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Maquinistas alemanes inician la huelga más larga en 20 años

Esta huelga es la sexta desde comienzos de septiembre. Inicia hoy y debe terminar el lunes 10 de noviembre. Las federaciones patronales se preocupan por los efectos de la huelga en la frágil coyuntura económica. Bastan unos días de huelga para que se vea perjudicado el proceso de producción.

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Fotografía de AP

Los maquinistas alemanes de la compañía pública de ferrocarriles del país iniciaron el miércoles 5 de noviembre una huelga de cinco días, la más larga en 20 años, un conflicto social enquistado que preocupa a los medios económicos de la primera economía europea.

El sindicato alemán de maquinistas GDL había convocado el martes a una nueva huelga de sus miembros, desde el miércoles por la tarde hasta el lunes por la mañana.

Esta huelga, la sexta desde principios de septiembre, y uno de los conflictos más duros en la historia de la compañía, Deutsche Bahn, debe terminar el lunes 10 de noviembre.

La huelga afectará el flete de la Deutsche Bahn a partir del miércoles 5 de noviembre. El tráfico de pasajeros se verá afectado a partir del jueves 6 de noviembre.

El sindicato GDL reclama un aumento salarial y una reducción semanal del tiempo de trabajo, pero las negociaciones están estancadas. La huelga se produce cuando Alemania se dispone a conmemorar este fin de semana el 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín.

Dos millones de visitantes son esperados este domingo 9 de noviembre en la capital alemana, y muchos de ellos habían previsto desplazarse en tren.

Deutsche Bahn quiere intentar que circule un tercio de los trenes previstos -la mitad de los de flete- , pero en todo caso se esperan grandes retrasos en las líneas. La compañía ferroviaria alemana asegura transportar 5,5 millones de pasajeros y mas de 600.000 toneladas de mercancías cada día.

La propia canciller alemana Angela Merkel exhortó a la «responsabilidad» para que el «perjuicio» causado por la huelga «sea lo más limitado posible».

Las federaciones patronales, por su lado, se preocupan por los efectos de la huelga en la frágil coyuntura económica. Bastan unos días de huelga para que se vea perjudicado el proceso de producción «porque el transporte ferroviario no puede ser reemplazado de forma automática por el de carretera o por barco», afirmó Achim Dercks, de la federación alemana de cámaras de comercio DIHK.

Una lluvia de críticas se abatió el miércoles sobre el convocante GDL, un pequeño sindicato por su número de miembros (19.000 de los 196.000 empleados de Deutsche Bahn en Alemania y más de 300.000 en el mundo), pero con un fuerte potencial de perturbación. En 2008 GDL ya había convocado una serie de reiteradas huelgas.

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