Publicidad

#Comiquitas

La RCTV que recuerdo me formó para escribir estas líneas

Fui, como mucho de ustedes, un niño al que dejaron frente a la televisión. Pocas veces estaba solo, eso sí. De hecho, recuerdo como, contrariando a mi madre, mi papá me permitía ver películas de terror que presentaba un señor de lentes y fino lenguaje en Radio Caracas Televisión. Muchos años después sabría que se trataba de Luis Guillermo González y que allí había nacido mi amor por el séptimo arte y específicamente por este género cinematográfico. Si la memoria no me falla, González tenía un programa llamado "Señor Cine", en el que hacía una introducción de lo que estábamos por ver. Fue mi primer contacto con los clásicos en blanco y negro. Estos seres que aprovechaban la oscuridad para salir de las tinieblas, desde El Hombre Lobo hasta Drácula, me causaban al mismo tiempo atracción y repulsión. Fueron los tiempos de  la Santísima Trinidad Terrorífica: Christopher Lee, Vicent Price y Peter Cushing. Poco a poco se agregarían nuevos nombres, como John Carradine, Boris Karloff y Béla Lugosi. Ellos eran los culpables de mis pesadillas y de los disgustos de mi mamá, quien también debía calarse los gritos de mi papá de madrugada.

Publicidad