta entrevista cuenta qué ha pasado desde entonces

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Comando de María Corina Machado

Las hermanas de Corozo Pando, como ahora las llaman, nunca se imaginaron que gracias a una sanción del Seniat serían conocidas por todo el país.

Ellas trabajan en el restaurante de su hermano, Pancho Grill, que fue cerrado por el Seniat en retaliación porque María Corina Machado y su comitiva comieron en este sitio cuando visitaban Corozo Pando, un pequeño pueblo ubicado al sur de Calabozo y del municipio Francisco de Miranda en el estado Guárico,

Elis Cabrera es la mayor. La siguen Corina, Mileidis y Pastora Hernández. Tuvimos la oportunidad de hablar con Corina, quien es la vocera de la familia.

-¿Dónde naciste y cómo fue tu infancia?

-Nací en el pueblito de Corozo Pando, en una casita de barro. Lo digo con mucho orgullo porque crecí rodeada de mucho amor, tanto de mi padre, Ramón Hernández, como de mi madre, Hermelinda Mirabal, que vivían arrimados donde mi abuela. Tuve una infancia muy bonita en la casita de barro. En aquellos tiempos jugaba en el patio con muñecas de trapo y metras.

-¿Fuiste a la escuela?

-Sí, fui a la escuela. Íbamos a pie, porque la escuela quedaba algo retirada. Todavía lo está. He vivido toda mi vida aquí, en Corozo Pando.

Corina cuenta que la opositora cocinó con ellas

-Háblame de tu familia

-Tengo una familia grande, humilde y oficiosa. Somos muy unidos. Tanto mi padre como mi madre fueron muy trabajadores, y siempre pendientes de nosotros. A mi madre todavía la tenemos con nosotros. Mi padre ya murió. Ellos trabajaban en el Hato Masaguaral. Mi mamá era la cocinera y de ella aprendimos el oficio. Nos enseñaron a respetar a las personas mayores, nos dieron valores y buenas lecciones de vida. Gracias a ellos aquí estamos. Agradecidas por la educación que recibimos y del apoyo y la ayuda que siempre hemos tenido de la familia.

-¿Cuál es la historia del restaurante Pancho Grill?

-En los años 90, el restaurante era un quiosquito que pertenecía una señora a quien le decían Chila, donde tenía una bodega. Luego ella se lo vendió al señor Apolo, quien en 2006 se lo vendió a mi hermano Pancho. Ya tenemos casi veinte años trabajando aquí. Él lo arregló, lo amplió y le puso su nombre, Pancho Grill. En las mañanas, durante la semana vendíamos empanadas y los fines de semana cachapas con cochino, sopas… Poco a poco fue creciendo el negocio y empezamos a vender almuerzos, hasta que durante la pandemia bajó la clientela y ahora, gracias al Señor, ha comenzado a mejorar.

-Cuando llegó la caravana de María Corina el 22 de mayo y les pidieron catorce desayunos, me imagino que se habrán sentido muy contentas, porque era una buena venta.

-Sí, claro. Porque a nosotros el restaurante nos ayuda, pero tenemos que hacer otras ventas. Yo vendo frijoles, colonias, ropa para poder cubrir lo que no nos cubre el negocio.

El 22 de mayo, cuando llegaron, pensamos que era gente del Gobierno. Nunca nos imaginamos que fuera nuestra líder María Corina. Se bajó una muchacha a preguntarnos si teníamos desayunos, les dijimos que teníamos hechas seis empanadas. Nos preguntó que cuánto nos tardaríamos en hacer más, le dijimos que como veinte minutos y dijeron que sí, que esperarían. Entonces empezaron a bajarse de los carros. María Corina entró al negocio, nos ayudó a hacer arepas. Nosotras estábamos emocionadas porque ese día no habíamos vendido nada. Sólo teníamos las seis empanadas en el mostrador. María se tomó su cafecito, comió empanada, todos comieron y se fueron.

«María Corina entró al negocio, nos ayudó a hacer arepas. Nosotras estábamos emocionadas porque ese día no habíamos vendido nada»

¡Sólo había pasado media hora desde que ellos se habían ido cuando llegó el Seniat! Estábamos sorprendidas y molestas. El Seniat jamás había venido. Primera vez que venía a Corozo Pando. No nos faltaron el respeto, pero allí estaban. Entonces fui transparente y les dije que les diría la verdad: “Ustedes vinieron porque María Corina entró aquí”. Es la realidad y no tenían otra excusa que esa. Y ese mismo día cerraron el restaurante por quince días. ¡Nosotras quedamos tan tristes! Teníamos comida y aliños que se nos iban a echar a perder por el problema de la luz, que se va todos los días, en ocasiones hasta cinco horas seguidas.

Las hermanas de Corozo Pando con María Corina Machado

-¿Qué sentiste cuando les cerraron el restaurante?

-Sentí nostalgia, sentí rabia, era algo que nunca nos había pasado, pero en todo momento estuvimos decididas a continuar en la lucha, a ir hacia adelante, trabajando. A mí esto me dio más fuerzas para seguir trabajando.

-Muchos venezolanos indignados decidieron apoyarlas. ¿Esperabas esa reacción?

-Hubo muchos venezolanos como nosotras, con mucho orgullo de serlo. Todos estaban impresionados por lo que nos hizo el Seniat de cerrarnos el negocio. Los venezolanos de verdad se sintieron conmovidos por nuestra situación y nosotras, muy agradecidas. De verdad que Dios es tan bueno y gracias a María Corina, la gente que quiso hacernos un daño terminó haciéndonos un bien, porque tanto de dentro del país, e incluso gente que vive fuera, nos empezaron a hacer encargos: “Pásame el pago móvil que te quiero comprar empanadas. Hazme veinte, cien empanadas…”. El 8 de junio reabrimos el restaurante y ahí vamos poco a poco, pagando la multa, que fue de 350 dólares…

-Fue muy valiente haber escrito debajo del aviso de cierre “Hasta el final”. ¿Qué significa María Corina para ti?

-Sí, fuimos muy valientes. ¡Pero es que teníamos que ponerlo, para que vean que no pueden meterse con las mujeres! Y menos con mujeres trabajadoras que día a día trabajamos 12 horas desde las 5 de la mañana, con la bendición de Dios. Y así estamos: con María Corina hasta el final.

Trabajar debajo del palo de mamón fue también una emoción muy grande. Fue una historia muy bonita, regalarles las empanadas que nos compraban de todas partes a los niños fue muy emocionante.

Cuando María Corina regresó, la estábamos esperando. Además de que es mi tocaya, María Corina nos dio fuerzas. Quisiera que volviera a nuestro restaurante. Ella significa una esperanza, una Venezuela libre, que, en el nombre de Dios, tendremos otra vez. La gente habla de ella. Cuando pasan por aquí me gritan “¡Viva María Corina!”. Me saludan y yo me siento súper orgullosa de eso, porque es el nombre más nombrado y como te dije, es mi tocaya. Ella sabe que aquí en Corozo Pando tiene las puertas abiertas cuando quiera venir. Y en el restaurante la voy a recibir con los brazos abiertos cuando quiera venir a comerse nuestras ricas empanadas.

«María Corina nos dio fuerzas. Quisiera que volviera a nuestro restaurante. Ella significa una esperanza, una Venezuela libre, que, en el nombre de Dios, tendremos otra vez»

Ella para nosotros es algo muy especial. Hay tanta gente que la quiere, ella haciendo su campaña, me da alegría, me conmueve, me dan hasta ganas de llorar de la emoción, ver tanta gente en movimiento que la recibe… nunca había visto algo así, de verdad. Tenemos que ser mujeres luchadoras, poniendo nuestro esfuerzo por esta Venezuela bonita y que nadie venga a opacar nuestro trabajo por culpa de este gobierno con tantas fallas que tenemos. Le doy mil gracias a Dios por lo que nos pasó y agradecida a María Corina. En el palo de mamón quiero poner un cartel que diga “Bienvenida María Corina Machado”. Eso lo quiero hacer, pero ahora estamos arreglando unas cosas aquí en el restaurante. Poco a poco.

-¿Las han amenazado?

-No. Hemos estado orando, tengo fe en que Dios ponga muros alrededor de mi familia y de todos nuestros venezolanos, que esa gente no nos toque, ni nos amenace. Siempre con nuestra fe. Cuando hay quien se mete con gente humilde o gente trabajadora, Dios no deja que nos toquen.

-¿Qué quieres para tu país? ¿Qué esperas del 28 de julio?

-Que nuestra Venezuela sea bonita como antes, que sea libre, que sea digna. Y que puedan regresar los venezolanos que están fuera del país. Yo sé que en el nombre de Dios van a regresar. Y que salgan a votar el 28. Invito a todos a votar por Edmundo, que es votar por María Corina, ¡no se vayan a equivocar!

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