Espectáculos

Liam Neeson: Me alegro de no haber tenido la misma fama a los 30 años

"Soy padre y estoy muy orgulloso de mis dos hijos", dijo el actor en una entrevista.

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Después de haber interpretado complejos personajes histórico como Oskar Schindler y Michael Collins, el irlandés Liam Neeson dio un giro inesperado a su carrera con la saga de acción «Taken», de la que ahora estrena la tercera parte, aunque considera que no ha dicho todo lo que tiene que decir como actor.

«Spielberg me envía una botella de vino cada Navidad, así que todavía estoy en su agenda», dice a Efe Neeson, después de, quien le diera el papel protagonista en «Schindler’s List», le estuviera esperando sin éxito durante años para «Lincoln», que finalmente interpretó Daniel Day Lewis.

Eran motivos de causa mayor, pues cuando por fin se iba a rodar Neeson pasaba por uno de los momentos más difíciles de su vida (cuando murió en un accidente de esquí su esposa, Natasha Richardson).

Pero el actor, ahora reconvertido en héroe de acción, asegura que esta faceta suya «no es una reinvención» y todavía espera «seguir evolucionando como actor».

No obstante, tampoco tiene complejos para encarnar por tercera vez a Bryan Mills, el protagonista del que fue el gran éxito sorpresa en 2008, «Taken», un padre que se enfrenta a los más peligrosos criminales con tal de dar con su hija secuestrada.

«Las historias primarias a veces, son las más exitosas», explica Neeson en una entrevista con Efe. «Soy padre y estoy muy orgulloso de mis dos hijos. No tengo que hacer un gran esfuerzo de imaginación, sé que haría cualquier cosa por protegerlos», agrega.

El toque de distinción de esta saga era, precisamente, convertir a alguien con la apariencia bondadosa y la edad de Neeson en un implacable héroe a su pesar.

«Supongo que sí era inesperado. Yo tampoco me lo esperaba -añade-. Así son las vidas de los actores… Pero la fama que me ha venido ahora me alegro de no haberla tenido con 30 años, porque no la habría manejado bien. Ahora, a mis 62 años, todo me parece un añadido. Estoy encantado».

Sin embargo, tras las dos primeras partes, en la tercera (a la que se une otro gran actor, Forest Whitaker) no podía forzarse un tercer secuestro de su hija (como dice en tono de humor Neeson, hubieran tenido que llamar a los servicios sociales), sino que a la que tiene que vengar es a su exmujer, que no es secuestrada sino asesinada.

«Parece que mi personaje atrae a la mala suerte, sí, pero por otro lado parece estar muy preparado para tanta mala suerte», bromea. Y así, el hombre normal vuelve a vivir la transformación. «Es como si le apretaran un botón en el cuello y se convierte en una máquina de matar», dice.

Pese a su vocación de espectáculo de entretenimiento, «Taken», en sus tres entregas, también ha buscado en el espectador el sentido de desamparo ante los errores de la Justicia, un tema de especial interés ahora mismo en Estados Unidos.

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