Desde que estalló esta crisis en la excolonia británica, Washington procura no criticar abiertamente a China, exhortando simplemente a las autoridades de Hong Kong a no reprimir manifestaciones que Estados Unidos considera «pacíficas».
«Seguimos llamando a los manifestantes a expresar sus opiniones de forma pacífica y a las autoridades de Hong Kong a demostrar moderación», declaró la portavoz del departamento de Estado Jennifer Psaki. La vocera, que instó al diálogo entre ambas partes, subrayó que su gobierno manifiesta «regularmente» su posición ante China y Hong Kong.
Igualmente, la diplomacia estadounidense expresó su «preocupación por informaciones según las cuales Pekín intenta impedir la entrada de parlamentarios británicos a Hong Kong».
«Esperamos que estos parlamentarios puedan viajar libremente, tal y como lo desean», sostuvo Psaki.