Espectáculos

El adiós de Mad Men va más allá de Don Draper

La despedida se hace al filo de los años 70 en la trama. Se acaba una serie que renovó la pequeña pantalla, aprovechó al máximo la estética vintage y comandó la consolidación de AMC. El domingo termina el programa que terminó de empujar a la televisión como cantera de historias adultas capaces de competir con la sala de cine.

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Mad Men está por terminar. Luego de 8 años, la serie sobre Don Draper, el intrigante publicista de éxito hecho a sí mismo que la protagoniza, llega a su final con un personaje cada vez más perdido, entre los últimos años sesenta y los primeros setenta, en los que las cosas cambian demasiado rápido para él. La bebida, los conflictos y la falta de placeres han guiado la última temporada.

El público no sabe qué pasará en ese capítulo final. El secreto ha sido cuidado al extremo. Matthew Weiner, el creador de la serie, siempre supo cuál sería el destino de la historia pero solo hace tres años lo comentó con su esposa, con Jon Hamm (el protagonista) y sus guionistas. El resto tampoco lo supo ni siquiera cuando hicieron lectura de guión con unos papeles falsos. “Luego les llamé a mi despacho y les di el guion bueno”, confesó a El País.

El productor ejecutivo Scott Hornbacher aseguró a Deadline que “me sorprendería si no hubiera una cierta cantidad de controversia” con el final de la historia. «Es la culminación de la historia de Don”, dijo el también director asegurando que será apropiado, gratificante y el «mejor posible».

Weiner dijo en abril que «hay muchos finales» y recordó el último día de rodaje. Ese día se despidió de todo el reparto. El montaje de los dos episodios finales, que escribió y dirigió, ocurrió en octubre pasado. El final, final, para él, fue en diciembre cuando tuvo que dejar su oficina de producción. “Ese fue el momento en el que me golpeó la idea de que Mad Men había concluido”, recordó.

Siguen vigentes los rumores de que Don Draper muere. “Yo sólo deseo que Don encuentre la paz”, ha dicho el actor que lo interpreta. Lo que sí es seguro es que no habrá posibilidad de nueva temporada, de resurección de la trama, de spin off, ni de película. Weiner no quiere «repetirse», como asegura hace la industria que «lleva años robándose a sí misma». Se refiere al renacer de The X Files o Twin Peaks, a las series derivadas y, quizá, las historias paralelas en casos como Arrow y The Flash, que van preparando también otro programa: ATOM.

Con Mad Men se abrió de lleno lo que algunos califican como «la tercera edad de oro de la televisión», donde los canales de cable llevaron la vara de calidad a altos estándares. Antes hubo Los Soprano, Lost y The Wire. Luego comenzaría la era de Breaking Bad, Game of Thrones y House of Cards, con todo y su impacto cultural pop, su vida más allá de la pequeña pantalla y su seducción a las estrellas del cine para no temerle más a «rebajarse» y hacer TV.

Pero también fue un cambio en la concepción de la industria. Con Mad Men, AMC se convirtió de un pequeño canal de cable impotente para competir con las enormes ABC, CBS y NBC o con la exclusiva HBO, a ser un buque insignia con el capitán Walter White y una legión de zombis de The Walking Dead.

Mad Men colgará los guantes con estilo, con Nueva York inundada de referencias a la serie y con un Jon Hamm que ahora deberá sacudirse a Draper para encarar nuevos personajes.

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