"Lagos roba elementos de lo urbano, pero somos pop"

Con algo de capricho, la secuencia de los temas de Primavolta, el EP de Lagos, podría asumirse como la historia de muchas relaciones: la pareja separada que no termina de desengancharse, se busca, se provoca, se odia a ratos, no resiste la tentación de meterse otra vez en la cama y como en un loop vuelve a los reproches y a la inevitable ruptura. Y vuelta a comenzar.

Es que eso hace Lagos: cuenta historias. Y ahí el dúo venezolano radicado en México marca una notable diferencia en el a veces repetitivo contexto del sonido urbano. En ese aspecto, Lagos es pop. Y lo tienen muy claro Luis Jiménez y Agustín Zubillaga.

Jiménez ya se consolida como uno de los personajes más interesantes del panorama rock/pop venezolano de los últimos años: Los Mesoneros, Arawato y Lagos. Y no sería extraño que pronto se lance a otra aventura. Para Lagos se cruzó con el socio ideal: Zubillaga –mejor conocido como Mr. A On The Beat- tiene más de 15 años trajinando en el negocio en calidad de compositor, productor e ingeniero de audio y mezcla, tiempo durante el cual ha trabajado con gente tan variopinta como Caramelos de Cianuro, Lasso, Corina Smith, Ilich feat Apache y Paty Cantú, por solo citar unos pocos de una larga lista.

El confinamiento y sus limitaciones solo han afectado los planes de presentaciones en directo. De resto, lo que va de año ha sido productivo: el sencillo «Cuerno» (con Las Villa, de Colombia) y Primavolta, el EP de cinco temas lanzado oficialmente en mayo. Y, claro, por ahí viene el disco completo como artistas de Warner Music México.

– Algo importante en «Cuerno» -con casi 4 millones de reproducciones en Spotify- es que es marca un distanciamiento inteligente con el común de las letras de despecho típicas de “me dejaste y te vas a dar cuenta de que nadie te quiere como yo”, argumento que es totalmente inútil, además…

-Jiménez: Lo que queríamos plasmar con la letra era esa variante, agradecer lo malo. Muchas veces tratamos de tildar si las cosas son negativas o son positivas, pero en realidad eso siempre va a depender del punto de vista y con los ojos que lo veas. Las cosas no necesariamente son para bien o para mal. Hay cosas que te pueden causar dolor en algún momento pero después, cuando las ves en perspectiva, te das cuenta de que pudo ser una bendición disfrazada. Y también pasa al revés.

Entonces es una canción que habla un poquito de eso y que marca la perspectiva de dos personajes, en este caso de Lagos y de Las Villa, como dejando claro que no somos totalmente los héroes de nuestra historia, ni totalmente los villanos. Cada uno tiene un poquito de ambos y siempre va a haber dos caras en una moneda.

-En la nota de prensa dice que la canción la comenzaron a trabajar en 2018, pero Lagos hizo su debut en 2019. ¿Hay un error en la fecha?

-Zubillaga: No, no es un error. Antes de sacar Lagos a la calle hicimos un viaje a Bogotá. Nos juntamos con mucha gente para escribir canciones para Lagos y escuchamos unos demos que habían hecho Las Villa y eso nos gustó mucho y decidimos juntarnos con ellas. En la primera sesión salió “Cuerno”. Y siempre fue la favorita de todos, a la gente le encantó, al management, a la disquera, a nosotros, a nuestros amigos. A todo el mundo le encantaba esa canción, entonces lo que estábamos esperando era el momento correcto a pesar de que la escribimos a finales de 2018.

A mediados de 2019 lanzamos “Reset” y “Guerra fría”, a finales de año “En línea” y sentimos que el momento correcto era abril porque ya teníamos esas tres canciones que nos daban como el camino recorrido para darle el mejor lugar a esta canción que sentíamos que era muy fuerte.

-¿El proyecto Lagos lo ubicamos entonces en el 2018?

-Jiménez: Sí, la idea de Lagos viene de esa época. Lagos verdaderamente comenzó como un dúo de productores y compositores para otros artistas. Llevábamos mucho tiempo trabajando y nos pasaba que gustaban bastante los demos producidos e interpretados por nosotros dos, pero, claro, el propósito de esos demos era -como indica la palabra- demostrativo de las ideas musicales para que las grabara otro artista. Pero pasaba que nos gustaban tanto nuestros demos, incluso más que lo que terminaba saliendo a la calle, y todo nuestro entorno de amigos y profesional nos decían “saquen algo, saquen algo ustedes…». Hasta que nos convencieron.

Desde 2018 empezó este proceso de buscar cuál iba a ser la identidad del proyecto Lagos, porque cuando escribes para terceros uno trata de ponerse en los zapatos del artista al que le vas a escribir y también de ponerte en su léxico, en su lenguaje, en su línea editorial, por decirlo así.

Ya a finales de 2018 comenzó esa búsqueda. Tanto nosotros dos solos de empezar a escribir canciones y probar por ensayo y error qué nos gustaba, como también experimentamos a escribir con otros artistas para abrir un poquito la mente. Y ahí fue cuando nos topamos con Las Villa e hicimos esta canción. “Reset” y “Guerra fría” las hicimos más adelante, pero ya como Lagos.

-¿En ese momento en el que intentaban definir la identidad musical de Lagos ya estaban atrapados por el beat del reguetón?

-Zubillaga: Lo que pasa es que ya desde principios de 2017 veníamos componiendo mucho pop urbano. La primera canción que nos juntamos a componer –que fue en Caracas- es una canción que tiene un beat como de pop urbano y era originalmente para Ricky Martin. De hecho estuvo on hold, que es cuando te piden que no la muestres más porque posiblemente él la quiere grabar, con Ricky y con muchos otros artistas grandes y eso nos abrió muchísimas puertas. Y desde ese momento hicimos mucho pop urbano, entre ellos canciones para Ana Paola que tienen beat de reguetón.

Pero si le preguntas a un artista de reguetón de verdad, roots, si Lagos es reguetón, te va a decir que no, que Lagos es pop. Y yo estoy de acuerdo con eso. Porque el reguetón no es solo el dembow, el beat o ese snare en los lugares donde va el snare del dembow, eso no lo hace reguetón. El reguetón es una cultura, va mucho más allá. Es una cosa que va desde el lenguaje hasta la vestimenta, el estilo, los visuales… Todo apunta hacia una dirección. Y yo siento que Lagos quizás roba elementos de lo urbano, pero en general no tenemos todos los elementos como para considerarse reguetón. O incluso urbano. Somos más pop.

-Uno los escucha y sabe que no son reguetón. Pero ahí está presente ese beat que termina siendo muy seductor. Te puedes resistir al principio, pretender que no te gusta, pero tarde o temprano se queda contigo… ¿Qué tiene ese sonido, ese beat, que resulta tan seductor?

-Jiménez: Creo que lo poderosísimo que tiene ese patrón rítmico es que es una mezcla entre síncopa y asíncopa muy interesante. Tienes al bombo en el piso y eso te da la sensación como de un pulso, de beat a tierra, pero encima tienes esos redoblantes que están asincopados, atravesados, como solapados sobre esa tierra. Eso tiene mucho swing. Verdaderamente es sumamente bailable. Y creo que es por esa combinación que tiene ese cable a tierra pero que también un poquito de fase, que le da como sabor.

-En el caso de Lagos está difícil plantarle una etiqueta, de modo que pop urbano sirve. Pero hay también una intención estética que apunta hacia algo más refinado: voy a tomar estos elementos del reguetón pero lo voy a hacer o utilizar de una manera más elegante, sonidos pop, electrónica y el resultado final es eso: elegante. Y la estética de ustedes va por ese camino…

-Zubillaga: Sí, cuando nos planteamos hacer Lagos quisimos hacer algo que fuera consecuente con lo que somos como personas y también con la carrera que lleva Luis también con Los Mesoneros y Arawato. Es decir, que no fuera algo tan divorciado de lo que él venía haciendo, que no se viera forzado. Eso era algo muy importante. Y nos sentamos a pensar cómo hacer algo que siga siendo cool pero que no necesariamente siga la tendencia de colores vivos y ropa holgada… Entonces nos sentamos con un gran amigo que es un visionario, se llama César Elster, y él nos ayudó a masticar esta idea de rescatar valores clásicos, no solo visualmente -la masculinidad clásica, los cortes clásicos en ropa, etcétera- sino también musicalmente.

Utilizamos sonidos clásicos de sintetizadores vintage, muchas guitarras. Probamos también elementos acústicos que quizás no se escuchan tanto en los beats actuales. Quisimos mezclar un sonido que pudiera ser moderno, pero al mismo tiempo ser atemporal.

-¿Cómo es una presentación en vivo de Lagos?

-Jiménez: Esa es una pregunta que todavía nos la hacemos a nosotros mismos. Hemos hecho un par de presentaciones que recuerdan mucho a los dos primeros videos que lanzamos. Aprovechamos que ambos somos multiinstrumentistas y creemos que eso también es un factor diferenciador dentro del mundo pop actual. Cada uno tiene estaciones donde hay varios instrumentos. Agustín tiene cosas de percusión, sintetizadores, pero también tiene un bajo y una guitarra. Yo tengo un piano eléctrico que suele ser un Wurlitzer o a veces un Rhodes y guitarras.

También hicimos un show de visuales que todavía no hemos montado en vivo porque estaba planeado para las fechas que iban a empezar con el Sunset Roll y otro show acá en México con Danny Ocean, y también íbamos a España a debutar con ese nuevo show. Pero, bueno, no se ha podido dar y por eso es que te digo que también tenemos la curiosidad… Pero es lo mismo que tratamos de mostrar en todo: la musicalidad, el tema de los multiinstrumentos y también cosas que sean timeless mezcladas con cosas modernas.

-A propósito de que mencionas a Danny Ocean: hay una conexión entre el sonido de ustedes y el de él…

-Zubillaga: Sí, definitivamente Danny ha sido una influencia muy grande. Nosotros en en el 2017 quemamos “Me rehúso” como no tienes idea. Luis, de hecho, tiene un cuento muy chistoso con respecto a “Me rehúso”, porque Luis se estaba haciendo amigo de Danny antes de que pegara la canción.

-Jiménez: Recuerdo que en YouTube la canción tenía como mil views nada más. Mi novia en aquel momento me la mandó porque estábamos a distancia y esa canción conecta mucho sobre todo con los venezolanos que han tenido esas separaciones forzosas. A mí me encantó la canción. No sabía ni de quién era. Para mí era alguien que cantaba como si fuera de Barbados… No sé. Alguien caribeño, pero no de Venezuela. Creo que porque primero escuché la versión en inglés. Pero me encantó.

En ese momento todavía seguía bastante cerrado a las cosas bailables y urbanas, pero algo me nació con esa canción. Le pregunté a mi novia cómo se llamaba el artista, lo busqué en Instagram y le escribí: “Bróder, te felicito por tu canción y ojalá te vaya muy bien”. Y después se volvió un súper hit y resulta que él también era fan de Los Mesoneros y empezamos una amistad. Y básicamente he visto todo el crecimiento de la canción en tiempo real. Fue muy loco.

-Hay una diferencia, sin embargo. Lagos es más ambicioso en cuanto a las letras, trabajan más la canción, cuentan cosas…

-Zubillaga: Creo que eso viene de las influencias tan variadas y eclécticas que tenemos ambos. Por ejemplo, yo soy muy fan del country de Estados Unidos y esa es una música que tiene un ancla muy fuerte en la letra: el concepto lírico de la canción y como el verso te lleva a la siguiente sección, y luego el coro resume la idea… Todo ese tipo de composición súper metódica que usan los americanos en el country lo quise traer al pop. Cuando nos juntamos por primera vez Luis y yo durante la primera sesión completa de cuatro o seis horas, ni siquiera agarramos un instrumento. Lo que hicimos fue conversar sobre de qué iba a hablar la canción, de la premisa… Y Luis estaba desesperado…

-Jiménez: Casi me muero… Ya va, ¿pero esto no es una canción pues?

-Zubillaga: Sí, como que “¿en qué momento vamos a cantar?”. Creo que eso ha sido un factor diferenciador de Lagos. Obviamente, también Luis viene de una escuela donde las letras son importantes. Y, por ejemplo, una de sus influencias más grandes es Alex Turner, de los Artic Monkeys, que es un letrista impresionante. Venimos de un set de influencias donde la letra quizás tiene un peso mayor que en otros géneros, ¿puede ser?

-Jiménez: Totalmente. Y es algo a lo que le damos un cuidado especial porque creemos que es una de las cosas un poco diferente que aportamos al género. Este es un género que se basa mucho más en el flow o que es más rítmico y musical y no tanto en la historia que se cuenta. Nosotros queremos ponerle eso. Y creo que tampoco tenemos opción: es lo que sabemos hacer y somos muy neuróticos con el tema lírico.

-Este es un género en el que la tentación de resumir todo a “mami rica baila y dale hasta abajo” es demasiado fuerte. Y ahí marcan una diferencia…

-Zubillaga: Sí, lo intentamos. Sentimos que es importante ser disruptivos de alguna manera. Y volviendo a Danny Ocean, siento que escuchar “Me rehúso” nos hizo entender que sí se podían hacer canciones que tuvieran influencias de lo urbano pero que dijeran algo, que conectaran emocionalmente con la gente y que tuvieran un poco más de valor artístico y emocional, más allá de lo bailable para la fiesta.

-Jiménez: Que también tiene su encanto. Tiene su momento.

-Zubillaga: Y su mérito. Es muy difícil hacer ese tipo de cosas.

-¿Cuál es la conexión con Colombia? La pregunta va por Las Villa, el viaje a Bogotá, la mención a Cali en uno de los temas…

-Jiménez: Lo de Cali, particularmente, se debe a que no conseguimos muchas rimas y sílabas con ahí… Y también nos gustaba la posibilidad de imaginarnos que era Cali, de Colombia, o California. Y nos pareció interesante. Pero en general, creo que Colombia ha tenido una influencia muy grande en la música mundial y te hablo desde Juanes hasta J Balvin, por mencionar a los de hoy en día. Y también por ser venezolanos hay mucho de eso que nos salpica y tenemos una cultura, una idiosincrasia, dentro de todo muy similar. Y en esa etapa de la creación de Lagos salió la posibilidad de ese viaje y decidimos probarlo. Pero en general hay influencias de todos lados.

-¿Van a terminar de armar un disco este año?

-Zubillaga: Luego del EP vienen, probablemente, dos sencillos fuertes más este año. No tenemos definida fecha, pero obviamente vamos a sacar un disco completo.