¿Quiénes son los “normales”?
En varias oportunidades me he referido a mi hija Tuti. Ella, aunque tiene 32 años, es una niña. El día que cumplió un año una fiebre alta –que se solapó con una amigdalitis severa que tenía y nunca se buscó otra razón- la dejó con trastornos de movimiento y problemas cognitivos. En otras palabras, es una niña especial.